26 feb 2015

La familia Bélier / La famille Bélier, de Eric Lartigeau

Señas de amor

Miguel Cane.

La historia de La familia Bélier se centra en un clan muy particular, donde todos, con la excepción de Paula, la hija adolescente, son sordomudos. Con esas condiciones, el lenguaje por señas es vital y Paula es la intérprete indispensable para el día a día de su familia que produce queso en las cercanías de París.



En la prepa, Paula no solo encuentra a un primer amor; además, tiene un excéntrico profesor de música, quien descubre en Paula su don para cantar. Por eso, la anima a participar en el concurso de Radio France, decisión que significará, para ella, el alejamiento de su familia y la entrada inevitable a la edad adulta.


La cinta es comedia sofisticada que bordea el melodrama, pero no cae en la sensiblería y mantiene la agudeza, mientras se apodera del espectador con su perceptible calor humano, que permite acercarse con cariño a sus personajes. Eric Lartigau maneja muy bien esa historia entre que puede ir de la carcajada honesta al nudo en la garganta, con la habilidad de evitar cualquier cliché o detalle cursi en el argumento, por lo que más bien prefiere insistir en asuntos realmente hilarantes, partiendo de la discapacidad de la familia, pero sin faltarles al respeto. Estos momentos le dan buen contrapunto a la complejidad de la situación. En tanto, el filme evita los tiempos muertos del relato: siempre hay algo para ponerle atención que conduce a una conclusión muy satisfactoria.


Armada con un buen trabajo de cámara e interpretaciones sólidas, lo mejor de La familia Bélier es su amable sencillez, que brinda vitalidad en su concepción y resultados: es la frescura del cine hecho con el corazón y, por ende, con personalidad y que recompensa al espectador que busca algo diferente y con más sustancia de lo habitual en la cartelera.


La familia Bélier / La famille Bélier
Con: Louane Emera, Karin Viard, François Damiens, Roxane Duran y Mar Sodupe
Dirige Eric Lartigeau
Francia/Bélgica 2014

Kristen Stewart: Lucho para que no me gane la ambición

Miguel Cane.

Con un carisma especial que ha proyectado a lo largo de 33 cintas durante casi 15 años, Kristen Stewart (Los Ángeles, 1990) se ha convertido en una de las estrellas más notorias de Hollywood en tiempos recientes, tanto dentro de la pantalla con cintas de éxito como la saga Crepúsculo, como fuera de ella a consecuencia de algunos escándalos mediáticos.


 No obstante, ya se ha alejado de los rumores y las sagas taquilleras para enfocarse en prestigiar su trayectoria profesional, centrándose en largometrajes independientes como Camp X-Ray, Las nubes de María (dirigida por Olivier Assayas), y, más recientemente, en Siempre Alice, donde interpreta a Lydia, la hija menor que debe cuidar a su madre afectada de Alzheimer —interpretada por la ganadora del Globo de Oro y nominada al Oscar Julianne Moore. La cinta, conmovedora y dura, marca un hito en su carrera y llega a pantallas de México esta semana.


¿Qué te condujo a aceptar un filme como Siempre Alice, en el que no eres la protagonista y es una historia tan cruda y dolorosa?
Básicamente, por trabajar con Julie (Julianne Moore), a la que quiero y admiro, y con quien deseaba trabajar desde hace varios años. Sin caer en la queja muy común de que no hay muchos buenos roles para chicas, diría que nunca me habían ofrecido un papel como el de Lydia. Tuve que buscar obtenerlo. Eso me da orgullo. Porque pude demostrar que no solo soy una figura mediática, sino que puedo interpretar toda clase de papeles. Y la historia es conmovedora, como dices. No te deja indiferente en ningún momento.


