29 nov 2012

EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO. Trailers oficiales - Estreno 14 de diciembre

Para tod@s l@s amantes de la obra de Tolkien, por la vía de la literatura y/o el cine, les presentamos los trailers - avances 1 y 2 de EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO. Primera entrega de la nueva trilogía de Peter Jackson.

Y los l@s fans de corazón de los libros de Tolkien, tod@s recordamos que Peter Jackson y los productores tienen los derechos de El Señor de los Anillos, por lo que pueden usar -y usaron- las narrativas contenidas en LOS APÉNDICES de El Señor de los Anillos para redondear EL HOBBIT como Saga Cinematográfica, con las situaciones que ocurren en paralelo cronológico entre la zona de Erebor y el resto de Tierra Media.







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Ruby Sparks: La chica de mis sueños / Ruby Sparks, de Jonathan Dayton y Valerie Faris

La mujer ideal

Miguel Cane



Calvin (Paul Dano) es un novelista en problemas. Hace diez años, cuando aún era adolescente se convirtió en el favorito de público y crítica con su primera novela. Que ésta fuera un éxito de culto, resulta en que al borde de los treinta, vive en Los Angeles, solo con un perro y un bloqueo que lo atormenta, sin idea de qué hacer para escribir de nuevo. Por instrucciones de su psiquiatra, inicia un ejercicio; escribe un sueño y sin proponérselo, acaba haciendo realidad la aparición de Ruby Sparks (la formidable Zoe Kazan, también autora del guión), quien encarna absolutamente todos los deseos y virtudes que él ha buscado inútilmente en otras chicas.



¿De dónde viene? ¿Quién es? Ruby parece adaptarse a todos sus anhelos, conforme él los redacta en su máquina de escribir. Aconsejado por su hermano (Chris Messina), Calvin inicia una relación con ella, pero descubre que tener el poder absoluto sobre la persona que amamos, es muchas veces algo terrible.



Mezcla de comedia romántica con la fantasía de La Rosa Púrpura del Cairo, la nueva cinta de Jonathan Dayton y Valerie Faris – los creadores de Pequeña Miss Sunshine – es difícil de clasificar, pero sumamente satisfactoria. Cada uno de los elementos – el guión de Kazan, las actuaciones que incluyen apariciones especiales de Annette Bening y un sorprendentemente más que tolerable Antonio Banderas, la banda sonora, salpicada con temas del euro yeyé francés, la excelente fotografía y un agudo sentido del humor tomado de la mano del patetismo – funciona perfectamente y consiguen una atmósfera no solo amable, también una reflexión sobre el instinto creativo, la responsabilidad con nuestros actos y también con los vínculos que establecemos.



Como pareja protagónica, Dano y Kazan – que dicho sea de paso, son pareja en la vida real y esto ayuda mucho a sus interpretaciones, si bien también imprime un sello inquietante al último acto – son tan estupendos como en su tiempo fueran (y con toda proporción guardada) William Powell y Myrna Loy o Spencer Tracy y Katharine Hepburn; su química es notable y trabajan muy bien juntos. Dano es un actor sosegado y emocional, donde Miss Kazan hace un paseo por toda la gama psicológica de un personaje complejo y riquísimo.



La cinta le hablará más directamente a los escritores (o aquellos que desean serlo), pero también es una mirada refrescante a los despropósitos del amor. Ágil e inteligente, es una opción para contrarrestar la sacarina habitual del género en carteleras y ofrece una velada estimulante que deja al espectador tan contento como los personajes.

Ruby Sparks: La chica de mis sueños / Ruby Sparks
Con Zoe Kazan, Paul Dano, Chris Messina y Annette Bening
Dirigen Jonathan Dayton y Valerie Faris
EU 2012

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Cristian Mungiu: “Hay que aprender a trabajar entre sombras”

Miguel Cane.

Nacido en Rumania (1968), Cristian Mungiu creció durante las últimas décadas del régimen de Ceaucescu, y tras estudiar literatura inglesa se formó como director de cine. En 2007 su filme Cuatro meses, tres semanas y dos días ganó la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes, donde en este 2012, con Más allá de las colinas, obtuvo el premio al mejor guión, mientras sus dos protagonistas, en tándem, recibieron el premio a la mejor actriz. La controversial cinta se estrenó en México en el Festival de Morelia, y en España en el Festival Internacional de Cine de Gijón. Próximamente podrá ser vista en salas de toda la República.



Mungiu, jovial y humilde, es considerado hoy en día uno de los cineastas más interesantes. Encabeza la llamada “Nueva ola” del cine de Europa del Este y algunos ya le conceden el título de auteur, si bien su sencillez disipa la imagen de genio que le han creado, y es el primero en admitir que no se considera un artista, sino más bien únicamente alguien que ejerce un oficio y lo hace con amor y dedicación.

¿EXISTE UN TEMA QUE HERMANE TU NUEVA CINTA CON LA ANTERIOR?
No, en absoluto, son completamente distintas. Lo único que tienen en común es que se desarrollan en Rumania, pero creo que para comprender Más allá de las colinas hace falta borrar de la mente lo que hice en la anterior, porque lo que he querido contar es otro tipo de historia. No se trata de una película sobre la amistad, como era el caso de la primera, sino sobre el amor y el sentimiento que provoca la pérdida de ese amor, es sobre las elecciones que tomamos. Que las protagonistas sean dos mujeres, nuevamente, es algo completamente circunstancial. Si el libro, que fue lo que me llamó la atención, hubiera tratado acerca de dos hombres, igual me habría interesado.



