29 ene 2015

Fuerza mayor / Turist (Force Majeure), de Ruben Östlund

Retrato de familia

Miguel Cane.


La premisa de Turist/Force Majeure es engañosamente simple: Una familia sueca de clase alta pasa sus vacaciones en un ski-resort de lujo en los Alpes franceses. Tomas y Ebba tratan de mantener a flote un matrimonio en el que la indiferencia y el materialismo han tomado control y tienen dos hijos, Vera y Harry, que crecen cada día más alejados de sus padres, aunque mantienen la semblanza de ser felices y perfectos.



El conflicto central se manifiesta mediante una espectacular secuencia; hay una avalancha planificada como parte del espectáculo que ofrece el lugar y ostensiblemente el hotel permanecerá intacto. En ese momento, la familia lo ve todo desde la terraza del restaurante. Cuando amenaza con acabar con sus vidas, causa un breve instante de pánico, que revela la naturaleza de Tomas: le angustia más perder sus objetos personales y salvar su pellejo que proteger a su mujer e hijos.

Aunque no ocurre una tragedia, esto precipitará una avalancha de otra naturaleza, en especial en Ebba, que encuentra la proverbial gota que derrama el vaso ante la reacción egoísta y cobarde de su marido. “Soy esclavo de mi propio instinto”, dice Tomas a modo de catarsis, pero esto sólo es el principio de lo que podrá llevar a la disolución o refuerzo de su familia.


Como director, Ruben Östlund es admirable: por turnos su estilo recuerda a Bergman y a Haneke, pero sin sacrificar su propia originalidad: así se vale de numerosos elementos narrativos: la relación entre los turistas y el hotel, entre pudientes y el servicio, que prácticamente es invisible pero siempre observa, supone una doble mirada: la descomposición familiar, opuesta a la opulencia del microcosmos en que se encuentra, ambas cosas diminutas ante el capricho de la naturaleza.

Tomas buscará reconciliarse con Ebba y sus hijos y consigo mismo, pero el precio de sus actos tal vez sea más alto que el pagado por sus aparatos electrónicos o sus lentes de marca: esta es una cinta de horror psicológico vestida de melodrama grave con toques de comedia negra, pero no nos vayamos con la finta, es cruda y dolorosa, y la reflexión que implica no es sólo para los personajes, sino también para el espectador, ¿qué nos hace humanos? ¿Cómo reaccionamos? ¿Qué es lo que realmente nos importa y por qué?


Östlund plantea todo con sutileza y no busca dejarnos un mensaje metido a la fuerza. Todo está abierto a la interpretación y el resultado varía de espectador a espectador y podría causar desazón… pero el mejor cine precisamente existe para eso. Para sacudirnos.

Fuerza mayor / Turist (Force Majeure)
Con Johannes Kuhnke, Lisa Loven Kongsli, Clara Wettergre y Brady Corbet.
Dirige: Ruben Östlund
Suecia/Francia 2014

Steve Carell: El Oscar no es un estímulo para mí

Miguel Cane.

En Hollywood, los buenos comediantes a veces buscan demostrar sus dotes histriónicas con películas dramáticas que den variedad de géneros a su repertorio, el riesgo puede ser incluso recompensado con el reconocimiento de la crítica, del público o de la Academia. Así es como Tom Hanks obtuvo dos Oscares consecutivos y Jim Carrey fue nominado por encarnar a otro comediante en una cinta.



Quien parece indicado para seguir esta tendencia es Steve Carell (Boston, 1962), pues luego de su intenso protagónico en la teleserie cómica The Office y una serie de exitosas cintas como El Superagente 86, Little Miss Sunshine, Loco y estúpido amor y Buscando un amigo para el fin del mundo, ahora recibe su primera nominación al Oscar por su interpretación de John E. du Pont, en la aclamada cinta Foxcatcher, dirigida por Bennett Miller (Capote, Moneyball), un personaje trágico en una historia sobre un auténtico crimen estadunidense.



Se te considera comediante, pero has declarado que eres actor y estás dispuesto a hacer todo tipo de papeles. ¿Es difícil que el público acostumbrado a verte en papeles cómicos pueda aceptarte en un drama?
Algunas veces pasa eso. Hay quienes al verte en una película que no es comedia, como cuando hice Dan in Real Life, esperan que haya como mínimo un chiste o alguna puntada. Y se decepcionan, me temo, si no es así. En Foxcatcher no hay nada de cómico. Es una tragedia. Y es una tragedia real. Eso es lo que la hace más atractiva. La posibilidad de adentrarse en un aspecto más oscuro de la naturaleza humana. Lo que dices es verdad. Soy un actor y por lo mismo puedo trabajar en cualquier género, si el argumento me interesa. Por eso hice esta película y la reacción del público siempre es una moneda en el aire. Pueden abrazar tu trabajo en un filme oscuro, o pueden rechazarlo. Pero como actor, simplemente no puedes rechazar la oportunidad de hacer un personaje como Du Pont. No debes. Es de esos personajes que solo llegan pocas veces.