Interpretas a una aspirante a actriz que lucha para hacerse un lugar, algo lejano a ti. ¿Cómo hiciste la investigación para crear tu personaje?
Es cierto, nunca fui una aspirante a actriz porque comencé a trabajar desde muy pequeña y tuve buena suerte. Pero sé que la vida de los actores es muy difícil, no importa el éxito comercial que tengas. Lydia anhela triunfar en el teatro y sentí sus nervios. Tuvimos una locación en Lincoln Center para hacer una escena de Tres hermanas, de Chejov. Pensé “no sé lo que estoy haciendo, nunca he estado en un escenario teatral en mi vida y ahora tengo que hacerlo”. La compañía fue muy generosa conmigo. Curiosamente, para mí esa fue una de las partes más difíciles de filmar, porque tenía que ser perfectamente honesta… Incluso ahora que he visto la película, de repente estoy en un escenario y me veo totalmente fuera de lugar. Esa era una carencia que tenía. Pero Lydia me dio valor para ponerme de pie ahí y hacer mi escena. Siempre, no cabe duda, acabas aprendiendo algo en todos los rodajes. Aquí, y en Las nubes de María aprendí mucho de la humildad que exige el oficio.


Hablando de eso, una vez que terminó la saga de Crepúsculo solo has hecho películas independientes. ¿Estás intencionalmente rehuyendo las de gran presupuesto?
Te diré cómo hago las cosas. Cada vez que leo algo y estoy dispuesta a firmar mi nombre en un contrato, me prometo que voy a cumplir con el personaje. Tengo que sentir que me gusta lo que hago. Me sentí así acerca de Crepúsculo. Me sentí de esa manera acerca Blanca Nieves y con las películas indie. Nunca esperé de Crepúsculo que llegara a tener tanto éxito o que la fueran a promover tanto. Ni siquiera sabíamos que haríamos una secuela. No es algo que esté evitando, pero necesitaba un cambio, ¿Ves? Tenía 17 años cuando empezamos con esa saga y yo estaba tan emocionada de hacer una película así. Ahora lo que quiero es hacer todo tipo de películas. Tener la oportunidad de jugar con más temas. Sean grandes o pequeñas. Solo quiero hacerlo por las razones correctas.

¿Cómo te hace sentir la recepción que han tenido tus películas “pequeñas”?
Muy emocionada. Estoy feliz. He hecho un montón de películas independientes desde la época que era realmente joven, y algunas de ellas no consiguen exhibirse nunca. Pero a muchas les tengo cariño. No amo todo lo que he hecho de modo autocomplaciente. Pero a veces sientes ganas de decir, “¡mira! hicimos algo que vale la pena”.

¿Cómo ves las posibilidades de que Julianne Moore se lleve el Oscar este año?
Estoy tan orgullosa de ella. Yo estoy ahí, dondequiera que ella me necesite, lo que sea, dondequiera que ella diga. La adoro. Ha entregado una actuación maravillosa tras otra, y tras otra, en Las horas, en Magnolia, en The End of the Affair, en Savage Grace y Mapa a las estrellas. Creo que es imparable… Hace años que podría haber ganado… Es un genio. Realmente espero que sea reconocida esta vez por Siempre Alice, porque ya es tiempo.


¿Qué dirías que aprendiste de ella?
Muchas cosas. Es una actriz muy generosa. Consigo afirmación de ella y eso me da fuerza. Aprendo mucho cuando estoy con ella, no es una sola cosa. Mira, ella no vino y se sentó y me dio consejos. Ella no hace eso. Pero solo estando alrededor de ella —solo verla actuar es una lección. Me pasó más o menos igual cuando trabajé con Juliette Binoche (en Las nubes de María) y supe que ellas logran esta grandeza por un medio que no comprendo muy bien. Son del tipo de actriz que hace mucha preparación emocional y trabajo de campo, y entonces llegan allí al set y pueden lidiar con esta preparación técnica y con todas las exigencias de un rodaje. Por eso son grandes estrellas. Julie es una mujer muy inteligente. Su mente es tan grande que puede realizar múltiples tareas, colabora con el director de fotografía, el director, con otros actores, trabaja en el guión, hace todo este trabajo técnico, y entonces es de alguna manera capaz de llegar y trascender todo. Me sentí realmente muy bien al trabajar con alguien tan genial.