¿PODRÍA DECIRSE QUE ES UNA HISTORIA EN QUE EL AMOR Y EL HORROR VAN DE LA MANO?
Es una historia de amor. Pero también tiene muchos otros temas, es difícil señalar uno solo. Las reacciones de los dos personajes principales, Voichita y Alina, obedecen a un sistema educativo deficiente que se impuso mucho tiempo antes y que no cumple su objetivo con estos personajes. Lo que me interesa no es señalar esas deficiencias, a fin de cuentas, las opciones son importantes. ¿Tenemos siempre alguna razón para ayudar a los demás, incluso a los que amamos? ¿Les ayudamos realmente imponiendo nuestros valores en contra de su voluntad? Este hombre de fe quiere ayudar a la chica porque, por otro lado, nadie lo hace. Él la lleva al hospital, pero los médicos no pueden cuidarla y él interpreta este fracaso como una licencia para ejercer cualquier derecho sobre su suerte o sobre su tratamiento. Sus actos se corresponden con sus elecciones, pero no sabemos si él ha elegido realmente sus creencias o cómo ha llegado a esta forma de vida. No se juzga.



¿QUÉ ROL JUEGA LA RELIGIÓN EN EL CONFLICTO QUE PLANTEA LA TRAMA?
La religión es una ideología y como tal, está abierta a innumerables interpretaciones. Personalmente yo no busco criticar a nadie. La historia habla de casos particulares. No se trata de generalidades y no represento a la sociedad rumana describiendo esta pequeña comunidad religiosa. Una película no tiene capacidad para ser tan general en ese aspecto. Más allá de las colinas trata más sobre superstición que de religión, en todo caso, y de cómo ésta afecta las vidas de los personajes. Yo no pretendo hacer un análisis de los perversos efectos de la religión, que los hay y están a la vista, no invento nada nuevo, pero es importante señalar que tampoco digo que las creencias de esta gente correspondan a las de la Iglesia rumana ortodoxa como institución.

¿QUÉ IMPACTO TUVO EN RUMANIA EL ESTRENO DE ESTA CINTA?
La película fue un éxito de público, claro, pero su éxito también creó cierta confusión. La intención era fomentar un debate social. Pero lo que ocurrió en Cannes, igual que pasó con Cuatro meses, tres semanas y dos días la convirtió en un acontecimiento, una película que había que ver y, en ningún caso, cuestionar. Resultado: no hubo debate. Por lo demás, su triunfo no mejoró la situación del cine rumano. Actualmente hay solamente unas 20 pantallas de cine para 20 millones de habitantes. Las estadísticas dicen que cada rumano va al cine una sola vez cada 10 años. Es trágico, la verdad.

¿EXISTE LA LLAMADA “NUEVA OLA” DEL CINE RUMANO?
Es solo eso, una etiqueta. No hay un plan ni un manifiesto ni nada de eso, solo somos una serie de directores de edad similar que nos expresamos a la vez y que reaccionamos contra el tipo de cine que se hacía en Rumania a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Nada más. Sí, es algo quizá agradable, pero no creo que sea un fenómeno.

EN ESTA ÉPOCA EL DIRECTOR ES UNA ESTRELLA QUE GARANTIZA QUE UN PROYECTO SE REALICE.
Pienso que un cineasta no debe nunca trascender al material con el que trabaja, o la historia que busca contar. Hay que ser humilde, para poder trabajar realmente con libertad. Saber trabajar entre las sombras para contar bien lo que uno va a contar. No imponer nunca el “porque yo quiero” o “porque yo lo digo”. Un director no debería ser nunca más importante que su película, su historia o que el público. Esa es mi opinión.

¿HA VENIDO YA HOLLYWOOD A TENTARLE?
Bueno, es como todo cuando haces algo que llama la atención. Pero preferiría seguir trabajando en Rumania. Si acaso hubiera un proyecto que me interesara hacer en inglés, invitaría a actores a venir a trabajar conmigo. Básicamente para no comprometer la libertad con la que ahora cuento. No tengo presiones ni compromisos y esa es una gran ventaja, porque me permite contar historias mucho más universales. Podrían estar situadas en Nueva York o en España o en Italia. Pero no vivo en ninguna de esas locaciones. Creo que en el fondo, salvo detalles muy específicos en el aspecto de las culturas, en el fondo, toda historia puede hablarle a todo tipo de público desde cualquier lugar. Por lo mismo, no siento gran interés por irme a Estados Unidos. Lo cierto es que yo trabajo más a gusto en donde estoy, y la fama no me interesa para nada, para alguien en este oficio, eso solo es un estorbo.

* * *
Cristian Mungiu nació en Iasi, Rumania, en 1968. En 2007 obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes con su película Cuatro meses, tres semanas y dos días. Entre sus películas se encuentran el cortometraje Zapping (2000), Occident (2002) y Amintiri din epoca de aur (2009). Con Cristi Puiu, Radu Muntean, Cristian Nemescu, Corneliu Porumboiu y Câtlâin Mitulescu forma parte de la “Nueva Ola” del cine rumano.


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21 nov 2012

Más allá de las colinas / Beyond the Hills, del cineasta rumano Christian Mungiu

Miguel Cane.



