27 abr 2011

Agua para elefantes / Water for Elephants, de Francis Lawrence

Titanic con circo

Miguel Cane



En su primer filme, Constantine, Francis Lawrence – veterano director de videoclips y anuncios- demostró un enorme potencial y trabajó con un estupendo elenco, que incluía a Rachel Weisz y Tilda Swinton, ambas actrices magníficas e incluso logró sacarle una actuación más o menos buena a ese pedazo de madera conocido como Keanu Reeves. Después incursionó en la ciencia ficción post-apocalíptica con Soy Leyenda, y probó que podía con las convenciones del género con muy buenos resultados estéticos y de ritmo.



Por desgracia, no consigue hacer lo mismo en su incursión en la soap opera de calidad con Agua para Elefantes, inflado melodrama basado en la novela de Sara Gruen, un best-seller cuya reputación le precede. El problema aquí es que su protagonista es el inglés Robert Pattinson, famoso entre las adolescentes gracias a la saga Crepúsculo y que lleva el nivel de ineptitud actoral a puntos insospechados, saboteando lo que debía ser una cinta que ofrecía más.



Contada mediante flashbacks, esta es la historia de Jacob (Pattinson), un estudiante de veterinaria que pierde a su familia y la oportunidad de seguir sus estudios, en la época de la Gran Depresión que asoló los Estados Unidos durante los años 30. Así es como va a parar a un circo, dirigido por el desalmado August Rosenbluth (Christoph Waltz) un hombre tan malo, que sólo le falta el bigotazo para que uno sepa que es el Villano Reventón, a su vez casado con la rubia, sensual y sensible Marlena (Reese Witherspoon, que da una actuación excelente y realizó todas sus acrobacias) que, como usted sabe desde antes del principio, será objeto del deseo del jovenazo y objeto de un triángulo amoroso bastante latoso.




Escrita por Richard LaGravenese, que es habitualmente un muy buen guionista (¿Recuerdan la fascinante The Fisher King?), la cinta no puede evitar una serie de clichés y lugares comunes, que arrastra desde su fuente original y a la larga se vuelve insufrible. La película sólo vive en las secuencias que muestran la vida circense, pero cuando regresa al romance – sin química – entre la rubia y el acartonado, la cosa se vuelve de un tedio supino. Un desperdicio de excelentes tomas, de juegos de cámara interesantes y un gran diseño de producción que no consiguen levantar un amorío predecible y eventualmente muerto.

Mención especial merece el elefante Tai, que interpreta a una hembra, Rosie, personaje clave en la trama: un símbolo de paciencia y solidez que se vuelve entrañable, cosas que la cinta parece pedir a su espectador, pero dos horas es un precio muy alto qué pagar por un trabajo nostálgico y muy bonito, que no se siente, aún pese a la tragedia que se nos anuncia desde el principio, como inminente y climática. En otra época, tal vez habría funcionado – como lo hiciera aquella película de James Cameron con el trasatlántico condenado -- , pero esta vuelta forzada al gran melodrama de estudio, es tan solo anacrónica y, con un protagonista tan poco carismático y un relato predecible, es una decepción.

Agua para Elefantes/ Water for Elephants
Con Reese Witherspoon, Christoph Waltz, Robert Pattinson y Hal Holbrook
Dirige: Francis Lawrence
Estados Unidos 2011

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El retorno Reese Witherspoon

Muy querida por el público, es estrella y madre de familia y ahora protagonista de Agua para Elefantes, que marca su regreso estelar.

Miguel Cane


Reese Witherspoon at the Los Angeles premiere of Summit Entertainment's Penelope � 02/20/2008 Photo: Lester Cohen, WireImage.com

Pequeña y de aspecto frágil, irradia carisma con solo sonreír. Laura Jean Reese Witherspoon (Nashville, 1976) también es alguien muy consciente de qué representa para mucha gente y de lo que quiere de la vida. Tras una ausencia de casi dos años, regresa a la gran pantalla como protagonista de una cinta romántica basada en el best-seller del New York Times Agua para Elefantes, ambientada en los años de la Gran Depresión, en el mundo del circo. La actriz confiesa que su vida, en los últimos años – después de una decepcionante incursión con el director James L. Brooks a la que le fue bastante mal y apenas se dejó ver en 2010-, ha sido un poco como le ocurre al personaje en el filme donde comparte créditos con Robert Pattinson y Christoph Waltz, aunque la vida real es más alegre que en la ficción, ya que la ganadora de un Oscar (por interpretar a June Carter Cash en Walk the Line) se casó el mes pasado con el agente de actores Jim Toth – a quien conoció durante el rodaje de la cinta- en un rancho de California, con luminarias como Sean Penn, Scarlett Johansson, Robert Downey Jr, Tobey Maguire, Renee Zellweger y su ex-esposo padre de sus hijos Ava y Deacon, Ryan Philippe, entre los invitados.