¿Cómo describirías a John du Pont?
Creo que era una persona muy triste, alguien que pese a su inmensa fortuna siempre se sintió inseguro y muy solo. Hay una escena en la película que me conmueve mucho: cuando le cuenta a Mark Schulz (Channing Tatum), al que por fin considera su amigo, que él, John, tuvo un gran trauma en su niñez al descubrir que su madre, Jean (Vanessa Redgrave), pagaba a otros niños para que fueran a jugar con él. No conocía la amistad y lo subestimaban mucho. Supongo que necesitaba que lo quisieran y lo respetaran y no lo creía posible. Esto eventualmente lo llevó a perder un ya de por sí tenue contacto con la realidad y a cometer un crimen atroz. No es algo para nada común, pero siento que nunca sintió amor o afecto por parte de los demás, y esto acabó por conducirlo a un sendero muy destructivo y trágico.



¿Dirías que Foxcatcherrepresenta un cambio total en tu carrera profesional?
No quiero sonar pretencioso y darte una respuesta que menosprecie un género como la comedia, al que debo grandes satisfacciones. Eso sería hipócrita de mi parte y muy injusto para las otras películas que he hecho y que me dieron una carrera. Como actor, lo mismo puedo interpretar un rol dramático muy diferente al de una comedia, pero uno no es mejor que otro. Foxcatcher es lo más oscuro que he hecho y yo no quería esforzarme en convencer a la gente de que puedo hacer esto. Simplemente quería interpretar al personaje y tratar de hacer la mejor representación de este ser humano dentro de mis posibilidades. No quería agregar la sensación de “espero que la gente me la crea”, porque la gente no necesariamente me ha visto haciendo este tipo de papel antes. Así que tenía que superar esto y hacerlo, y Bennett Miller comprendió perfectamente esto y era lo que ambos buscábamos.

¿Es mucho más difícil actuar en un drama como éste que en una comedia?
Sinceramente, no creo eso de que un género sea más fácil que otro. Cada película es un mundo en sí misma. Algunos trabajos son más fáciles que otros, pero eso pasa en todo. Éste en particular fue un gran desafío, me dio pánico por momentos, porque no tenía nada que ver con lo que había hecho antes y llegué a pensar “no sé qué hago aquí”. Bennett, Channing y Mark Ruffalo me ayudaron a sentirme más seguro al interactuar. Le dimos forma a la historia, que por ser real, desafiaba incluso lo que podíamos haber imaginado. Y fue una experiencia estupenda. Pero una comedia, por ser más ligera, no necesariamente te exige menos como actor.



Cuando actúas, ¿utilizas el archivo de tus experiencias personales?
Supongo que sí. Tal vez sea aventurado decirlo, pero creo que todos los actores y actrices en un momento u otro han hecho eso. Cuando estás construyendo un personaje, recuerdas y haces referencia a los momentos que viviste a nivel personal, para así lograr un trabajo más natural y más honesto. No me parece bueno buscar una completa creación con ninguna actuación. Uno siempre aprovecha la vida, las experiencias propias y la gente que uno también conoció. Creo que eso hace que una interpretación sea más honesta. En Foxcatcher interpreto a un personaje real y eso es más difícil…

Exacto. ¿Cómo te preparaste para personificar a John du Pont?
Desde un principio le dije a Bennett que no iba a intentar imitar a John du Pont de ninguna manera, pero fue necesario estudiarlo, porque había ciertos movimientos específicos o su forma de hablar, en los que era necesario observarlo para tratar de mostrar la esencia de la clase de persona que era. Antes de rodar hicimos mucha investigación; de hecho, el documental que se muestra en la película lo pude ver en la versión original sin cortes. Y fue muy valioso para mí, porque me permitió ver todos los aspectos de todos los personajes, conocerlos más íntimamente.

Como actor, ¿a quienes consideras una inspiración?
Admiro muchísimo a Jack Lemmon, Walter Matthau y Bob Newhart. Ellos hacían esa clase de personajes que tanto me gustan. Hombres cualquiera que tienen aventuras que no se imaginan. Muy clásicos. También admiro a Peter Sellers. Doctor insólito y Desde el jardín son dos filmes que me impresionaron mucho y que me enseñaron lo que te decía antes: un actor puede hacer cualquier película y salir victorioso. Todo es cuestión de compromiso con la cinta que se hace.

Ahora, la pregunta inevitable, al acercarse la temporada del Oscar. ¿Aspiras a él?
No, no. El Oscar no es un estímulo para mí. Para algunos actores, comprendo, sí que lo es, pero para mí, no. Imaginarlo es algo con muchas aristas y puede ser contraproducente. Es como cualquier aspirante a actor que entra en este negocio. Si todo lo que quiere es ser una estrella o una celebridad, está entrando por las razones equivocadas. Deberían querer ser actores, deberían aprender a serlo, disfrutando el proceso de la actuación, en vez de buscar el potencial de lo que puedan llegar a conseguir haciéndolo. Definitivamente esta es la película más compleja en su temática que he hecho y el hecho de que Bennett haya tenido fe en mí para hacerlo, recibir ese tipo de reafirmación de un gran director, fue en sí un premio. Con eso, cuando eres actor, te basta. Los demás reconocimientos son maravillosos, pero no pueden ser la razón para querer hacer esto que hacemos.

Reese Witherspoon: Mi vida es muy aburrida para la prensa

Miguel Cane.

Rubia y esbelta, irradia carisma. Laura Jean Witherspoon (Nashville, 1976) también es alguien muy consciente de qué representa para mucha gente y lo que desea de la vida. Tras una ausencia de casi dos años de las pantallas cinematográficas, regresa como protagonista de Alma salvaje.