Voichita (Cosmina Stratan), que vive en un remoto monasterio ortodoxo, recibe la visita de Alina (Cristina Flutur), su amiga íntima de la infancia. Crecieron juntas en un orfanato y compartieron una relación muy cercana. Ahora, Alina vive y trabaja en Alemania, y regresa a Rumania con la esperanza de que Voichita regrese con ella. Pero ella ha encontrado la traquilidad y consuelo en su fe ortodoxa, allí entre sus hermanas compañeras y el Padre (Valeriu Andriuta), y está renuente a dejar el monasterio.



Christian Mungiu se toma su tiempo para sumergirnos cuidadosamente en los desolados alrededores del monasterio: una serie de edificios maltratados por el viento, escondidos en alguna parte de las colinas rumanas. No es un lugar acogedor, sin electricidad ni agua corriente, pero esta dureza está plasmada con una extraña belleza muda gracias a la experta cinematografía de Oleg Mutu, en pantalla ancha, que transforma todo el conjunto en algo cautivante.



Mungiu realiza la puesta en escena es, al mismo tiempo, fascinante y perturbadora: aún cuando los personajes apenas se mueven y la cámara está fija, siempre ocurren muchas cosas dentro del encuadre. No está interesado en deslumbrar al público con su capacidad artística; prefiere presentar momentos muy sencillos de sutil maestría cinemática, plasmados con un ritmo hipnótico que atrae completamente al espectador a ese mundo. También triunfa con brillantez en su selección de actrices. Flutur y Strata tienen actuaciones magníficas en su debut. Juntas tienen una gran química, y sus escenas nos hacen creer con facilidad que se han conocido durante toda su vida, si bien resultan aún más fuertes de manera individual. Flutur exhibe una intensidad cruda y feroz que es, por momentos, muy angustiante de ver. Stratan es el polo opuesto, con rasgos suaves, palabras susurrantes y emociones dulces, pero que igual afectan trágicamente el resultado.



También notable es el delicado equilibrio del mensaje del filme. La religión no se muestra exactamente bajo una luz halagüeña, pero la cinta tampoco es una condena. Lo mismo ocurre con las otras instituciones públicas burocráticas que se encuentran en el guión. Hay una gran zona gris que parece culpar del inevitable y horrendo –pero totalmente prevenible- final, no a un grupo o individuo sino, quizás, a la humanidad o a la sociedad moderna como un todo y esto es algo que nos hace como espectadores, no solo testigos, si no partícipes de la historia.

El filme, de una extraña hermosura, a lo largo de dos horas y media, consigue mantenerse ágil, donde sería muy fácil tropezar hacia el tedio. Las “memorias” hechas novela de Tatiana Niculescu Bran, encuentran una adaptación fiel y elegante: la prosa se traduce en imágenes sosegadas que se tornan poco a poco inquietantes y el resultado es demoledor. La New Wave rumana, de la que Mungiu es uno de los principales exponentes está viva y bien, y su atrevido juego, el mostrar una cara de Europa que habitualmente no llega a las pantallas de cine, es abrumador en su honestidad, que no deja a nadie indiferente.

Exhibida en el Festival de Gijón (España) y de Morelia (México).

Beyond the Hills, del cineasta rumano Christian Mungiu.

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Channing Tatum: "Ser stripper es muy difícil"

Miguel Cane.



Hasta hace cinco años muy pocos habían escuchado el nombre de Channing Tatum (Alabama, 1980). Pero en 2012 todo mundo ubica a este alto y bien parecido ex jugador de futbol universitario, tras haberse convertido en el actor que más películas protagonizó este año. Además de la acción de Haywire (dirigida por Steven Soderbergh), la comedia romántica Todos los días de mi vida y la taquillera versión en cine de la teleserie 21 Jump Street, ahora es el protagonista, junto con Matthew McConaughey, de la película Magic Mike, una comedia dirigida también por Soderbergh, en la que interpreta un rol diferente a lo acostumbrado y que en cierta forma es con el que más se identifica: un joven stripper que baila en un espectáculo para damas, uno de los muchos trabajos que de verdad desempeñó antes de ser actor.



¿TE SORPRENDE HABERTE CONVERTIDO EN UN TIEMPO RELATIVAMENTE CORTO EN UN ACTOR CON PODER DE TAQUILLA, EN UNA ESTRELLA?
Supongo que sí me sorprende, porque hago lo que me gusta sin tener el control de hacer que a la gente también le guste mi trabajo... (risas). Yo trabajo porque lo disfruto. Pero claro, a fin de cuentas, todos queremos que la gente nos quiera. Todos los actores, creo, en el fondo, somos así. Un poco vanidosos, un poco egocéntricos. No demasiado, pero un poquito. Verás, yo no soy una persona arrogante que se convirtió en actor por pensar que soy interesante ni pienso que todos deberían escucharme y prestarme atención: “¡Hey! ¡Mírenme!”. No es lo que hago. Solo trato de hacer lo mejor, esperando que a la gente le guste. Y tampoco tiene que encantarle, con que le guste un poco me conformo. Finalmente, uno trabaja para el público.

¿QUÉ PASARÍA SI NO EXISTIERAN LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS DE TU CARRERA?
¡Dios! Probablemente se borrarían también algunas malas críticas (risas). Dios sabe que he hecho películas malas, pero también he ido aprendiendo del oficio sobre la marcha. Seguramente tendría mucho menos. Pero también han sido años muy buenos. Conocí a mi esposa (la actriz Jenna Dewan). Cosas buenas y cosas malas.