Reese Witherspoon 63rd Annual Golden Globe Awards

Aunque contenta “¡no lo puedo ocultar!” Reese prefiere evitar su vida privada como tema de conversación. “La verdad, es que no creo que sea del interés de nadie en particular… yo creo que los medios llegarán a aburrirse de recibir siempre la misma respuesta, que es 'soy feliz'.Tal vez entonces dejarán de preguntar por algo que nada tiene qué ver con mi trabajo sin que yo tenga que ser descortés.”

En la cinta, Reese interpreta a Marlena Rosenbluth, una artista ecuestre que aprende a montar un elefante, mientras en paralelo, vive una historia de amor con un hombre más joven (Pattinson) mientras trata de escapar de un infeliz matrimonio con un hombre cruel y violento (Waltz), colocándola en un trágico dilema amoroso.


Reese Witherspoon 11th Annual Critics' Choice Awards Santa Monica, CA

Las cintas románticas, comedias o dramas, parecen el género cinematográfico que más te ofrecen, ¿por qué?
Yo creo que como actriz tienes que adaptarte a lo que te ofrezcan. Por ejemplo, no es un secreto que me gustaría hacer películas de acción o un buen thriller, pero a la mesa de mi agente suelen llegan comedias (se ríe). No trato de buscar este género, ¡es que me lo ofrecen!... y la verdad es que me gusta, pero también he hecho muchas otras películas que nada tienen qué ver con el género, aunque ésta, en particular, me gustó por su temática.

¿Leíste la novela antes de filmar?
No. La leí durante el rodaje, para apoyar mi lectura del guión. En ese sentido me gusta hacerlo cuando hay una fuente alterna; te da detalles del personaje que de otro modo no conocerías. Marlena es un personaje lleno de matices; por una parte tiene que ser seductora, vivaz, para atraer al público que acude a las funciones del circo. Por otra parte, es una victima de violencia doméstica y psicológica por parte de su marido. Y luego tiene esta historia de amor con Pattinson...es un personaje bastante complejo. Y las dos lecturas, el guión, que es estupendo y la novela que me ayudó a entender mejor lo que le ocurría por dentro.


Reese Witherspoon in Touchstone's Sweet Home Alabama

Y además tuviste un compañero muy sui-géneris.
Oh, ¿te refieres a Tai? (se ríe) ¡Fue maravilloso! ¡Me encantó! [Tai, es un paquidermo de 42 años y 1,900 kilos que aparece en la película]. Yo no había visto a un elefante tan de cerca, es decir, tanto tiempo: cuando hice Vanity Fair, me subí a uno, pero fue para un par de tomas y aquí, Tai tiene un papel central como Rosey, la elefanta del circo de los Rosenbluth, a la que Jacob (Pattinson) tiene que domar, porque nadie ha podido antes. Fue algo extraordinario. Tai es como un perro que conoce tu olor, se familiariza contigo, recuerda cómo hueles y así, cada mañana te saluda, te reconoce. ¡Es muy emocionante!

¿Te exigió mucho, físicamente hablando?
Pues aprendí a respetar aún más a los artistas circenses. Al principio, tengo estas secuencias con caballos, bailo con ellos y sobre ellos, hago saltos y piruetas. Tuve que entrenarme con una artista que tiene muchos años de experiencia y sí, es duro Verás, son habilidades que la gente desarrolla durante años y años de entrenamiento y tuve que condensar eso en más o menos cinco meses. Fue un proceso muy agotador, pero fue muy satisfactorio. Por otra parte, aprendí mucho acerca de cómo trabajar con animales. Uno de los temas de la película, es una denuncia contra el maltrato a los animales. Tai, por suerte, lleva una vida cómoda en un rancho de Ojai (California) con otros cinco elefantes y a veces trabaja en películas o comerciales. Lo cuidan muy bien. Pero pienso que hay muchos animales que están desprotegidos y creo que eso es algo que tanto Sara Gruen (la autora de la novela) como Richard LaGravenese (el guionista) tratan de sacar al frente para el público.