En una ocasión hablaste de que querías dirigir algún día. ¿Cómo vas con eso?
Pues mira, ya escribí dos cortos que realmente estoy tratando de levantar ahora mismo. Solo necesito ajustar algunos tornillos, ya sabes de qué hablo. Quiero dirigir y me gustaría empezar como se debe, con algo realmente pequeño. Cuando era niña solía decir, “¡ya verán! ¡Voy a ser la primera directora menor de 18 años!”. ¿Te das cuenta? Qué horror. No tenía idea. Quería inmediatamente todo. Ahora, entre más crezco y más trabajo, me doy cuenta de que estoy aprendiendo siempre, que quiero hacer las cosas bien, quiero empezar muy desde abajo, como debe ser. Lucho para que no me gane la ambición, por no generar expectativas que no podría cumplir; yo sé que quiero ser algo, quiero hacer algo y quiero hacerlo bien. Así que, sí, dirigiré y espero que puedas ver mi trabajo en algún festival independiente y pequeño, en el que tal vez aparezca con un corto, algo de lo que pueda sentirme realmente orgullosa.

19 feb 2015

Siempre Alice / Still Alice, de Richard Glatzer

Contra el olvido

Miguel Cane.


Alice Howland (Julianne Moore, en una actuación infinitamente superior al material) es una doctora en lingüística que da cátedra en la universidad de Columbia en Nueva York. Es madre de tres hijos, tiene un matrimonio feliz con John (Alec Baldwin), con quien ha encontrado la armonía profesional y personal. Solventes económicamente y a la espera de ser abuelos muy pronto, parecen tenerlo todo, hasta que el temible mal de Alzheimer entra en la vida de los personaje en silencio.



Poco a poco, Alice ve cómo se desmorona una vida dedicada al estudio, se borran de su mente los nombres de sus hijos y se aísla de su matrimonio. Con tintes que rozan el documental, Siempre Alice es un pequeño relato que básicamente debe su existencia a la conmovedora e impactante interpretación de Miss Moore en su fortaleza, su debilidad y su lucha contra el olvido; sin ella, no pasaría de ser un melodrama hecho para la televisión.


El elenco, que incluye a Kristen Stewart como su hija menor, Lydia, una ansiosa aspirante a actriz que para sorpresa de todos pone en stand-by sus sueños de triunfo para cuidar de una madre cada vez más dependiente y débil, hace lo que puede con un guión construido con clichés y elementos predecibles.


Este es un relato de una caída progresiva hacia el vacío y la soledad contada con buen ritmo, pero escasa sustancia. Sólo la Moore consigue atrapar al espectador para que la siga en este camino a la degradación de su personaje: lo mismo la vemos como una mujer valiente e inteligente — la escena de la conferencia es un gran momento — que como una criatura debilitada y temerosa y de todas las maneras posibles emociona y conmueve.


Por décadas, la Academia de Hollywood ha estado en deuda con esta actriz y las probabilidades de que obtenga por fin una estatuilla por esta actuación son grandes. La merece, pero que la premiasen por este melodrama ramplón en lugar de por cualquiera de sus trabajos monumentales en cintas harto superiores (la más reciente, Mapa a las estrellas) será un gesto que flaco favor le haga. Es como haber premiado a Scorsese por una película bastante menor en su filmografía, pero estos caprichos del Oscar ya se conocen y sólo por ella vale la pena ver este estreno.

Siempre Alice / Still Alice
Con Julianne Moore, Alec Baldwin, Kate Bosworth y Kristen Stewart
Dirige Richard Glatzer
EU 2014

Gustavo Egelhaaf: Cuatro Lunas, contra los estigmas de la homosexualidad

Miguel Cane.

Ganadora de numerosos premios en el circuito de festivales nacionales e internacionales, Cuatro Lunas, ópera prima dirigida por Sergio Tovar Velarde, aborda con total naturalidad cuatro aspectos de las relaciones amorosas homosexuales. Tras una exitosa temporada de exhibición en Estados Unidos, esta semana la cinta tiene su estreno comercial en México. Uno de los protagonistas de la cinta es Gustavo Egelhaaf (Hermosillo, Sonora, 1984) actor con una década de trabajo en cine, televisión, publicidad y sobre todo teatro.