¿TE GUSTARÍA BORRAR ALGUNO DE LOS TRABAJOS QUE TUVISTE EN EL PASADO?
No, para nada. Como te dije, yo no tenía formación actoral formal ninguna cuando entré en este mundo. Venía del deporte, de ser modelo. No me da vergüenza admitir que me hice actor trabajando ya en ello. El primer día en un estudio de cine fue realmente mi primera clase de actuación. En cierta forma, todavía estoy en una escuela de cine cada día que voy a trabajar. Es la verdad. No quiero olvidar todo el proceso de aprendizaje que viví. Te digo, hice películas muy malas, y estuve terrible en ellas, pero poco a poco fui encontrando papeles que me resultaban más retadores, buenos guiones y me enamoré de mi profesión. No cambiaría nada. Todo es experiencia.

¿PODRÍAS DECIR QUE FINALMENTE LLEGASTE A SER ESTO PORQUE ERA TU DESTINO...?
Supongo que tienes razón. No sé si creo en el destino como algo establecido, donde todo está decidido para nosotros, pero creo que los momentos o las decisiones que tomamos nos llevan a nuestro destino. Lo que queremos, lo que sabemos sobre la vida que queremos o necesitamos. Pienso que la vida tiene que ver con la gente que toma esas decisiones y aprende ciertas cosas, encontrándose eventualmente con las personas destinadas a conocer. ¿Me entiendes? Yo no me imaginaba que iba a llegar a esto.



ADEMÁS LA PELÍCULA SE BASA EN TUS EXPERIENCIAS, ¿NO ES VERDAD?
Sí, es cierto. A los 19 años dejé la universidad. Quería encontrar mi lugar en el mundo y no sabía qué iba a ser de mí. Me ofrecieron un trabajo en un club en Florida, ya sabes, un club para señoras, y bailaba con el nombre de Chan Crawford... ¡no me iba mal, eh! (se ríe). Fue una buena experiencia, aunque no lo hice mucho tiempo. Pero siempre pensé que sería una buena película. Se lo conté a Steven cuando estábamos rodando Haywire y me dijo que sí, que le gustaba la idea, buscamos un guionista y en menos de seis meses teníamos el proyecto de Magic Mike andando. ¡Fue alucinante!

¿FUE EXTRAÑO RETOMAR ESA PARTE DE TI, APRENDER COREOGRAFÍAS NUEVAS?
Fue cansado. Tuvimos que ensayar muchas horas. Empezábamos a las seis de la mañana. Steven es un perfeccionista y quería que todo saliera como él quería. Y te diré una cosa: ser stripper —no importa el género— es muy difícil. No es solo cosa de pararte en una tarima o enredarte en un tubo, cuando son chicas, o quedarte en cueros si eres chico. Es una disciplina, como el karate. Terminábamos agotados, pero no puedo negarte que también es algo muy divertido.

SE ESTRENARON CUATRO PELÍCULAS TUYAS CASI AL MISMO TIEMPO. ¿COINCIDENCIA?
Sí, y muy sorprendente. No tenía la menor intención de salir con tantas películas en un mismo año. De verdad no era mi plan. El año pasado hice tres películas y son las que se estrenan este año. Haywire, por ejemplo, la había hecho hace bastante tiempo. Y entre Steven y el estudio estuvieron peleando sobre la versión de la película Magic Mike que querían mostrar. Hubo ciertas diferencias creativas y perdimos la ventana para estrenarla antes, porque se hubiera perdido entre otras películas más grandes. Por eso decidieron aguantarla. Después hay otra película independiente, Ten Years, que tuvo un camino bastante interesante para exhibirse, pero volvimos a perder la ventana de ese estreno. Todavía estamos viendo qué va a pasar con esa película. Pero ya sabes, este negocio es así.

DE TODOS ESTOS ESTRENOS, SI HUBIERAS TENIDO QUE ELEGIR UNO, ¿CUÁL HABRÍA SIDO?
Obviamente Magic Mike, porque la escribimos, produjimos y financiamos toda nosotros. Ahí puse mi corazón. De verdad. Es una película muy extraña que nunca antes habíamos hecho ni Steven ni yo. Vas a ver cosas físicas que nunca antes viste, aunque es una historia muy... Es del estilo de Fiebre de sábado por la noche, sobre la vida de un stripper, pero no tiene nada que ver con mi vida real. Es como Flashdance, ¿te acuerdas? Solo que esas eran las historias de unas chicas, y esta es una historia de hombres y quisimos que fuera muy realista, no tan sórdida, realista. Con humor, como la vida misma.

HUBO CONTROVERSIAS CON EL ESTUDIO EN LA POSPRODUCCIÓN, ¿FUE POR LOS DESNUDOS?
Es que sí hay muchos desnudos (risas). No, no, en serio, no hay nada frontal o algo parecido. Nada vulgar. Está todo filmado con buen gusto, creo. Dimos nuestra cuota justa para entretener. Se ven muchos hombres desnudos... de espaldas, pero tampoco bailan en un poste como las mujeres. Los strippers hombres son muy diferentes. Hacemos ciertas rutinas de danza pero no nos agachamos para mostrar nada. Es todo completamente diferente. Y de verdad, es una película a la que puedes llevar a tu mamá. No ofende. De veras (risas).