Reese Witherspoon in Dreamworks' Just Like Heaven

¿Qué es lo que más satisfacción te deja de este filme?
Que Francis Lawrence (el director) hizo un gran trabajo para recrear una época muy específica en Estados Unidos y nos hizo partícipes a todos los miembros del elenco. En realidad, como está hecha, y fotografiada, es una película muy hermosa. Algunas de las escenas mejor realizadas, por ejemplo, son las que no tienen momentos verbales o diálogos, momentos en los que mi personaje se fija en el de Rob, o el personaje de Christoph nos ve desde el fondo de la habitación y hace un gesto que todo lo revela: eso te cuenta mucho sobre la historia sin necesidad de decir una palabra.

¿Alguna vez pensaste en escaparte con el circo?
¡Sí! Bueno, más o menos. Cuando era niña me encantaban los circos. Ahora que hicimos la película, me di cuenta de que no es cosa tan fácil trabajar en uno; son comunidades muy especiales, con dinámicas específicas, rituales... es todo fascinante. Ahora entiendo perfectamente el encanto que ejerce y respeto mucho más a quienes abrazan la vida del circo.

Cumples veinte años de actriz este año. ¿Cómo te sientes al respecto?
¿Ya tan pronto? ¡No lo había pensado! Creo que ahora soy más selectiva con mi trabajo, trato de pasar más tiempo con mis hijos. Desde que soy madre siento una responsabilidad. Es algo natural que llega con la maternidad. En el momento en el que Ava, mi hija, salió de mi cuerpo, supe que esa personita iba a verme con otros ojos. Aún así, me cuesta verme como ejemplo a imitar,yo tengo mucho que aprender todavía, y espero tener más años para tener más respuestas y hacer más películas que aporten algo, como ésta.


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20 abr 2011

Chica de la capa roja, La / Red Riding Hood, de Catherine Hardwicke

Ovejas con piel de lobo

Miguel Cane




La mas reciente cinta de Catherine Hardwicke, la directora de Crepúsculo, es, ostensiblemente una versión “gótica” (lo que sea que se entienda por el término) del cuento de Caperucita Roja. En sus propias palabras, la directora lo ha llamado un filme “oscuro y cargado de matices”. Y aunque seguramente ella cree que dentro de su versión del mito de Caperucita realmente existe una película así, las verdaderas intenciones del estudio no son tales, sino refritearse el éxito de la saga vampírica Crepúsculo con un triángulo amoroso insulso entre una rubia y dos hombres lobo.

La Hardwicke como directora de cine de intriga y terror no funciona. De hecho, pese haber realizado la notable A los trece (2003), el resto de su currículum resulta bastante soso; en esta cinta hace alarde de una notable doble moral sexual, al marcar paralelismos entre sexo y peligro para más tarde desdecirse y cimentar su clímax en esto; así, primero se anuncia la sensualidad en algo prohibido y pecaminoso, para luego lanzar una (timorata) proclamación contra el miedo y el fanatismo -la aldea parece una fortaleza con sus habitantes recluidos en sí mismos, elemento del que se aprovechará el pastor interpretado por Gary Oldman (sobreactuado a propósito, uno supone) para manejarlos a su antojo-.

Hardwicke no encuentra el ritmo de la historia y no aporta el más mínimo sentido del humor a la misma: todo es solemne y apretado, y si a ello se suma la idea del terror de Hardwicke, que se limita a meter con calzador algunos dizque sustos sin venir al caso, el resultado es casi tan insípido como Crepúsculo, que al menos tenía a Robert Pattinson para alborotarle la hormona al público; aquí no lo consigue: el sustituto de Pattinson en turno (Shiloh Fernández, como Peter, el leñador) es aún más acartonado y mal actor que el mentado inglés y tiene química nula con Amanda Seyfried, que es una actriz de eficacia probada, y que como Valerie, la protagonista de la cinta, está desperdiciada, pese a que su aspecto, entre inocente y sensual le queda perfecto al relato. Igualmente desperdiciadas están Virginia Madsen, como la madre de Valerie, y la monumental Julie Christie (uno espera que le hayan pagado bien por esto) como la abuela, el único personaje con planteamiento interesante y que no obstante, no se desarrolla como debía, yéndosele a la directora una oportunidad de oro.