Esta cinta dramática basada en la historia real de Cheryl Strayed, retrata a una mujer en crisis que a manera de catarsis decidió recorrer mil 800 kilómetros a lo largo del famoso camino Pacific Crest Trail (una ruta de senderismo de larga distancia que se extiende a todo lo largo de la costa oeste, desde la frontera de Estados Unidos con México hasta el límite del estado de Washington con Canadá).

En la cinta, Reese interpreta a Cheryl, y le da un giro a su carrera al encarnar a una mujer ordinaria que se involucra en una situación extraordinaria y aprende algo de ella.



Las cintas románticas, comedias o dramas, parecen del género cinematográfico que más te ofrecen, ¿por qué hacer este cambio tan drástico?
Yo creo que como actriz tienes que adaptarte a lo que te ofrezcan. Por ejemplo, no es un secreto que me gustaría hacer películas de acción o un buen thriller, pero a la mesa de mi agente suelen llegan comedias (se ríe) y en este caso se presentó una historia diferente. La verdad es que me gusta hacer comedias románticas, pero también he hecho muchas otras películas que nada tienen qué ver con el género, y ésta, en particular, me gustó por su temática. Tanto, que decidí producirla yo misma.



¿Cómo desarrollaste el proyecto?
Leí el libro de Cheryl, porque me lo recomendó una amiga. Había pasado por completo fuera de mi radar hasta que me dijeron: “¡Tienes que leer esto!”, y eso hice. Leí el libro prácticamente en dos días. Lo devoré. De inmediato quise conocer a Cheryl, y concerté una cita con ella. Cuando llegó le dije “no te conozco de nada, pero tengo muchas ganas de darte un abrazo”… ¡Por suerte no se espantó! (risas). Hablamos durante horas de su experiencia, de lo que había vivido, de la historia del libro y de lo que había detrás de él, y decidimos que sería una película muy emocionante. Cheryl confió en mí para hacerlo y todo sucedió muy rápido; buscamos un director y el mejor fue Jean-Marc (Vallée)… él acababa de terminar de filmar Dallas Buyers Club y pensé que tenía una gran sensibilidad y un enorme sentido estético. El guión se lo encomendamos a Nick Hornby, que es un gran, gran escritor y su adaptación fue maravillosa: supo capturar exactamente lo que Cheryl anhelaba contar, lo que vivió, lo que la movió para escribir y se convirtió entonces en una historia. Fue una gran responsabilidad, porque es la primera película que produzco para actuar yo, y no quería que eso fuera a ser un impedimento para que la película pudiera brillar por sí sola. El rodaje fue totalmente en locación y yo no pensé que fuera a requerir tanto de mí… Cheryl es una mujer real y es un personaje bastante complejo. Hablar con ella me ayudó a entender mejor lo que le ocurría por dentro.



¿Fue muy demandante hacer todo lo que ella hizo? ¿Te exigió mucho, físicamente hablando?
Pues aprendí a respetar aún más a los que practican el senderismo, que es algo que siempre había considerado fascinante, pero que jamás pensé practicar. Lo cierto es que esta es la película más difícil que he hecho en mi vida, no te miento. La más agotadora. No me fui de excursión por miles de kilómetros, por supuesto, pero me exigió un tipo diferente de rigor físico. Había escenas que tenía que repetir, porque ya iba yo corriendo por un cerro, cargada con una mochila de 15 kilos y Jean-Marc me decía: “Espera, es que la mochila no se ve lo suficientemente pesada”. Entonces ponían más peso en la mochila y luego repetíamos hasta nueve o 10 veces. Literalmente, no paramos de rodar en esos remotos lugares, esos paisajes tan hermosos, porque había que aprovechar toda la luz posible, hacer de la naturaleza un personaje. Entonces no parábamos a comer, nos alimentábamos de bocadillos y agua. No había dónde ir al baño (risas), era una locura, pero era tan maravilloso… ¡fue una inmersión completa! Y nunca me he sentido más cerca de una tripulación. Todos nos ayudábamos a todos, todos cargábamos equipo… fue algo totalmente distinto a una película de Hollywood y fui muy feliz haciéndola.

¿Qué es lo que más satisfacción te deja de este filme?
Que Jean-Marc hizo un gran trabajo para recrear la experiencia de Cheryl y nos hizo partícipes a todos los miembros del equipo. En realidad, como está hecha, y fotografiada, es una película muy hermosa. Algunas de las escenas mejor realizadas son las que no tienen momentos verbales o diálogos, momentos en los que mi personaje se fija en el horizonte, o se da cuenta de que le duelen los pies, cuando es tan pequeña comparada con la naturaleza: eso te cuenta mucho sobre la historia sin necesidad de decir una palabra.

Llevas casi 25 años actuando profesionalmente. ¿Cómo te sientes al respecto?
¿Ya tan pronto? ¡No lo había pensado! Creo que ahora soy más selectiva con mi trabajo, trato de pasar más tiempo con mis hijos, soy madre de tres, una adolescente, un pre-adolescente y un bebé de dos años. Eso no te da mucho tiempo para irte a filmar. Desde que soy madre siento una responsabilidad con ellos. Es algo natural que llega con la maternidad. En el momento en el que Ava, mi hija mayor, salió de mi cuerpo, supe que esa personita iba a verme con otros ojos y que sería todo mi mundo.