En la cinta, interpreta a Leo, un joven universitario que experimenta por primera vez una atracción por alguien de su mismo sexo, así como las consecuencias de esto en el foro abierto de la sociedad mexicana, un tema relevante dentro y fuera de la pantalla. En la cinta, Gustavo comparte cartel con Mónica Dionne, Alejandro de la Madrid, Karina Gidi, César Ramos, Juan Manuel Bernal, Hugo Catalán, Alejandro Belmonte y Alonso Echánove.

Para ti, ¿qué representa Cuatro Lunas al estrenarse en este momento en México?
Creo que Cuatro Lunas representa evolución y cambio. Que en este país sea posible hacer y ver una película como ésta es un logro, que a todo su equipo ha costado mucho trabajo por la temática, pero que a pesar de que se nos cerraron puertas, también hubo muchas otras que se abrieron. Es un soplo de aire fresco para el cine mexicano ver una película con personajes que son homosexuales y que se salen de los clichés a los que la industria nos ha expuesto durante tantos años. Es una película que nos ayuda a dejar de ver etiquetas y comenzar a ver seres humanos que aman a seres humanos. Por eso es que representa un paso adelante y una cinta importante para la situación actual del país.



¿La temática de la cinta es aún algo “escabroso”, o es momento de hablar con naturalidad de esto?
A mi me sorprende que en pleno 2015 se siga tratando el tema como si fuese todavía tabú. Entre las personas homosexuales y heterosexuales solo existe una “diferencia”. ¿Por qué no mejor enfocarnos en las tantas similitudes que existen entre todos? Se debe tratar el tema como lo que es, una realidad. Y una realidad que tenemos que respetar. Los derechos humanos y constitucionales no tienen por qué dividirse por preferencias sexuales, tienen que legislarse para todos y punto. El respeto debe ser la base de nuestra sociedad y esta cinta creo que ayuda a dar pasos hacia adelante en este sentido por la manera en la que aborda la historia, sin subrayar nada, solo mostrando una realidad que existe y que es mucho más cercana a todos de lo que piensan.

¿Cómo describirías la manera de Sergio Tovar para acercarse a los actores y al rodaje?
Sergio es una persona muy agradable y bastante cómico. Siempre se acerca con una sonrisa y con mucho entusiasmo, esta historia es de su autoría, entonces tenía muy claro lo que quería ver plasmado en pantalla y eso ayudó mucho a que el resultado fuera éste. Sergio es un director que, a diferencia de muchos, se preocupa bastante por lo que sucede con los actores en una escena, no se trata solo de dirigir cómo se verá el encuadre o planificar el movimiento de la cámara; es muy dedicado con sus actores y te puedo decir que al igual que yo, todos mis compañeros están muy agradecidos de haber trabajado con él en un proyecto al que se le puso tanto entusiasmo y corazón.



¿De las cuatro tramas que plasma el guión, cuál es la que sentiste más cercana?
Creo que hay algo de mí en cada una de ellas, la película muestra personajes tan humanizados y cercanos, es una historia con tanta verdad y honestidad, que es difícil no empatizar con todos los personajes, incluso con los que no representan un estilo de vida gay; es una cinta que trata sobre todas las facetas de la naturaleza humana. Todos hemos hecho algo increíble por amor, tuvimos una primera vez, hemos aguantado humillaciones por estar con la persona que amamos, todos estamos plasmados de alguna manera, hay que entrar dispuestos a ser tocados por estas historias de amor que hablan con honestidad.