Frívolo y superficial, sin mucha visión y sin una atmósfera que lo justifique, el filme avanza a tropezones y se cae, entre los estereotipos y una banda sonora como el guión, tramposa y chocante como el final feliz metido a fuerza, por lo que resulta en una mediocre promesa que no se cumple.

La Chica de la Capa Roja/Red Riding Hood
Con Amanda Seyfried, Gary Oldman, Shiloh Fernández, Billy Burke, Virginia Madsen y Julie Christie.
Dirige Catherine Hardwicke
Estados Unidos 2011.


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17 abr 2011

Amanda Seyfried, bajo la capa roja

Es aún muy joven y ya tiene madera de estrella. Ahora es la protagonista de una de las cintas más esperadas de la temporada: una nueva y sorprendente versión adulta del cuento de Caperucita Roja

Miguel Cane

Fresca, juvenil y divertida, Amanda Seyfried (Philadelphia, 1985) comenzó su carrera en la TV, con papeles de soporte en series de culto como Veronica Mars y Big Love, y debutó en cine en 2004 como una de las villanas de Mean Girls, al lado de Lindsay Lohan, solo que al contrario de ésta, Amanda ha visto su carrera florecer con algunas participaciones estelares en filmes como la exitosa adaptación del musical Mamma Mía! al lado de Meryl Streep, Jennifer's Body, Chloe (dirigida por Atom Egoyan) y Cartas a Julieta. Ahora, es la protagonista principal de La Chica de la Capa Roja, dirigida por Catherine Hardwicke (Crepúsculo, A los trece), una nueva versión del célebre cuento de los Hermanos Grimm sobre Caperucita Roja, que ha asustado a niños por generaciones.


El guión de esta cinta da un giro más adulto a la historia: Los aldeanos de Daggerhorn por generaciones han mantenido una especie de tregua con un hombre lobo que habita en el bosque que los rodea, ofreciéndole sacrificios cada luna llena. Súbitamente, el lobo cambia las reglas del juego y comienza a matar a los lugareños. Esto provoca una oleada de temor y despierta las sospechas de la inquieta y audaz Valerie, una joven valerosa que planea huir del pueblo con su verdadero amor, el leñador Peter, pero que ahora debe enfrentar al monstruo. En la cinta, Amanda comparte escena con figuras muy destacadas como la legendaria Julie Christie, que interpreta a la abuela, que vive en el bosque; Gary Oldman, en el papel del cazador, y Virginia Madsen, como la madre de Valerie, que trata de salvarla de un peligro terrible.

Esta es una 'Caperucita' muy diferente; ¿cómo definirías a tu personaje?
"Pues para empezar, Valerie no es una niña, es una mujer valiente y fuerte, que se está dando cuenta de su sexualidad mientras navega por situaciones complejas en un pueblo medieval, por lo que además es muy adelantada a su tiempo (risas). Eso fue lo que me atrajo del papel. Me gustan las mujeres que afrontan las situaciones con valor, sin miedo, especialmente en estas circunstancias. El acoso del lobo es mucho más temible que en el cuento original. Creo que es como la Sigourney Weaver de su cuento y me encanta. La mayoría de nosotros creció con la versión digerida de Caperucita Roja, pero el cuento de hadas original tiene elementos mucho más siniestros que lo hacen fascinante. Cathy (Hardwicke la directora), lo aborda de una forma completamente distinta”.

Dicen que Catherine Hardwicke transmite mucha energía dirigiendo. ¿Cómo te sentiste trabajando con ella?
“Siempre quieres poder trabajar con un director que pone todo ese entusiasmo y energía sobre la mesa. Ella simplemente adora hacer películas y tiene tanta imaginación, que es sorprendente. Cuando estábamos en preproducción, me invitó a reunirme con ella, y eso nunca me había ocurrido antes de iniciar un rodaje. Me enseñó dibujos, fotos y vídeos que había recopilado para establecer el mood de la película: sus ideas eran brillantes y me ayudaron a comprender las diferentes facetas de mi personaje. Es verdaderamente la directora más creativa con la que he trabajado. Me tuvo una confianza total y un respeto enorme por mi trabajo: cuando me dirigía en cada escena, me preguntaba si sentía que podía aportar algo. Fue una gran aventura.