¿Dirías que el éxito ha venido a complicarte la vida?
Tanto como eso no, pero no facilita las cosas en el ámbito privado. Yo creo que ser famosa es difícil, como te decía. Me consuela pensar que yo no intereso demasiado, mi vida es muy aburrida para la prensa y me dejan en paz. Soy una mujer familiar que me dedico por entero a mis dos hijos. Tardé mucho tiempo en equilibrar la balanza. Al principio, me sentía muy culpable al no poder estar siempre al lado de mis hijos. No les daba el desayuno y, cuando llegaba a casa de rodar, ya estaban dormidos. Era terrible y yo era muy joven y me sentía culpable. Eso es verdad.

¿Has conseguido eliminar esa sensación?
Ahora ya lo llevo mucho mejor. Los niños han crecido, se llevan muy bien entre ellos y el más pequeño llegó en un punto en el que podía detenerme para estar con ellos. De todas formas, intento no estar mucho tiempo alejada de ellos. He llegado a rechazar algunas películas que me obligaban a estar fuera de casa más tiempo del deseado. Y te diré que no me arrepiento.

Muchas actrices jóvenes te toman como ejemplo a seguir. ¿Qué opinas al respecto?
Me sorprende cuando sucede y me obliga a tener un nivel de exigencia mayor. Yo tuve grandes maestras e inspiraciones y modelos a seguir, como Diane Keaton, Meryl Streep. Las grandes actrices de su generación. Yo no sé si sea un ejemplo a seguir. Todavía siento que tengo mucho que aprender como para que sea un espejo para los demás. Espero tener más años para tener más respuestas y hacer más películas que aporten algo, justo como ésta.

16 ene 2015

Eddie Redmayne: Me consumió interpretar a Stephen Hawking

Miguel Cane.


Forma parte de lo que se conoce como la “nueva invasión inglesa” de actores, junto con Tom Hiddleston, Benedict Cumberbatch, Andrew Garfield, Tom Hardy y James McAvoy; sin embargo, Eddie Redmayne (Londres, 1982), tiene una formación distinta y no alcanzó el estrellato muy rápido. Se inició en el teatro, donde obtuvo el mismo año un premio Olivier y un Tony por su trabajo en la obra sobre Mark Rothko Rojo, de John Logan.

En cine debutó en 2007 al lado de Julianne Moore en la polémica cinta Savage Grace, de Tom Kalin, en la que encarnaba un personaje real de la alta sociedad estadunidense que en 1972 cometió matricidio para acabar con una relación incestuosa instigada por su madre. El filme causó conmoción en Cannes y Redmayne comenzó a llamar la atención. Tom Hooper lo invitó entonces a formar parte del multitudinario elenco de su adaptación fílmica del musical Los miserables, en la que fue Marius.


 Ahora puede ser nominado al Oscar por su encarnación del genio matemático Stephen Hawking en La teoría de todo, filme inspirado en la relación entre Hawking y su primera mujer, Jane Wilde (encarnada por la radiante Felicity Jones), a quien conoció a principios de la década de los sesenta, antes de que la enfermedad degenerativa que padece lo confinara a una silla de ruedas.

¿Cómo te sentiste al saber que habías obtenido el papel de Stephen Hawking?
Al principio tuve unos segundos de euforia y después me dominó un miedo abrumador. Y debo confesar que ese miedo permaneció a lo largo del proceso.


¿Por qué?
Porque hacer una película como ésta implica una responsabilidad muy grande. Yo nunca antes había tenido un papel principal, que me hiciera estar en casi todas las escenas, ni que me exigiera tanto físicamente. Y más aún cuando la persona que interpretas es tan importante, tan grande en todos los aspectos. Y tiene esta particularidad (su enfermedad), así que imagínate. Felicity y yo conocimos a Stephen Hawking y lo que me dijo fue: “Voy a decirte lo que pienso cuando vea la película, sea bueno o no”. Evidentemente es algo que no se puede ignorar así de fácil. Pero curiosamente también te sirve para hacer un buen trabajo.

Para un actor es el papel más complejo del año a nivel técnico…
Capturar paso a paso la desintegración por esclerosis lateral amiotrófica (ALS) que llevó a Hawking de ser un joven saludable a un adulto paralítico, es en efecto muy difícil, más si tomas en cuenta su mente de científico, la expansión sin trabas de su imaginación. Le dieron una sentencia de muerte cuando solo tenía 21 años, ¿te das cuenta? Se esperaba que no viviera mucho más. Y ahora tiene 72 años, tres hijos, se ha casado dos veces, ha realizado importantes descubrimientos en cosmología y escribió el clásico Breve historia del tiempo, así que de él aprendes que uno disfruta cada momento al máximo, y eso exactamente es lo que quise dejarle al público. Eso es lo que me dejó a mí esta experiencia.


James Marsh te eligió por tu afinidad física y tu trabajo teatral. ¿Cómo fue la relación en el set de rodaje?
James tenía muchas ideas y sabía contagiar su pasión por esto. Me explicó desde el principio que de algún modo esto conllevaría un gran peso en cuanto a la preparación y cualidad física que requería de mí como actor. Él vio en mí que tengo mucha ambición, no de fama o dinero, sino de hacer un gran trabajo. Para mí fue un verdadero salto a la oscuridad. Pasamos cuatro meses investigando, trabajando en el aspecto físico y estudiando las leyes físicas de Hawking. Me entrenó un coreógrafo, visité a académicos y a muchos enfermos de ALS y me puse a estudiar viejas fotos de Hawking para rastrear los efectos de la enfermedad. Me consumió interpretar a Hawking, debo decirlo.