¿Hoy existe todavía razón para temer a la opinión ajena sobre las elecciones propias?
En un plano personal, no lo creo. Pero creo que en este tema específico no se trata de uno, el discurso va más lejos, se trata de gente que no tiene los derechos que debería, de niños que sufren de acoso en las escuelas, de jóvenes discriminados en las calles y gente que no puede casarse legalmente con la persona amada. En este caso, no es que importe la opinión de una persona, lo que importa es cómo abordamos el tema como sociedad para evolucionar hacia un país más responsable y consciente, a un México incluyente, para que un día una película como Cuatro Lunas no tenga que ser tratada como un caso aparte, ni tener que cuestionarnos estas cosas.

El lema de la película es “Amor es amor”, ¿qué piensas al respecto?
Eso precisamente, que el amor es amor, no importa de dónde o de quién provenga ni el destinatario. Los sentimientos son universales, las personas no “sienten” distinto a ti, todos experimentamos miedo, rechazo, aceptación y amor de la misma manera. Creo que cuando entendamos eso, lograremos ver que quien está junto a ti es mucho más cercano de lo que crees.

¿Es difícil hacer cine en México? ¿Qué piensas del talento que emigra buscando oportunidades afuera?
La industria del cine va en gradual crecimiento, hay más oportunidades; ciertamente es difícil, el talento muchas veces se repite porque son gente “ya probada” y entonces las oportunidades se limitan; por eso tanta migración. Es difícil hacer de una película mexicana algo redituable y normalmente recurren a gente conocida. Espero que con el crecimiento se den oportunidades a gente nueva y que la fuerza de una película mexicana para ser exitosa radique en el argumento, un buen texto y actores talentosos, sean o no conocidos. Que se produzcan más películas.

¿Cómo ha sido el trayecto hasta aquí para ti? ¿Qué ves al mirar en retrospectiva?
No ha sido un camino fácil y mucho menos corto. Creo que para nadie lo es. Pero si te puedo decir que no me arrepiento de absolutamente nada. Desde muy niño decidí que iba a ser feliz, fuera como fuera, y una vez que descubrí que lo que me da felicidad es la actuación no miré hacia otro lugar. Para mí, la frase de Bertrand Russell “cuando un hombre sabe a dónde va, el mundo entero se aparta para darle paso”, es completamente cierta.

¿Qué ves hacia el futuro?
Quiero ver la reacción del público ante Cuatro Lunas, saber que le habla a todo tipo de personas. Ahora mismo estoy en teatro, que es algo que me llena mucho; trabajo con Susana Alexander y un gran equipo en Locos por el té y estoy dedicado a sus funciones. Hay propuestas de cine y teatro y estoy muy contento. En el futuro veo eso, nuevos personajes y retos. Eso es la vida de un actor, no fama y alfombras rojas, sino trabajo en cualquier escenario. Es lo que importa, lo que busco.

Fuente: Milenio Diario.

13 feb 2015

Cuatro Lunas, de Sergio Tovar Velarde

Amor es amor

Miguel Cane.


Cuatro Lunas, segundo filme de Sergio Tovar Velarde, aborda cuatro facetas del amor que tienen qué ver con relaciones entre hombres de distintas edades, profesiones y estratos sociales. La cinta ha ganado numerosos premios en el circuito de festivales y cuenta con actuaciones de un elenco muy sólido: Karina Gidi, Monica Dionne, Gustavo Egelhaaf, Cesar Ramos, Alex de la Madrid, Alejandro Belmonte, Juan Manuel Bernal, Hugo Catalán y un enorme Alonso Echánove.



En cada historia -- desde el niño de 11 años que se descubre diferente a los demás y cómo sus padres lo perciben, a la pareja de amigos universitarios que se enamora por primera vez sin saber ni cómo; o la pareja cuya relación de diez años se deteriora por la rutina y la infidelidad, hasta el hombre reprimido y casado que en el ocaso de su vida quiere acceder al deseo al menos una vez...-- un fragmento de vida, algo que trata sin sensacionalismo y con sensibilidad.