¿Y que opinas de la atmósfera gótica como elemento de la película?
“Es algo inquietante, y cuando vi la película terminada, me encantó. Desde que leí el guión, el aspecto de thriller me entusiasmaba, y la ambientación medieval lo hizo parecer gótico, además del elemento romance... me pareció muy acertado. Además, está todo el manejo del suspenso: A medida que avanza la película, las dudas se disparan sobre quién será el hombre lobo y Valerie trata de averiguar quién es, basándose en las señales que le han dado. Esto es terrible para ella porque, en diferentes puntos de la historia, tiene motivos para sospechar de todos, su padre, su madre, su prometido... ¡hasta su abuela! Sostener eso en toda la película es excelente. Creo que al público todo este misterio le encantará.

El personaje con el que Valerie mantiene un lazo más estrecho es con su abuela, que es interpretada por Julie Christie, a su vez, toda una leyenda...
“Trabajar con Julie fue extraordinario. Siempre la había admirado y cuando Cathy me dijo que había conseguido convencerla de interpretar a la abuela. Es un personaje importantísimo en la trama, ya que ella y Valerie comparten un gran lazo de unión. Siempre han conectado en un nivel superior al que Valerie tiene con sus padres. Valerie se siente muy inspirada por lo independiente que es su abuela, que vive en el bosque y lleva una existencia completamente independiente del resto del pueblo. Julie es un poco como el personaje que interpreta: siempre he admirado que en la cúspide de la fama, se diera el lujo de darle la espalda a Hollywood, para hacer las cosas que ella quería. Sus películas son maravillosas y ella misma es un ejemplo para mi. Me encantó poder trabajar con ella, estar cerca y aprender todo lo que pude de ella. Es un gran ser humano y una gran actriz.”

¿Y tú cómo ves tu futuro, después de llevar tu primer rol protagónico?
“¡No lo sé! ¿Sabes? A veces creo que tengo mucha suerte. Hace apenas diez años yo soñaba con ser actriz, pero no pensaba, mientras estudiaba y me preparaba y hacía audiciones en las que nunca me quedaba, que un día iba a poder entrar a un set y conocer a gente como Meryl Streep, como Julie Christie o Julianne Moore, que iba a trabajar con directores como Atom Egoyan o Catherine... que iba a aprender tanto, divertirme tanto, y sobre todo, ver que mi sueño se hace realidad. Tengo mucha suerte, me han ofrecido algunos proyectos muy interesantes para los próximos dos años, regreso a Big Love, que me encanta, y también acabo de rodar una película con Andrew Niccol, que esribio Truman Show, se llama Now y es apasionante: es acerca del futuro, precisamente, y de qué pasaría si el gen del envejecimiento fuera eliminado de nuestro genoma... no te puedo decir mucho, pero fue increíble trabajar en esa película... la verdad es que están sucediendo muchas cosas buenas.”

¿Y la capa roja? Es una pieza tan emblemática de tu vestuario... ¿qué fue de ella?
“¡Me la regalaron al final del rodaje! (risas) Había varias. Una se subastará para caridad y otra es la que tengo en mi casa. No sé si voy a volver a ponérmela – o si vaya a haber una segunda parte – pero lo que sí, es que la tendré para recordar este rodaje, que para mí ha sido el mejor que he tenido hasta ahora.”

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15 abr 2011

Wes Craven ataca de nuevo

Con el retorno de la saga Scream a la pantalla, el nombre de este veterano cineasta vuelve a estar en boca de todos.

Miguel Cane

Wes Craven at the Hollywood premiere of New Line's The Lord of The Rings: The Fellowship of The Ring

Reconocido desde hace cuatro décadas como uno de los más célebres directores del género de terror, con filmes como La última casa de la izquierda (1972), Pesadilla en la calle del infierno (1984) o la saga original de Scream (1996, 97 y 2000), Wes Craven (Cleveland, Ohio, 1940), es un hombre que no descansa; siempre se trae un proyecto nuevo entre manos y el más reciente es Scream 4, la nueva entrega de una saga que ha recaudado más de 600 millones de dólares alrededor del mundo.

Director Wes Craven at the Hollywood premiere of Dreamworks' Red Eye

¿Por qué vuelve usted al territorio de Scream?
"Era hora de que volviéramos para romper esquemas; el objetivo original de la serie era burlarse de los tópicos y repeticiones que están empezando a matar el género. Está estancado y había que reinventar el producto. Si te repites, es el comienzo de la muerte para la franquicia. Scream 4 resulta algo nuevo, fresco, sorprendente y con calidad".