¿Cómo describirías el proceso de filmar esta historia?
La película comienza con el noviazgo con Jane, que coincidió con el descubrimiento de su enfermedad motriz. Comenzó por una cojera y caminar con bastón, luego con dos piernas atrofiadas hasta terminar en silla de ruedas. Gradualmente va perdiendo la voz, su lenguaje corporal, sus expresiones faciales. Fue como armar un rompecabezas; sé que hubo momentos en los que se sintió derrotado, pero no se dejó caer.

¿Qué encontraste tú en Hawking al conocerlo?
Lo que emana de él cuando lo conoces es una genialidad y gran sentido del humor. Aun cuando solo puede mover unos pocos músculos, tiene uno de los rostros más carismáticos y expresivos que he visto en toda mi vida, lo que es una extraña ironía. Hubo muchas cosas de las que me enteré reuniéndome con él, pero una de las principales que me llevé es que él no vive una enfermedad; él sigue adelante con su vida y lo ha hecho desde que tenía 21 años. Tiene un optimismo infalible. Eso me impactó mucho y traté de imprimirlo en el personaje. Por otro lado, fue sumamente generoso: le ofreció personalmente a James el permiso para usar su voz generada por computadora única para que se oyera en el filme.

¿Y cuál fue su reacción, al final?
Dijo que lo que vio en la pantalla le pareció ampliamente verídico. Supongo que es lo que realmente esperábamos lograr. Me sentí aliviado. Y agradecido.

Has sido amigo de Felicity Jones por mucho tiempo, ¿tu amistad ayudó a dar matices a la historia de amor?
Yo creo que sí. Conocí a Felicity hace 10 años y ella es una actriz brillante. Siempre quise trabajar con ella, y fue genial, porque la relación de Jane y Stephen es bastante intensa y complicada y el que fuéramos amigos nos hizo ver que podíamos empezar a trabajar juntos, desafiarnos entre nosotros, apoyarnos el uno al otro.

¿Después de esta cinta, qué planes tienes? ¿Quedaste muy exhausto?
No he trabajado desde que filmé esta película, porque como dices, sí quedé agotado. La gravedad del papel, para el que perdí unos nueve kilos, me ha ido abandonando poco a poco. Además quería un tiempo para mí (se casó en diciembre con Hannah Bagshawe), porque antes había hecho tres películas seguidas, incluyendo Jupiter Ascending, y necesitaba descansar. Tom Hooper quiere que colaboremos en su próximo filme y yo también quiero, pero también voy a tomármelo con calma.

¿Ves un Oscar en tu futuro?
Me han dicho: “¡Guau, por esto podrías ganar un Oscar!”, pero la verdad es que no sé. Es decir, te nominan, pero hay muchos y muy buenos actores. Yo no quiero fama, ni dinero ni premios. Si llegan está bien. Yo lo que quiero es actuar en cosas que me reten y que me exijan y que me dejen satisfecho. Esa es mi recompensa y me basta.

6 ene 2015

La teoría del todo / The theory of everything, de James Marsch

La mujer del genio

Miguel Cane.


Qué difícil es hacer una biopic — ese subgénero que aflora cada año en época de premios para apelar por un Oscar — que se sienta sincera realmente, comprometida con revelar algún aspecto de interés del objeto de su trama, más allá de tratar de conseguir nominaciones y estatuillas, siendo productos mediocres apuntalados por actuaciones muy “parecidas” a lo real — tal es el caso de dos odiosas cintas de este tipo, La dama de hierro y La vida en rosa, ambas oscarizadas, pese a ser realmente malas —



El caso de La teoría del todo, dirigida por el premiado documentalista James Marsh, que aquí incursiona con gusto en el cine de prestigio comercial, es una excepción; aquí la intención es la de mostrar a Stephen Hawking (encarnado de un modo notable por Eddie Redmayne) como un joven enamorado y dejar a Felicity Jones hacer un retrato honesto y tridimensional de su primera esposa, Jane Wilde, autora del libro en que se basa el guión.

Esta en realidad no es la historia de Hawking, que ya conocemos. Es la historia de cómo la enfermedad que se le diagnosticó a los 21 años, no detuvo al genio que era, pero cómo a su lado siempre tuvo a una excepcional mujer.


La actuación de Jones es el contrapunto ideal para Redmayne. Si nos permitimos olvidar que ésta es una “historia real” de “valor ante la adversidad”, queda una trama interesante acerca del amor en sus diversas manifestaciones e inclusive su descomposición. Estar casada con un genio no es cosa fácil y en este aspecto, la cinta es honesta, si bien, se corta un poco y se va por las ramas al respecto de la infidelidad (sí, leyeron bien) de Hawking a los 30 años de casado y su relación con Elaine Mason, su segunda mujer; Jane Wilde aquí no aparece como una mártir ni una santa. Miss Jones sabe darle calidez y es el balance perfecto para el agotador trabajo dramático que tiene que hacer Redmayne.


La cinta tiene una factura impecable y está muy bien realizada, si bien el resultado no deja de saber a “quiero Oscar” y eso irrita: ¿por qué no hacer historias originales que apelen a las reacciones emotivas del público sin usar la muletilla de “basado en hechos reales”? El efecto narrativo tal vez fluiría mejor, y las actuaciones no se percibirían como un truco para apantallar, sino para estremecer, algo que, mal que le pese, esta biopic consigue.


La teoría del todo / The theory of everything
con Eddie Redmayne, Felicity Jones, Emily Watson, Maxine Peake y Charlie Cox
Dirige James Marsh
Reino Unido 2014

Patricia Arquette: El cine afecta nuestra vida

Miguel Cane.