Podría haber sido fácil irse por una vertiente de morbosidad, pero Tovar Velarde sabe cómo salvar la situación, si bien su estructura es compleja, la resolución es sencilla. Habrá quienes se identifiquen con alguna de las historias, o quizá con ninguna, pero de todos modos, no quedará indiferente. Su riqueza yace en que no sólo es una historia de temática homosexual. Es una historia de interés humano que puede hablarle a cualquier persona.


Las actuaciones sostienen las tramas con presteza: hay gestos que se imprimen en el espectador; la ternura materna de Gidi, la feroz impaciencia de Bernal; el carisma radiante de Ramos y Egelhaaf que es tan convincente, un momento brillante de la Dionne, de todos. Su manera de relacionarse con el público los ha llevado a tener una buena acogida en exhibiciones.


Al ser un filme mexicano e independiente, su camino a la sala no ha sido fácil, y compite con el abrumador estreno internacional de Cincuenta sombras de Grey; ahora es el turno del espectador darle una oportunidad. El lema de Cuatro Lunas es "Amor es amor". Y el espectador también puede apoyar un filme que vale la pena ver, como un acto de solidaridad.

Cuatro Lunas
Con Gustavo Egelhaaf, César Ramos, Mónica Dionne, Karina Gidi y Juan Manuel Bernal
Dirige Sergio Tovar Velarde
México 2014

Meryl Streep: Aún con mi experiencia, siempre siento presión

Miguel Cane.


A lo largo de los últimos 35 años, Mary Louise Streep (Nueva Jersey, 1949), más conocida como Meryl, ha establecido una de las carreras actorales más sólidas y respetadas del mundo. Lo suyo no es ser “celebridad”, aunque lo sea (literalmente, todo mundo sabe quién es y a qué se dedica); sin embargo, la imagen de la actriz seria y ganadora de premios pierde terreno frente a la de esta mujer, amable y risueña, cuyo ángel y carisma en la vida real ha logrado trasladar a la pantalla de cine.


Ahora presenta su más reciente película, En el bosque, adaptación del éxito teatral originado en Broadway y creado por Stephen Sondheim. Inspirado en cuentos de hadas, pero con un aire más adulto, este filme de la casa Disney cuenta acompañada de canciones memorables la historia de diversos personajes —Cenicienta, Rapunzel, los príncipes y la bruja, entre otros— que demuestran que no todo acaba con “y vivieron felices para siempre”. El elenco de la cinta, encabezado por la Streep, lo redondean Emily Blunt, James Corden, Frances de la Tour, Anna Kendrick, Chris Pine y Christine Baransky.

Si tuviera que definir cuál es el tema del filme, ¿qué diría?
Que es una película sobre la relación entre los padres y los hijos, maridos y mujeres, amigos y enemigos. La relación que como personas tenemos con la música, sobre los sueños y los deseos, sobre personajes que siguen aprendiendo cosas, aún después de un final feliz de cuento... creo que esos son los temas principales. Eso y el amor, claro, en muchas de sus facetas.


¿Cómo fue volver a un musical para usted?
Me encantan los musicales desde niña. Siete novias para siete hermanos, Oklahoma, Cabaret, My Fair Lady, La Novicia Rebelde... Creo que los vi todos. Ya había hecho Mamma Mia y lo había pasado tan bien que no lo pensé mucho. Rob Marshall sabe cómo hacer un proyecto muy tentador. Además, no le dices que no a Sondheim. Por otra parte, existe una noción de mí que es muy distinta a como soy y los proyectos que me interesaban son escrutados de cierta forma... ¿Por qué querría alguien como yo hacer algo como esto? ¡Porque se me antoja! ¡Porque el guión es irresistible!

¿Había visto la obra antes?
Desde luego. Hace muchos años. Me encantó, me sentí muy entusiasmada cuando me la ofrecieron... ¿Qué van a hacer? ¿Cómo lo van a hacer? El proyecto llegó en el momento ideal.


Existe la leyenda de que cuando cumplió 40 había establecido una regla muy estricta: “nada de brujas”… pero aquí es precisamente ése el personaje que encarna.
Hay de brujas a brujas (ríe), y la de Sondheim es maravillosa. Es el hilo conductor de la historia. Y es muy divertido hacer cosas que nadie espera. Es verdad que dije eso hace años, pero siempre se puede cambiar de opinión, ¿no crees?