¿CÓMO SE SIENTE SER UNA ESTRELLA? ¿TE HA CAMBIADO TODO ESTE ASUNTO?
¡No! Mira, yo nací en un pueblo de 15 mil habitantes. Crecí sin mucho dinero. Mis padres están contentos, nos educaron a mi hermana Paige y a mí para ser gente trabajadora y sencilla. Somos, en el fondo, gente de campo. Todo esto de Hollywood está muy bien, pero no es permanente. Esto mis padres lo saben y me lo dijeron: aprovéchalo mientras dure. Eso he tratado de hacer. No te niego que es genial verte en los carteles y en las revistas, pero es pasajero. Mañana quién sabe. Pero ahora mismo, está bien.

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15 nov 2012

Magic Mike, de Steven Soderbergh

Los tipos duros sí bailan

Miguel Cane



Un joven, al que apodan The Kid (Alex Pettyfer), intenta ganarse la vida como puede. Tiene un físico imponente y dotes para el baile, pero anda un poco desorientado. Todo cambiará cuando se introduzca en el mundo del striptease masculino de la mano de Magic Mike (Channing Tatum), un experimentado rompecorazones amante de las juergas nocturnas que le enseñará a Mike todo lo que necesita saber para ganar dinero a través del arte de la seducción, aunque el mundo deslumbrante al que lo invita, no es precisamente uno de dicha.



Magic Mike es un filme afín a las intenciones de Showgirls, que fuera una extrapolación sobre la prostitución encubierta del espectáculo y Las Vegas, pero mucho mejor realizado. Steven Soderbergh lo cuenta con pericia de maestro y mucho oficio. Consigue hacer de su largometraje una celebración del cuerpo en movimiento, del fervor hedonista, de la lujuria.



El prólogo nos avisa de los claroscuros de la película: Dallas, el personaje interpretado por Matthew McConaughey, es mostrado al espectador en contraluz, entregado a un público femenino que sólo busca el contacto efímero, un brutal impacto, sin embargo, superficial. Otro de los logros del filme es su manera de exhibir una crítica al sueño americano. Es la historia de un ascenso y una caída, el clásico relato estadounidense de hombres forjados a sí mismos, pero en vez de gracias al petróleo, es por su cuerpazo.



Debido a esa honestidad, el filme rompe el molde, no hay miedo al exhibicionismo, a la poca elegancia que supone ganarse la vida meneando las caderas. Es un acierto que el guión basado en experiencias del propio Tatum y escrito por Reid Carolin no evite tabúes, si bien tampoco se libra de algunos lugares comunes. La película en si es sólida y notable; consigue dos objetivos nada desdeñables: filmar como nunca se ha filmado un filme completamente masculino, y retratar con certeza y sin pudor alguno la perversa vinculación entre la obsesión por posesión y el pago por deseo, así como la búsqueda de algo más allá de ser solo un trozo de carne.

Magic Mike
Con Channing Tatum, Alex Pettyfer y Matthew MacConaughey
Dirige Steven Soderbergh
EU 2012

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Ben Affleck: “Quise hacer 'Argo' por ser una sátira de Hollywood"

Miguel Cane.



En los últimos cinco años Benjamin Geza Affleck (Boston, 1972) demostró ser mucho más que una apuesta estrella de Hollywood. Alcanzó fama como guionista, ganador de un Oscar junto con su amigo Matt Damon por Mente indomable en 1997 y realizó numerosas películas de éxito, pero al incursionar en la dirección con Gone Baby Gone y The Town, demostró tener un talento especial para el oficio. Casado con la actriz Jennifer Garner y padre de tres pequeños, ha recibido los mejores comentarios de su carrera con el estreno del filme Argo, el cual actúa y dirige, basado en la historia de los seis funcionarios consulares estadunidenses que en la realidad escaparon de la toma de la embajada en Teherán, el 4 de noviembre de 1979, durante la revolución islámica en Irán, así como en la arriesgada operación clandestina conjunta de la CIA y el gobierno canadiense para ayudarlos a escapar con vida del país. Todo contado en clave de thriller de suspenso, por lo que se perfila como uno de los filmes del año.



¿CUÁLES SON LAS COSAS MÁS IMPORTANTES QUE HAS APRENDIDO SOBRE REALIZACIÓN CINEMATOGRÁFICA EN TUS DOS PELÍCULAS ANTERIORES Y EN ESTA ÚLTIMA?
Bueno, hacer Argo me ha reforzado lo que pensaba. Sé que decir esto es un poco cliché, pero he aprendido que no puedes hacer una película que siquiera funcione, mucho menos que sea buena, sin que tengas un buen guión escrito y buenas actuaciones. Así que ésa es la lección que me ha llevado a no dejarme distraer por otros aspectos de la dirección, y enfocarme en la esencia de la historia, las palabras, los hechos y la forma en que éstos son interpretados. Esa filosofía me ha llevado a este lugar, que realmente me gusta.



¿QUÉ TENÍA EL PERSONAJE QUE SE TE METIÓ EN LA PIEL Y TE LLEVÓ A INTERPRETARLO?
Quise hacerlo porque el guión era muy interesante. Lo que me atrajo de inmediato fue que era un thriller. Y además, en la misma medida, era una sátira de Hollywood, además era un caso real con una trama de verdad intrincada. Parecía una película fantásticamente interesante y quería ser parte de ella, realmente quería dirigirla. Así que la parte del actor de mi cerebro, que todavía estaba en la fase de audicionar para el papel, hacer las conexiones y conseguir el personaje, le pidió trabajo al director de la película (se ríe). El director estaba acorralado y tuvo que decir que sí. Pensé que era interesante subvertir al protagonista tradicional de Hollywood y, a cambio, tener a un tipo en una situación en la cual instintivamente no queiere ser notado. Y que este tipo lograra que la gente hiciera cosas de las que tiene mucho miedo y tratara de salvar la vida de las personas. Fue algo muy interesante, sobre todo porque Tony y yo físicamente no nos parecemos para nada.