Pertenece a una familia de padres y hermanos actores —la célebre Rosanna, David y Alexis— y durante la década de los noventa fue uno de los rostros más icónicos del cine. Después de protagonizar siete temporadas de la teleserie Medium, Patricia Arquette (Chicago, 1968) retorna a la pantalla con Boyhood, la reciente obra del polémico cineasta Richard Linklater —creador de la trilogía Before Sunset— que se estrena en México luego de una cálida acogida internacional. Las críticas la señalan como una de las películas más revolucionarias de los últimos tiempos, en buena medida porque se realizó a lo largo de 12 años, entre los seis y los 18 años de un niño, Mason (Ellar Coltrane). El resultado es un retrato de la típica familia de clase media —las navidades y el divorcio, las mudanzas, hasta la música y los peinados— mostrándonos un resultado deslumbrante, conmovedor y, por supuesto, increíblemente realista.


¿Cómo fue que Richard Linklater te eligió para protagonizar Boyhood?
Conozco hace muchos años a Ethan Hawke, que es actor y productor. Él sabía que yo había sido madre siendo aún muy joven, tuve a mi hijo Enzo a los 20 años, y quizá eso influyó. Me dijo: “¿Qué vas a hacer durante los próximos 12 años?”, y pensé que era broma. Después me invitó a reunirme con él y Richard para hablar de ese proyecto, filmar la historia de la vida de un niño con el mismo actor y reparto en Texas, durante ese periodo de tiempo. Aceptar me asustaba, nunca había hecho una cosa semejante pero finalmente, aunque con reservas, acepté porque me parecía una oportunidad actoral única en la vida.

¿Usaste inspiraciones reales para construir el personaje de Olivia?
Por supuesto. Usé mi experiencia y también influyeron en mí mi hermana Rosanna y nuestra madre, Mardi. El nombre de mi personaje lo tomamos de ella, era su segundo nombre. Recuerdo que durante el transcurso de su vida mi madre poco a poco fue convirtiéndose en una mujer más sensible y más sabia, mientras nosotros íbamos creciendo, y cuando me ofrecieron el papel yo tenía 33 años. No podía hacer de Olivia a los 45, ese proceso es algo que no puedes fingir. No habría podido reflejar cómo cambia nuestro modo de percibir el mundo cuando maduramos. Rosanna ha madurado así. Ella es mayor que yo, la vi convertirse en madre, en adulta, y es una gran actriz. Así que pensé mucho en ellas.


¿En algún momento llegaste a tener dudas acerca de la viabilidad del proyecto?
Te mentiría si te dijera que no. A ratos tuve algo de inquietud. Durante los siete años que pasé trabajando en la teleserie Medium la gente se acercaba a decirme: “Oye, tú solías trabajar con grandes cineastas como Scorsese o Lynch, ¿qué te pasó?”. Y yo contestaba: “¡Pero lo sigo haciendo! En estos momentos estoy rodando una película que va a revolucionar el cine”. Me miraban como si estuviera loca y no me creían. Ahora puedo decirte que estoy muy satisfecha de haber demostrado que estaban en un error.

¿Qué sentiste al verte ya en la película terminada?
Siempre maravillan las imágenes a cámara ultrarrápida, de semillas que empiezan a brotar y crecer, luego la flor se abre y después los pétalos caen hasta que finalmente la flor se marchita. ¿Sabes de lo que hablo? Los seres humanos somos criaturas orgánicas y nuestro ciclo vital es más o menos el mismo. Contemplar mi propio ciclo en Boyhood me resultó a la vez fascinante y embarazoso. Pero también me ha permitido recordar la niña que fui y preguntarme si queda algo de ella en mí.


¿Y sientes que sí queda algo?
¡Claro que sí! Mira, cuando era una niña me encantaba observar la conducta humana, pero no me gustaba sentirme observada, ¿sabes a lo que me refiero? Era terriblemente tímida y me sentía torpe y poco atractiva. Solía preguntar a mi madre: “¿Por qué me mira la gente?”. Ella contestaba: “Porque eres una niña muy hermosa”, pero yo no le creía. Sin embargo, acabé trabajando en una profesión en la que esencialmente me dedico a ser observada. No sé si he aprendido a lidiar con ello del todo, pero lo intento. Pero también crecí entre actores. Mi padre lo era en teatro y mi abuelo fue comediante. Rosanna empezó muy joven y yo la veía en televisión y en cine, y pensaba qué quería hacer y ya lo ves, mi hermano y mi hermana menores quisieron hacer lo mismo.

¿Fue difícil filmar esporádicamente a lo largo de 12 años, encontrar los momentos de vida de un personaje, mientras también tu vida cambiaba?
Desde luego, porque rodar así te exige mucho. Después de rodar mis primeras escenas supe que estaba embarazada y a principios de 2003 nació mi hija Harlow, y después tuve que volver a Texas y filmar escenas por unos pocos días cada año. Mientras, hacía Medium y otras cosas, y después pasé por una separación y un divorcio, igual que Olivia —que de hecho se divorcia dos veces en la película— y notaba que los cambios en mí influían de modo tangencial en mi interpretación. Y fue sorprendente ver cómo este tipo de cine afecta nuestra vida.