¿Pudo vivir el rodaje con menos presión que en otras películas que ha hecho antes?
No, porque aun con mi experiencia siempre siento presión (ríe). Soy así, es mi personalidad. No puedo evitarlo. Con el elenco y el staff formamos una gran familia. Pero, igual, yo me tomo el trabajo muy en serio. Soy muy selectiva en lo que elijo, muy cuidadosa. Hago solamente lo que realmente tengo ganas de hacer, como te dije. Así que me sentí igual de presionada haciendo esta, que cualquier otra película.


¿Como La decisión de Sofía, por ejemplo?
Por ejemplo. Aunque el registro emocional de ambas es muy distinto, ambas requerían mi concentración total y mi compromiso con el personaje. Siempre me pasa lo mismo.

¿Cuesta encontrar películas como ésta hoy en día?
Los filmes son una amalgama del esfuerzo de mucha gente. Unas veces empiezan de una manera, cambian y terminan de forma inesperada, que es lo que ocurre aquí. Otras veces la historia se anuncia tarde y no consigues lo que deseabas. El resultado siempre es un misterio.

Usted ha sido nominada al Oscar en 20 ocasiones. Ha ganado tres y le falta uno para igualar a Katharine Hepburn. ¿Qué cruza por su cabeza cuando la nominan?
Las nominaciones son como esas latas que les ponen a los recién casados en la parte de atrás del coche (ríe): mucho ruido. Pero si ese ruido ayuda a la película, me doy por satisfecha. Es muy bonito que reconozcan tu trabajo.

Hablando de los Oscar... ¿Qué siente cuando se menciona la estatuilla?
¿Te digo la verdad? ¡Terror! (ríe). Piensa que he perdido muchas más veces de las que he ganado. Yo no me acostumbro a perder con gracia, aunque parezca que sí. ¿A quién le gusta? (ríe).

Como madre en el filme y en la vida real, ¿influye en el personaje su propia experiencia?
En parte sí. Sentí al crearlo que con su historia pueden identificarse muchas mujeres modernas. Los problemas que tiene la bruja son sentimentales, al enfrentarse a la idea de que la gente hace cosas terribles por motivos razonables. Ella ama por encima de todo a esa niña que se convierte en su hija, alguien a quien quiere proteger de lo malo que existe en el mundo. Por eso la mete en una torre, no es por maldad. Creo que eso cualquier padre lo entiende, aunque ella lo lleve hasta el extremo. Cantando la canción “Stay with” me sentí las palabras que decía: “¿No sabes lo que hay fuera en el mundo? Alguien tiene que protegerte de eso”, me hablaban muy claro. Y otra cosa que te ocurre cuando educas niños es que te olvidas de la edad que tienen, quieren ser tratados como adultos cuando son niños, y los tratas a veces como niños cuando ya son adultos. Aunque debo decir que, como madre, la bruja protege a su hija más que yo a las mías ¡es una exageración! (risas).

¿Qué tipo de música escucha? ¿Qué les cantaba a sus hijos?
Muchas cosas. Canciones de cuna irlandesas. Yo escucho mucha música. Soy apasionada de la música clásica, especialmente Mozart y Bach, aunque tengo mi lado rockero y folk: me gustan cosas como Emmylou Harris o Neil Young. Y también me gusta Joni Mitchell y Los Beatles. Y claro, Sondheim.

Hacer un musical no es cosa fácil. ¿Cómo es que cuida su voz?
Estudié voz muchos años. Pero siempre hay que prepararse; los años no pasan en balde. Hice muchos ejercicios, me acordé de cómo me insistían en Yale, hablo de otra época, para que limpiara mis conductos nasales. Ha sido un gran esfuerzo que valió la pena.