ERES DIRECTOR, PRODUCTOR Y ACTOR DE LA PELÍCULA, ¿CUÁLES SON LOS PUNTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE ESTOS ROLES?
Bueno, creo que no importa lo que estés haciendo; si tratas de hacer una película necesitas trabajar con personas que sean realmente buenas, que te hagan ser mejor. Tengo muchos créditos en esta película, pero creo que funciona, acaso es mejor que las otras en las que me he involucrado gracias al extraordinario reparto de actores y a las cosas que estuvieron dispuestos a hacer, al guión de Chris Terrio y a la sociedad con estos productores. En ese sentido estaba en una posición envidiable. Yo no veo esto roles como necesariamente diferentes. Todo es parte de la realización cinematográfica. Así que me es difícil distinguirlos y poner a cada actividad en una casilla.

¿QUÉ REACCIÓN TUVISTE EN CASA CON ESE LOOK TAN DE LOS SETENTA?
Mi familia odió de forma unánime mi apariencia setentera (risas). Por distintas razones, creo, pero era un frente unido. Mis hijos me decían “¿por qué no te rasuras esas púas, papá?”. Jennifer solo se reía y les contesté que debía tenerla por el trabajo. Entonces mi papá, que estaba ahí, dijo “¿qué clase de trabajo es ése para que te veas así?” (risas).

TODAS LAS SECUENCIAS PARECEN COMPLICADAS, PERO ¿HUBO UNA QUE FUERA REALMENTE DIFÍCIL?
Cuando contratas grandes actores tienes suerte y tratas de generar una atmósfera donde pueden relajarse, tomar riesgos y tener éxito. Esa parte fue divertida. Y el punto de mayor reto fueron las grandes escenas con extras. Para nuestro diseñador de producción y todos los involucrados, lo más difícil era lograr que esas miles de personas en Turquía se presentaran. Hubo mucha ansiedad sobre si lo harían. Tratamos de que todo fuera lo más real posible y eso requería a muchas personas. La toma de la embajada y la secuencia del aeropuerto fueron agotadoras pero muy satisfactorias.

INTERPRETAS A UNA PERSONA REAL, TONY MENDEZ. ¿PASASTE ALGÚN TIEMPO CON ÉL; DE QUÉ PLATICARON?
Nos vimos en un viejo y famoso bar en Georgetown. Allí fue dónde Aldrich Ames le pasaba los nombres de los agentes estadunidenses en Rusia a sus contactos rusos. Cuando me contó eso, de pronto me di cuenta de que era una historia real, sobre una persona y un mundo real, donde hay vidas en juego. No se trataba sólo de deslizarse por el techo, patear la ventana y dispararle a tres tipos, ese tipo de cosas que en Hollywood tendemos a pensar sobre la CIA. Lo que pasa con estas personas es que son como nosotros. Fue muy inspirador reunirme con Tony y saber cómo había participado. Tiene un cameo en la película. Es un gran tipo.

¿PORQUE FINALIZAR CON LA VOZ DEL EX PRESIDENTE JIMMY CARTER?
Yo quería oír su voz hablándole al público, decir que sí, que realmente todo esto ocurrió, y que la mente del espectador fuera consciente de eso. Oyes a la persona que fue presidente, que ordenó la misión. Fue difícil, porque no queríamos politizar la película. Así que por eso usamos sólo la voz, porque pudiera haberlo dicho en una conferencia de prensa o en una entrevista hace 10 o 20 años, o lo que quieras pensar. Así que fuimos a entrevistar a Carter y dio esta declaración, que era directamente sobre nuestra película y nuestra historia. Y resultó sorprendente.

CONSIDERANDO QUE LA SITUACIÓN EN MEDIO ORIENTE INVOLUCRA EMBAJADAS Y CONSULADOS, ¿EXISTÍA PREOCUPACIÓN POR EL TEMA DE LA PELÍCULA?
Siempre fue importante que la película no se politizara. Nos costó mucho que se viera real, basada en hechos; por un lado sabíamos que en Estados Unidos se estrenaría antes de las elecciones presidenciales, cuando todo se politiza. Por otro, cuando filmábamos no podíamos predecir qué tan graves se pondrían las cosas, pero incluso cuando rodamos la cinta vimos algo de resonancia de la Primavera Árabe, de los países que estaban turbulentos. Así que, naturalmente, queríamos ser cuidadosos y juiciosos a la hora de presentar los hechos. Y también ser muy firmes con ese enfoque. Solo porque esta parte del mundo está pasando por convulsiones sociales y turbulencias no quiere decir que dejes de observarla o hablar de ella.

SI NO FUERA UN HECHO REAL SERÍA UNA HISTORIA INCREÍBLE ¿NO CREES?
Cierto, cierto (se ríe). Bueno, no sería tan interesante. Sabes, creo que sería algo como “y entonces llegó Hollywood”. Y no se trata de eso. Creo que hicimos un gran trabajo. Estamos muy orgullosos.