¿Sientes que has cambiado mucho como actriz a lo largo de los años?
Yo supongo que sí. Cuando empecé mi carrera estaba aprendiendo a ser actriz en público; mi primera película fue de terror y yo era una adolescente. Después fui viendo otros tipos de papeles. Una buena parte de los personajes que solía interpretar de joven eran mujeres muy sexuales, y mi primer papel sustancialmente serio fue para John Boorman en Beyond Rangoon, pero casi siempre era un objeto de deseo. Ahora echo la vista atrás y no me reconozco en ellas, siento que estaba dando tumbos en muchas películas que hice. Es decir, me siento feliz de haber participado en algunos otros proyectos, con cineastas fantásticos como David Lynch o Tony Scott, pero siento que entonces yo no sabía muy bien quién era. Y tal vez aún no lo sepa, pero me voy acercando a la respuesta.

Se habla mucho de Boyhood de cara a los Oscares. ¿Qué le auguras?
Le deseo lo mejor a Richard. Es un director de sensibilidad enorme. No sé qué vaya a ocurrir, porque en esto de los reconocimientos no hay nada escrito. Esta es una película que es una labor de amor. Es maravillosa y estoy muy satisfecha de haber participado en ella. El reconocimiento más importante es el del público y la han abrazado, se han identificado con ella. Eso es mejor que cualquier premio, en mi opinión.

2 ene 2015

Boyhood, de Rickard Linklater

Los ojos de un niño

Miguel Cane.


Realizada a lo largo de 12 años — 10 de rodaje, dos que componen la pre y post producción — Boyhood podría ser la película más ambiciosa en la carrera ecléctica de Richard Linklater, un cineasta que ha demostrado ser lo mismo brillante que pretencioso, que entrañable, que incomprensible, con atractivo comercial y fervoroso seguimiento hipster, todo en un mismo paquete.



Como es natural, Linklater tiene problemas para desligar su personalidad tan idiosincrásica de la temática y ejecución de su cinta, pero aquí el paso real del tiempo en los actores y en el país, hacen que la situación se sienta un poco menos artificiosa que en algunos pasajes de su trilogía “Before…”, si bien el que Ethan Hawke — su actor fetiche — aparezca aquí como el padre de Mason (Ellar Coltrane), el protagonista, la hermana de cierta forma con la que muchos consideran su obra maestra. Boyhood es un viaje único y personal, que muestra la alegría de la infancia, junto con el desencanto, los cambios de una familia y el inexorable paso del tiempo.


La película inicia a los 6 años de edad de Mason, y se desarrolla durante los diez años siguientes que resultarán radicalmente fluctuantes: movimientos y separaciones familiares, cambios matrimoniales, primeros amores, corazones rotos, buenos tiempos, angustias y asombros Mason, enfrenta desde el inicio de la película, las vacilaciones de una existencia que no controla, con una madre amorosa, Olivia (Patricia Arquette), que al verse divorciada decide mudarse a Houston a terminar sus estudios, trasladando consigo a sus hijos, Manson y su hermana mayor, Samantha (Lorelei Linklater). Asímismo, el padre (Ethan Hawke) los visitará frecuentemente, logrando entrar en el mundo de sus hijos. Sin embargo, a través de los años Mason y su hermana sufrirán una ola de padres y padrastros, hermanastros, maestros y jefes, peligros, anhelos y pasiones, que los moldearán como personas.


La cinta ha sido elogiada de un modo desproporcionado, quizá más de lo que amerita su resultado final. Es una cinta notable, con mucho corazón, pero su premeditación le pesa, y al final uno no puede evitar sentir que ha sido usado por un director brillante, pero manipulador.



Boyhood
Con Ethan Hawke, Patricia Arquette, Ellar Coltrane
Dirige: Richard Linklater
EU 2002-2014

Daniel Radcliffe: Trato de probar que no soy sólo Harry Potter

Miguel Cane.

A los 25 años, Daniel Radcliffe (Londres, 1989) es una de las figuras más reconocibles del mundo, gracias a la saga de filmes sobre Harry Potter, que prácticamente lo hicieron crecer frente a las cámaras. Después de concluir su compromiso con esas cintas, Radcliffe ha buscado diversificar su carrera, explorando diversos géneros tanto en cine como en teatro, y ahora regresa al género fantástico como el protagonista de Cuernos.


Esta comedia de horror es el más reciente filme del controvertido cineasta de culto francés Alexandre Aja y está basado en una exitosa novela de Joe Hill (primogénito de Stephen King). Radcliff interpreta a Ig Parrish, un joven que tras una terrible borrachera despierta una mañana con un par de cuernos en la frente, y aunque este inconveniente primero lo asusta, pronto descubre que le ayudará a resolver el misterio del brutal asesinato, un año antes, de su novia, mismo del que mucha gente lo cree culpable.

Realizada con efectos notables de maquillaje y un presupuesto moderado, la cinta parece estar muy lejana del ostentoso universo Potter, no obstante, Radcliffe parece cómodo y contento con su incursión en el cine independiente.


Estás ahora muy lejos de lo que habitualmente te había tocado hacer antes.
Me gusta hacer cine independiente. No es que tenga nada en contra de hacer cine más comercial, para nada, es solo que me permite hacer cosas que de otro modo no podría hacer, y que me interesan como actor y como espectador también.