¿Cómo empezaron a plantearse este retorno? ¿Contaban con el elenco en firme?
"Sí. Neve, Courteney y David dijeron que todos volverian si Kevin Williamson y yo volviamos, hablé con Kevin a fines de 2009 y consideramos que había pasado el tiempo suficiente para no saturar a los espectadores y que debíamos aprovechar que la sociedad se adentraba en una era diferente, donde las nuevas tecnologías y redes sociales, suponen toda una forma de vida.

Wes Craven at the Hollywood premiere of New Line's The Lord of The Rings: The Fellowship of The Ring

¿Entonces hay una diferencia entre esta cinta y las anteriores?
"La película que está en los cines, une lo nuevo y lo viejo, con rostros jóvenes y caras conocidas. Volvemos a emplear un metalenguaje cinéfilo y lo enlazamos con el uso que hace la gente de los blogs y las redes sociales como facebook y twitter. El guión cambió a medida que rodamos, y murieron personajes con los que Kevin contaba para el futuro, así que habrá que modificar la historia, si es que se hace una nueva trilogía. Pero todo depende de cómo le vaya en taquilla a esta. Los estudios quieren apuestas seguras. Las grandes corporaciones tienen una influencia enorme y no buscan productos nuevos y arriesgados. Falta originalidad, claro. Sobra precaución. Por eso quiero sorprender ahora, al igual que lo hice en 1984 con Freddy cuando la gente estaba harta de asesinos en serie. Quiero elevar el nivel del género.”

En esta cinta, se mezclan varios géneros: melodrama, terror, comedia, parodia inclusive...
“Esa era mi intención y también el riesgo más grande. Existe una línea muy fina entre una cosa y otra y en ningún momento queríamos llegar al terreno de cosas como Scary Movie, que son burlas. No iba a permitir que nuestro malvado, Ghostface, hiciera ciertas cosas. El reto era mantenerlo como una presencia aterradora y legítima. Algo a lo que temer.


Usted parece incansable y dice que no quiere retirarse. ¿Volverá a incursionar en otros géneros?
"Si no pensara así, lo mejor sería retirarme, pero como dices, no quiero. Espero hacer más cosas fuera de este género. Me gustó mucho la película que hice con Meryl Streep, hace algunos años. Creo que puedo rodar algo así en un segundo, lo duro es encontrar financiación. Mi nombre está tan asociado al terror que es difícil que la audiencia acepte que puedo hacer otras cosas. Pero creo en el público. Espero que no piensen que estoy loco si decido hacer una adaptación de alguna novela clásica por ejemplo. O una película musical. Todo es parte del oficio. Mi vida es hacer cine.”


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Scream 4, de Wes Craven

Asesinos Superestrellas

Miguel Cane



Quince años después de revivir su carrera (y de paso, el género del terror) Wes Craven regresa a la saga Scream – que había tenido su última hora en el 2000 con Scream 3, bastante fallida - para no solo tratar de darle una nueva vida a su cuenta bancaria, también pretende sacudir las bases del cine de terror actual, plagado únicamente de remakes, versiones hollywoodenses de películas de terror asiáticas e infinitas sagas donde únicamente se tortura a la gente para saciar las ansias de sangre de la audiencia (como la abyecta saga Saw).
Hábil en su oficio, cosa que nadie le discute, Craven cumple y hasta se las ingenia para meter algún susto realmente efectivo por aquí o por allá. Como ya es tradicional en esta serie de películas – que no olvidemos, dieron pie a la horrenda serie Scary Movie- , la secuencia inicial es clave: aquí se utiliza un guión cómico que deriva en terror y violencia, (totalmente inesperada) con la participación de Kristen Bell (Verónica Mars) y Anna Paquin (que alguna vez ganó un Oscar). Conforme avanza la acción, Craven utiliza las reglas básicas para crear tensión, es decir, planos que se giran para descubrir al asesino y golpes de sonido a "la vieja escuela" y esta técnica, ya casi en desuso, se siente bien lograda y funciona como contrapunto a los planteamientos del guión firmado por Kevin Williamson, creador original de la saga, y se nota especialmente en el prólogo, en la escena de la escuela de cine y en el brutal final en un hospital. También se nota la mano de Ehren Kruger, en el segundo acto que peca de largo, y con menos humor que la primera parte, aunque es hiperviolento y autoreferencial. Otro acierto del guión, seguramente de Williamson, es que ha sabido muy bien aprovechar los elementos que en la última década se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana como el facebook y otras páginas de Internet, incorporándolos como parte integral de la trama.


