12 ago 2012

Colin Farrell va al futuro

El actor irlandés protagoniza, 22 años después, una nueva versión de la exitosa cinta de ciencia ficción El vengador del futuro.

Miguel Cane.



Desde su debut hace poco más de una década, este actor irlandés (Cork, 1976) ha demostrado ser muy versátil y bastante ecléctico en la elección de sus filmes. Si a eso agregamos que no suele dar importancia en absoluto a lo que los medios digan de él para hacer lo que le dé la gana con su vida, se confirma que es una figura poco común: un rebelde genuino.

Esto no le ha restado oportunidades de trabajo; al contrario, le ha dado una mayor libertad. Es así que se permite trabajar con cineastas de renombre como Terence Malick o Neil Jordan, sin descuidar algunos proyectos que le dan imagen y taquilla, como es la nueva versión de El vengador del futuro, que, curiosamente, no constituye un remake de la película del mismo título, protagonizada en 1990 por Arnold Schwarzenegger y Sharon Stone y dirigida por Paul Verhoeven.



MC: Entonces... ¿El vengador del futuro no es un remake?
CF: No, no realmente. Len Wiseman (el director) le otorgó a la historia cambios de estructura y de forma. La película sólo se basa en el cuento original de Philip K. Dick, que muestra a Quaid como un obrero común y corriente cuya fantasía es viajar a Marte. Mi personaje se construyó de forma diferente. También es un tipo ordinario, pero enfrenta un problema mucho más complejo: tiene una pesadilla recurrente que le trae recuerdos que no cree haber vivido, algo así como flashbacks de un pasado incierto, una suerte de vida pasada, ¿me explico? De repente siente que el mundo que conoce no es el real, y por eso decide recurrir a la técnica del implante de memoria. No dispara la acción de la película por un simple viaje turístico, como sucede originalmente.

MC: Y no tiene el tono de la primera versión...
CF: Por supuesto que Paul Verhoeven (el director holandés de la primera versión) tenía otra intención: quiso mezclar acción, ficción, suspenso y algo de humor, algo que le sentó muy bien a su película. El guión se desarrolló en torno a la figura que era Schwarzenegger cuando estaba en su mejor momento. Pero tuvimos claro desde un principio que esta versión sería diferente, más dramática, quizás en un ambiente más oscuro, dándole una gran importancia narrativa y visual a las escenas de acción, y con una magnífica panorámica visual, con una escenografía compleja y muy elaborada. Es otra historia, completamente, aunque provengan ambas de la misma fuente.

MC: ¿Cómo te sentiste cuando te la ofrecieron?
CF: Soy un gran admirador de la cinta original. De niño era fan de todo lo que hacía Schwarzenegger, es decir, Red Heat, Commando, Terminator y Predator, hasta de sus películas malas. Pero gracias a Dios no sentí presión por retomar el papel que hizo ni por competir con la habilidad que demostró. Al principio dudé de hacer este nuevo Vengador del futuro hasta que leí el guión y comprendí la gran diferencia narrativa e incluso de género con respecto a su predecesora. A pesar de ser una superproducción, la sentí más íntima que algunas pequeñas películas independientes que he rodado.

MC: Hiciste todas tus secuencias de acción sin doble, y eso es algo muy dificil.
CF: Desde que supe que haría esta película me dediqué a una exigente preparación física. Levanté pesas durante cuatro meses, seis días por semana. Me levantaba muy temprano para correr todas las mañanas. Cuando me sentía exhausto, recordaba que mi personaje tiene un entrenamiento más que militar, como superagente de gran fortaleza física, así que entonces me esforzaba más.

En cuanto a mi forma artística, me siento realizado: ahora puedo hacer películas grandes y pequeñas (cine independiente). Algún día quizás sólo haga pequeñas (risas). La verdad es que me gustan más.

MC: Sin embargo, debes haber quedado magullado, al igual que las actrices...
CF: Totalmente... Mucha gente puede creer que no somos los actores en estas escenas, pero en realidad sí lo somos. Kate, Jessica y yo quedamos con moretones, algunos bastante dolorosos. Cada mañana, durante los cinco meses que duró el rodaje, me costaba mucho trabajo levantarme por los dolores en la espalda, el pecho, los brazos. Kate y Jessica me sorprendieron muchísimo con su entrega incondicional en los combates. Un día llegué al set y escuché ruidos fuertes, y resulta que era Jessica, que ensayaba las coreografías desde la madrugada. Son muy dedicadas estas chicas y por eso uno debe estar a la altura.

MC: Este filme te devuelve a la superproducción. ¿Las echabas de menos?
CF: Todo depende de las ofertas que reciba; por mí, encantado de ir de un género a otro, y del comercial al independiente. Sin embargo, hay un detalle curioso, y es que me sentí como en familia rodando El vengador del futuro. Pude acercarme de forma muy personal al director y los otros actores; llegamos a tenernos una gran empatía y confianza. Fue emocionante y formativo pertenecer a este equipo. Por eso la describo como una experiencia tan íntima que me parecía que estuviera trabajando en una película de pequeño presupuesto, aunque sabíamos que la inversión sobrepasaba los 100 millones de dólares.

MC: ¿Ya conocías la obra de Philip K. Dick?
CF: Tengo un hermano que es fanático de la ficción y de Dick, pero yo no me puedo considerar un auténtico conocedor. Admiro su trabajo porque tras la ficción hay una serie de elementos sociológicos muy interesantes, el temor de gran parte de la humanidad ante el creciente abuso de poder de muchos gobernantes. Y no sólo en su cuento, sino en otras novelas. Es como una advertencia de lo que podría pasar si seguimos dejando que los poderosos decidan el rumbo de todos. Al margen de los avances monstruosos de la tecnología, resulta alarmante lo que hacemos los humanos. También estuve en Minority report, basada en otro cuento de Dick, una visión similar a Total recall, aunque menos oscura.

MC: ¿Qué fue lo más difícil del rodaje, además de las secuencias de acción?
CF: Besar a Kate (Beckinsale, que es esposa del director Len Wiseman) fue muy difícil, pero golpearla fue más sencillo (risas). Es broma. Pero me estremezco de recordar las escenas de combate con ella, que interpreta a Lori Quaid, la esposa de Douglas en su vida implantada, y que me golpeaba más fuerte en las contiendas. A veces, me miraba como pidiéndome perdón y luego me daba otro golpe más duro (risas).

MC: Hablando de cine independiente, después de El vengador del futuro, rodaste Seven Psychopaths, dirigido por Martin McDonagh (In Bruges).
CF: Adoro a Martin. Haría cualquier cosa con él, lo que me pidiera, lo que sea. Su trabajo tiene aspectos absurdos y sombríos, pero también llenos de ternura y esperanza. La película sucede en Estados Unidos, soy el único personaje irlandés en ella; hago de un escritor que busca inspiración para una novela y se topa con el secuestro del perro de un mafioso hasta acabar involucrándose en el asunto. Me acompañan en la cinta Abbie Cornish, Sam Rockwell y dos hombres que para mí son dioses: Christopher Walken y Tom Waits. Se estrenará en noviembre.

MC: ¿Y después qué sigue?
CF: Empiezo el rodaje de Dead Man Down, escrita por Joe Wyman y dirigida por Niels Arden Oplev. Es sobre un inmigrante húngaro que pierde a su familia y decide infiltrarse en la banda responsable de la muerte de su hija. El guión es muy oscuro. Las dos películas son muy fuertes en realidad, ¡pero al menos no tengo que golpear ni besar a la esposa del director! Eso me da más tranquilidad (risas).


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