No cualquiera a tu edad puede elegir un guión. ¿Cómo llegó a ti esta película y por qué decidiste hacerla?
No sé si puedo elegir el guión que me plazca. Lo que sí, es que ahora, más que nunca antes, me llegan muchos. Y tengo que ser muy selectivo, porque aunque me gustan muchos proyectos no puedo hacerlos todos, además de que hay otros proyectos que a mí me gusta desarrollar, es decir, hay tantas historias, que muchas veces no sabes por cuál decidirte, y no es fácil. Ahora, la segunda parte de tu pregunta, ¿cómo llegó? Fue casual, yo no sabía del proyecto, pero me gusta el trabajo de Alexander. Iba a ir otro actor, que finalmente se retiró y de pronto se dio la oportunidad. Dije, bueno, por qué no. El guión me gustó, me gustó el concepto y me gustó conocer a Alexander y a Joe Hill, que escribió la novela. Pensé que iba a divertirme haciendo la película y fue verdad.

 
Además es una buena manera de romper con la imagen de Harry…
Sí, se me ocurrió que podía ser una buena oportunidad para mostrar algo diferente. Es el comienzo de un proceso. La gente no va a pensar que soy el actor más talentoso con verme solamente en una película, o como un solo personaje, aunque le tenga yo todo el cariño del mundo, pero tengo que construir mi trabajo y es lo que he estado haciendo estos tres o cuatro años. Parte de la emoción de hacer Cuernos era encontrar algo diferente y nuevo.

Hay mucho humor, pero también horror y violencia…
Sí. Nunca pensé, que una historia tan escalofriante también pudiera ser tan graciosa. Pero así está escrita Cuernos, una comedia con una vena muy negra y con mucho terror, pero en el fondo es una comedia. Joe Hill dice que si algo aprendió de su padre, Stephen King, es que el horror y el humor tienen que ir tomados de la mano, porque uno sin el otro no puede ser. Y cuando escribes cosas de horror, no tienes mejor maestro que ese. El estilo violento de la película es muy cercano a Alexander, el director. Y me gusta porque no es gratuita, todo sucede con una motivación y por eso funciona bien.

En la película interpretas a un estadunidense. Siendo que se te identifica más como una figura muy británica. ¿Fue complicado?
No, ya había hecho el acento estadunidense antes, cuando estuve en teatro hace unos años. Y si eres actor, pues tienes que aprender a hablar con todos los acentos posibles, así que no tuve mayor problema.

Tienes ahora casa en Nueva York, ¿echas de menos tu vida en Londres?
Pues cuando no estoy trabajando en Estados Unidos siempre vuelvo a mi casa en Londres. Ese es realmente mi hogar. No extraño mucho, la verdad.

Comenzaste a trabajar con 10 años, ¿al principio era solo un juego o ya soñabas en ser una estrella de cine?
No. Ni siquiera me lo imaginaba. Al principio era algo divertido. Me gustaba salir a trabajar, me reía todo el tiempo, me encantaba cada día que pasaba en un estudio. No me parecía un trabajo y sabía que quería seguir siendo actor. Ahora lo veo como algo muy diferente, que requiere mucha disciplina y entrega. No ha sido fácil dedicarme a esto, pero creo que no podría hacer ninguna otra cosa.

Tienes 25 años y has cosechado una gran fortuna, ¿Piensas alguna vez en retirarte?
¿Qué? No (risas). Ni siquiera por un segundo. Trabajo todos los días, desde los 10 años. Ni siquiera sé lo que significa vivir sin trabajar. No disfruto cuando no trabajo, no me gustan las vacaciones. Y por eso, nunca, en ningún momento, pensé en dejar de trabajar después de Potter. Hasta ahora tuve mucha suerte, porque durante 10 años formé parte de una serie de películas lo suficientemente exitosas como para no pensar en la inseguridad profesional. Si no estuviese dispuesto a seguir trabajando tanto como pienso hacerlo, la gente seguramente pensaría que solamente tuve éxito con Harry Potter. Trato de probar a esa gente que no soy sólo Harry Potter, porque hago teatro, hago tele, cine. ¡Es una carrera de 24 horas! Sobre las finanzas, pues mi mamá está a cargo de mis finanzas. Ella lo organiza, ella invierte. Es la que, en cierta forma, está a cargo de ese lado en mi vida.

Aseguras vivir como un muchacho igual que todos, ¿Crees que la gente tiene algún concepto equivocado sobre tu vida real?
No sé lo que piensa la gente sobre mí, porque tampoco leo nada de lo que publican en internet. Supongo que mi secreto es que algún día quiero dirigir cine. No se lo dije a nadie antes. Desafortunadamente no tengo demasiados secretos interesantes. Hay momentos en los que me pregunto cómo sería mi vida si no fuera famoso. Nunca me arrepentí de haber hecho Harry Potter, nunca. Siempre estaré agradecido por la oportunidad que me dieron, porque tengo muchas oportunidades de trabajo que no hubiese tenido si no hubiera sido parte de ese éxito.

¿Cómo te ves dentro de 25 años?
Bueno, entonces voy a ser muy joven (risas). No lo sé. Espero haber podido dirigir alguna película, ése es mi mejor deseo. Y espero seguir tan interesado en la actuación.

¿Dentro de 25 años harías alguna continuación, en caso de que existiera, de Harry Potter?
(Vuelve a reír y no puede parar). Debería leer el guión, como cualquier otro trabajo. Y tendría que escribir la historia Jo (JK Rowling), Y si es bueno... a lo mejor sí. Pero es pura especulación, ¿no? Aunque bueno, es algo que fue tan importante en mi vida que no lo descarto del todo, no. Pero tendría que ser, si algún día sucede, algo excepcional.