Convertida ahora en una escritora de éxito, con un libro en el que cuenta sus experiencias y su lucha por no ser una víctima, Sidney Prescott (Neve Campbell, promesa que nunca se cumplió del todo) vuelve a Woodsboro, acompañada de su publicista, Rebecca (la excelente comediante Alison Brie, de Mad Men) para promover su libro y reunirse con sus amigos Dewey y Gale Riley (David Arquette y Courteney Cox, cuyo matrimonio se vino abajo durante la producción), que sobrevivieron con ella a los horrores anteriores y su familia, que incluye a Jill (Emma Roberts, sobrina de Julia) una adolescente narcisista y obsesionada con la celebridad instantánea que ofrece la televisión, al igual que sus amiguitos, entre ellos la rubia Kirby (Hayden Pannettierre) y el 'freak' Charlie (Rory Culkin). Como es natural, apenas reaparece Sidney en el pueblo, comienza una nueva ola de asesinatos violentos y brutales. ¿Quién podrá ser el asesino Cara de fantasma esta vez? (Si presta atención a la primera media hora, se dará perfecta cuenta).
El baño de sangre no decepcionará a los fans del director, de la serie y del género, aunque llegue un momento en que todo se sienta rutinario y mecánico, pero claro, eso también forma parte del hecho de que ésta es la cuarta parte de una saga, básicamente un remake de la primera parte y que no tiene mucho lugar a dónde ir, ni muchas novedades o sorpresas, qué ofrecer, pero que funciona como un retrato satírico, aún bastante eficiente, de lo que cualquiera es capaz de hacer con tal de aparecer en televisión, bajo el proviso de que sin ello, no eres – como aparentemente creen muchos en Estados Unidos – no eres nadie.
Scream 4
Con Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Emma Roberts, Alison Brie, Hayden Panetierre, Rory Culkin, Anna Paquin, Lucy Hale y Mary McDonnell.
Dirige: Wes Craven
Estados Unidos 2011


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9 abr 2011

Sidney Lumet: Cineasta de cineastas (In Memoriam 1924 - 2011)

Sin lugar a dudas, el mejor cineasta americano de su generación, deja un enormísimo legado fílmico

Miguel Cane


Sin temor a nada, con conciencia social, imaginativo, incisivo y brillante: así era Sidney Lumet. Nacido de padres actores de teatro en Philadelphia en 1924, aprendió y perfeccionó su oficio primero en Broadway y después en la era dorada de la televisión en vivo como se hacía en Nueva York en los años 50. Aseguraba que nada se comparaba con el golpe de adrenalina de la televisión en vivo, porque cada noche era noche de estreno. Si bien mucho de ese trabajo fue efímero, le sirvió para desarrollar una técnica “relámpago” para tomas, breves, concisas, sacar la esencia de lo que necesitaba de sus actores mediante uso del psicodrama, que resultaba innovador, ya que aprovechaba la memoria del actor para crear las emociones de su personaje. Esto le valió respeto y admiración en el medio y también la admiración de los actores que buscaban trabajar con él.


Su primer filme, en 1957, fue la adaptación de 12 Hombres en pugna. Lumet, entonces de 33 años, dirigió un reparto que incluyó a grandes histriones como Henry Fonda, Martin Balsam, Lee J. Cobb, E. G. Marshall, y Ed Begley. Aclamada por la crítica, la cinta ganó el Oso de Oro en la Berlinale de ese año, y cuatro candidaturas a los Oscar, incluyendo la de mejor película. Admirador de las técnicas de cineastas como Renoir, Preminger, Browning, Dreyer, Lang y Losey, Lumet asumió la misión de hacer un cine casi sin artificios, con una mirada a temas sociales. Lumet se dio el lujo de dar la espalda al agónico Studio System y se dedicó a hacer cine independiente, con una base teatral en algunos casos, como Piel de serpiente (1959) de Tennessee Williams, con Marlon Brando y Anna Magnani, Una mirada desde el puente (1961), sobre la obra de Arthur Miller o Largo viaje del día hacia la noche (1962), de Eugenio O'Neill, en el que Katharine Hepburn está magistral como madre morfinómana.