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8 nov 2012

Argo, de Ben Affleck

Verdades increíbles

Miguel Cane



El 4 de noviembre de 1979 en Teherán, durante los momentos más álgidos, violentos y confusos de la Revolución Islámica que colocó a la cabeza de la nación iraní al enigmático Ayatollah Khomeini, tras ser depuesto el Shah Reza Pahlevi, una turba de estudiantes y civiles tomaron por repentino asalto las instalaciones de la embajada estadounidense en dicha capital, y procedieron a ocuparla por trece meses.



Casi todo el personal diplomático fue tomado como rehén, en un episodio escalofriante de la historia reciente, que fue la debacle de la presidencia de Jimmy Carter y que mantuvo la atención internacional fija en la situación. Pero hay una hebra de esa historia que hizo titulares también en su momento, pero no tuvo tanto eco como el drama primordial, si bien es una historia tan fascinante como esa.



Durante la toma de las instalaciones, en medio del caos y el pánico, un grupo de diplomáticos adscritos como funcionarios consulares pudieron escapar y ocultarse, primero en otras embajadas y finalmente, en la residencia privada de Kenneth Taylor, embajador de Canadá, convertidos en una suerte de variación moderna de Anna Frank y sus compañeros de encierro, temerosos por su vida.



Un operativo secreto de rescate es puesto en marcha, comisionado por Carter, a través de la CIA y los planes para llevarlo a cabo, parecen todos poco factibles, hasta que el agente experto en rescates y huidas, Tony Méndez (Ben Affleck, que también dirige, en una interpretación sólida y sosegada) llega con una idea que, de tan inverosímil resulta ser la más viable: infiltrarse en Irán con la guisa de ser parte de una productora cinematográfica canadiense, que busca escenarios naturales en Teherán para rodar un filme de ciencia-ficción llamado “Argo”, mismo que, evidentemente no existe. Para que su plan tenga consistencia, Méndez se apoya en un oscarizado experto en maquillaje y efectos (John Goodman) y un productor afamado (Alan Arkin) quienes en pocos días le enseñan los tejemanejes de Hollywood, para hacer creíble su mentira y darle las herramientas para entrar a rescatar a los prófugos, que están cada vez más cerca de ser descubiertos por el régimen, en ese momento, muy propenso a colgar a los “traidores” a su causa del alumbrado público.

Con un ritmo que no cede, una tensión que va en crescendo y una sobria elegancia en su trabajo de cámara, Affleck aborda este caso real y, aunque el desenlace del mismo ya es historia, consigue atrapar al espectador y mantenerlo atento y en suspenso a lo largo de las casi dos horas y media del filme.

Valiéndose de una compañía sólida de intérpretes que aportan a una atmósfera excelente, cumple la promesa que ya se asomaba en sus dos filmes anteriores y deja ver una cinta prístina y directa, que hace eco del trabajo de la época de John Frankenheimer, John Schlesinger y, en una última, feroz secuencia situada en el aeropuerto, hasta del mismo Hitchcock. Pero sus alusiones en estilo y desarrollo no son burdas o invasivas: Affleck toma su historia y la cuenta, entrelazando al agobiante suspenso, elementos de humor y acción, que apuntalan un filme que si bien, no es perfecto (todo lo posterior a la secuencia mencionada se siente casi prescindible), aprovecha todos sus componentes para ser una experiencia rica en matices, bien dirigida y sumamente satisfactoria, que se las ingenia para atrapar y sorprender.

Argo
Con Ben Affleck, Alan Arkin, John Goodman y Victor Garber
Dirige Ben Affleck
EU 2012

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3 nov 2012

Javier Bardem: el villano Silva de Skyfall

Javier Bardem

Miguel Cane.



Actualmente es el actor español con mayor proyección internacional, sin embargo, Javier Bardem (nacido Javier Ángel Encinas Bardem en Las Palmas de Gran Canaria en 1969) procura mantenerse sencillo y con los pies en la tierra. Es hijo de una de las actrices más celebradas de su tiempo, Pilar Bardem, y parte de una familia artística muy versátil y desde muy joven se inició en el cine, con participaciones hoy célebres en filmes como Jamón, Jamón, Carne Trémula (de Almodóvar), Mar adentro, Los lunes al sol y Antes de que anochezca, por la cual, en la que interpretó al escritor cubano Reynaldo Arenas, fue el primer actor español en ser candidato a un Oscar al mejor actor en 2000.



Desde entonces ha tenido una mayor presencia internacional y en 2007 los hermanos Coen lo llevaron como el memorable villano de Sin lugar para los débiles (basada en la novela de Cormac MacCarthy), obteniendo así la estatuilla en el renglón al mejor actor de soporte. Cuidadoso de no revelar nada de su vida personal (es una de las condiciones que expresamente solicita antes de hablar con los medios: “de trabajo todo, de mi vida privada, nada. A la primera que me hagáis, me largo.”) está casado con la también oscarizada Penélope Cruz, con quien tiene un hijo, Leo, nacido en 2011, ahora promueve su más reciente filme, 007: Operación Skyfall, en la que interpreta a Raoul Silva, el peligroso enemigo de James Bond, en la entrega número veintitrés de la franquicia, que celebra con su estreno su cincuenta aniversario. Durante la charla, Bardem recuerda que fue el propio Daniel Craig, que encarna al agente 007, quien se acercó a él en un evento en Los Ángeles en 2009 para proponerle el papel, cuando la película aún estaba en medio de su accidentada preproducción y no se sabía si iba a haber rodaje.