Es de las pocas actrices que se atreven con personajes de su edad.
Sobre eso, creo que estamos acostumbrados a ver tanta gente con cirugías plásticas, que cuando nos encontramos a alguien que envejece de forma natural nos sorprendemos. En Inglaterra no pasa así; ahí están Maggie Smith o Vanessa Redgrave, que han envejecido con mucha elegancia. Pero en Hollywood mucha gente piensa que estoy loca porque no me he hecho nada en la cara.

Usted trabaja sin parar y tiene 65 años, aunque muchas actrices no tienen trabajo a los cuarenta y pico…
Es trágico. Personalmente me siento privilegiada por poder interpretar personajes de calidad. En el cine no vemos suficientes mujeres de edad y eso es importante. Esa es mi causa, quiero que el mundo disfrute de las mujeres de 60 años. De cualquier edad.

¿Qué es lo más importante en su vida hoy en día?
La paz mental, la creatividad, mi familia, mis amigos.

¿Hay Meryl Streep para rato?
Seguiré trabajando mientras haya papeles y proyectos que me interesen. Ahora mismo, tengo todo lo que he soñado. Tampoco creo en codiciar de más. He tenido una carrera muy afortunada y eso me satisface. Pienso que es necesario que haya espacio para otra gente. Entiendo el cansancio que provoca tanta Streep. A mí también me sorprende que no se hayan cansado aún de ver siempre a Meryl Streep en todas partes (ríe). ¡Yo lo estaría!

5 feb 2015

En el Bosque / Into The Woods, de Rob Marshall

Palabra de bruja

Miguel Cane.


En el Bosque es una adaptación más o menos fiel del célebre musical de Broadway con libreto de James Lapine y música del legendario Stephen Sondheim, que se defiende bastante bien, considerando su lento y tortuoso camino a la pantalla grande.



La trama gira en torno a las aventuras de diferentes personajes sacados de los relatos de los Hermanos Grimm. Es así como se congrega una pareja de panaderos (James Corden y una impecable Emily Blunt) con Caperucita Roja, Jack y sus frijoles mágicos, Cenicienta y Rapunzel (con sus respectivos príncipes), el hábil y conspicuo Lobo Feroz (Johnny Depp) y hasta una bruja pérfida y ególatra que los manipula para lograr sus fines (Meryl Streep, que es la verdadera razón para ver la película, sin duda alguna).


Sin embargo, aunque sea producida por Walt Disney Pictures, la película no es para todos los públicos. Algo gótica, tétrica y hasta violenta, es muy distinta a lo que se podría esperar de la casa productora: aquí los cuentos de hadas no terminan con un final feliz. Hay algo más allá de “y vivieron felices para siempre”.

El personaje de Meryl es el catalizador para que los personajes se involucren, junto con el espectador en una aventura oscura, que los llevará a cambiar por completo y, aunque actúen con las mejores intenciones, a encontrar el lado más inexplorado de los arquetipos que representan.


Hay un notable respeto hacia el musical original en las canciones, que tienen todo el sarcasmo y belleza que son rúbrica de Sondheim, aunque hay obvios cambios que la distancian de su origen teatral: esto es inevitable, pero no crean que por ello ven una versión sanitizada o boba de la obra. Hasta eso, Rob Marshall — que se había dado un tropezón con su tibia aunque estilizada adaptación de Nine — hace un trabajo competente y cuenta con una atmósfera lograda, un gran elenco y numerosos elementos que le permiten crear un universo fantástico que al mismo tiempo resulta verosímil, bello y hasta peligroso.

En conclusión, ‘Into the Woods’ es una adaptación bien hecha del musical original, con todo lo que ello conlleva; aunque se trata de un gusto adquirido y quienes se adentren en ella esperando un cuento convencional quedan advertidos: hay sexo y violencia, magia y pérdida. Los que gusten de lo diferente y lo estrafalario, sin duda se divertirán mucho y querrán verla más de una vez.

En el Bosque / Into The Woods
Con Meryl Streep, Johnny Depp, Chris Pine, James Corden, Frances de la Tour, Anna Kendrick y Emily Blunt
Dirige: Rob Marshall
EU 2014