¿Por qué decir que si a una película de James Bond, en lugar de cualquier otro proyecto?
“Porque me gusta muchísimo Bond. Porque quise hacerlo. Le dije a Daniel que sí, claro, que hacer Bond sonaba muy bien, pero siempre hay que leer el material. Lo más importante es la historia y cómo están creados los personajes. Cuando leí el guión vi que era muy rico y trabajé con Sam Mendes en crear un villano con un objetivo muy claro. No es un megalómano, no quiere destruir el mundo porque sí. Tiene una motivación y eso lo hace más próximo al espectador. Así que al leerlo – y tuve que pedir que me lo mandaran traducido al castellano el guión para realmente sumergirme en él – decidí que era algo perfecto y quise ser parte de él.”



¿Eras seguidor de la saga? ¿Cuál fue la primera película de Bond que viste?
“Esa fue Moonraker, con Roger Moore. De eso me acuerdo. Debo haber tenido, no sé, doce años. Obviamente me pareció algo enorme. Después vi otras, todas en desorden: De Rusia con amor, Goldfinger, Al servicio secreto de su majestad... me gustaban sobre todo las clásicas. Esas son las que vi de chaval y las que tomé en parte como referencia cuando Sam y yo comenzamos a trabajar la construcción del personaje.”

Ese es un detalle importante. Eres muy puntilloso a la hora de ensamblar el personaje que interpretas, tanto en su psicología como en su aspecto. ¿Cómo fue con alguien como Silva?
“Hacer esta clase de personajes es muy difícil, sobre todo porque se puede caer en el tópico del villano en un descuido. Sam y yo decidimos que el punto clave de su personalidad es la reacción de incomodidad que suscita, una sensación que surge a raíz de conocer el pasado de Silva y que explica, en parte, las razones de su aspecto y características físicas, que incluye el pelo teñido de rubio y una voz muy particular.”



El cabello, los ojos, el lenguaje corporal. Son algo inquietante, ¿de dónde salen?
“Lo del tinte platino en el pelo fue algo que se nos ocurrió a Sam y a mí, igual que el diseño de maquillaje para dar forma a la cara. Nunca me ha dado miedo hacer cosas así si el resultado es lo que quiero. De Silva, desde que lo leí, me atrajo la idea de poder entender de forma emocional, orgánica y hasta epidérmica la situación de esa persona, así que me aproximé a él a medio camino entre ficción y realidad pero asegurándome de su verosimilitud todo el tiempo. Mira, Silva tiene elementos de los villanos clásicos de Bond como Blofeld o el Doctor No, porque queríamos hacer un homenaje al 50 aniversario de la saga, pero también quise hacer de él alguien que tuviera los pies en el suelo aunque se dejara volar también, que es lo que la gente espera de un personaje así. Los villanos de Bond son un género en sí mismo (se ríe) Y mi principal reto fue construir el comportamiento y personalidad de Silva en un espacio de tiempo limitado, porque en realidad no tengo tantas escenas. Aunque Silva está involucrado en todo desde el principio, yo aparezco en el filme hasta pasada la primera hora.”

¿Qué tal la interacción con Mendes y Craig?
“Tanto Daniel como Sam tienen un sentido del humor extraordinario con el que me hicieron reír sin parar y eso es algo que yo disfruto mucho. Me despertaba todas las mañanas que estuve en el rodaje con muchas ganas de ir a trabajar. Fue estupendo hacer esto con ellos; de Daniel no me ha sorprendido nada. No lo conocía en absoluto, más que de decirnos 'Hola qué tal' y ya, pero como actor sabía que era muy sólido, muy bueno y con una fuerza extraordinaria, lo recordaba en películas que hizo antes de Bond, y me parecía genial. Imaginaba que íbamos a hacer buenas migas y así fue. Nos conocimos, nos dimos la mano y supe que iba a ser fácil. A Sam Mendes también lo admiraba mucho, desde que vi Belleza Americana, pensé “qué grande es” y de verdad, lo es. Es un director que se involucra totalmente en cada aspecto del rodaje, se relaciona con todos los participantes, los técnicos, los actores. Trabajar con él fue como si bailáramos tango los dos juntos. Así lo sentí. Sam te sigue con el ojo de la cámara y en cada toma te da cosas muy ricas. Fuera del rodaje, además, es una persona muy comprometida con lo que hace.

Ahora formas parte de la saga Bond. ¿No es extraño, cuando apenas hace unos años eras un espectador? ¿Qué tal es ser parte de este legado?
“Sí, es una sensación rara. Me dio cierto vértigo al recibir el guión y darme cuenta de la magnitud de la propuesta. Es imposible que al pasar a formar parte de la la franquicia más larga de la historia no te vengan recuerdos e imágenes de las películas de Bond que he visto y de pronto darte cuenta, de que ahora vas a ser un personaje en ella, pero rápidamente me olvidé de todo eso y, como los demás, me centré en hacer mi trabajo lo mejor que pude para darle a Sam lo que me pedía. Silva es un personaje cuyas acciones tienen como objetivo el que Bond no sepa cómo reaccionar ante él. Está hecho de un modo en que no pasa desapercibido, pero tampoco opaca el centro de la historia. Todo está integrado y me siento muy feliz de haber hecho este personaje. El público decidirá qué apreciaciones le da a Silva, yo ya lo hice, ahora haré otra cosa. Es un personaje que queda para el público. Eso es hacer cine.”

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