Incansable, hacía una o dos películas por año, con las temáticas más distintas: así llegó Fail-Safe: Punto límite (1964), donde Henry Fonda encarna a un Presidente estadounidense que en represalia por un ataque erróneo a la URSS, detona una bomba nuclear sobre Manhattan. Realizada como documental, es considerada uno de los grandes clásicos que tocan el tema de la Guerra Fría. Del mismo año es El Prestamista, con Rod Steiger como sobreviviente del Holocausto. Otros filmes incluyen el melodrama El Grupo (1966), debut de Candice Bergen, Llamada para el Muerto (1967) con guión de John LeCarré y una adaptación de La Gaviota de Chéjov con Vanessa Redgrave.


Los 70 fueron su época de oro con filmes que le valieron reconocimiento como Serpico (1973) con Al Pacino, Asesinato en el Expreso de Oriente (1974), adaptación estelar de Agatha Christie, por la que Ingrid Bergman obtuvo un Oscar, la trepidante Tarde de Perros (1975) y la cinta que se considera su obra maestra: Network (1976) cinta profética sobre el advenimiento del reality show en el mundo de la televisión, con un reparto impecable: Peter Finch como un comentarista vetarro y enloquecido, Faye Dunaway como desalmada jefa de programación y William Holden. La cinta arrasó con nominaciones al Oscar en 1976, y se llevó los de mejor actor y actriz (Finch póstumamente pues murió unos días antes de la ceremonia) y actriz de soporte (Beatrice Straight), así como mejor guión para Paddy Chayefsky, aunque el sentimentalismo ramplón se impuso y los premios a mejor director y mejor cinta fueron para el mediocre John G. Avildsen y Rocky, lo que es uno de los peores errores de la Academia.


En años posteriores Lumet siguió trabajando sin descanso: así apareció Veredicto final (1981) con Paul Newman como un abogado alcohólico que enfrenta a una compañía farmacéutica, Príncipe de la ciudad, Trampa mortal – sobre la obra de Ira Levin – , La mañana siguiente (1986), y La Noche Cae en Manhattan (1997).

En 2005 la Academia, que nunca le otorgó un Oscar al mejor director, aunque estuvo nominado en cinco ocasiones, le dio un Oscar honorífico por toda su trayectoria y en 2007, se despidió del cine con Antes que el diablo sepa que has muerto, como colofón a su carta de amor a Nueva York. Su hija Jenny (de su tercer matrimonio) debutó como guionista con La Boda de Rachel, filme que acabaría dirigiendo Jonathan Demme. Tras varios años de luchar contra el cáncer y modestamente rechazando el titulo de auteur que muchos le otorgaban en vida, falleció en Manhattan el sábado 9 de abril a los 86 años de edad, dejando tras de sí un deslumbrante legado.

8 abr 2011

Pa negre / Pan negro, de Agusti Villaronga

Claudi Ectheverry



El cine español ha recorrido desde todos los ángulos posibles la desgarradora historia de la Guerra Civil. Pa negre, de Villaronga, pasa por el mismo escenario mientras describe la salida de la inocencia de Andreu, un chaval que va recorriendo uno a uno los peldaños de crecer dándose de cara con la realidad. La suma de una guerra de adultos y el sufrimiento de un niño es una perspectiva a la que el cine ha apelado muchas veces, especialmente porque la candidez infantil hace más inexplicable e injusta la sinrazón de los mayores. La vida rural, ricos y pobres, vencedores y vencidos, hijos y entenados, los principios frente a la supervivencia, pan blanco y pan negro… En fin, de todo esto hay en esta realización con mérito en un mapa bastante visto pero no por eso menos rico y por explotar. Sin embargo, aunque la intención de salida era buena, dar luz desde el escorzo del chiquilín que acaba por sumarlo todo en poco tiempo era una propuesta de interés que no cuajó ni a la de tres.


La película de Villaronga se queda trabada en un plano muy frecuente de ver, y empieza a dar muestras de agotamiento a poco de empezar y pierde vapor. Por desgracia, yo ya iba prevenido porque muchas creaciones del cine local se contaminan de Pastorets, una representación escolar que llega cada año con el mismo perfil de pesebre viviente. En Els Pastorets uno puede aceptar el tono duro de una lección de inglés, esas en que los Smith y los Jones, amigos desde hace veinte años, llegan a confesarse cosas tan trascendentes para su amistad como que “Vivir en el campo es más tranquilo que hacerlo en la ciudad”, o que “Nuestro perrito se llama Sparky”, aunque lleve ya quince años con ellos y los Jones lo sepan de largo. ¿A qué jugamos? ¿Se conocen o no se conocen?



Pues ese es el tono de muchas de las intervenciones: duras, esquemáticas, “docentes”, más rictus que sentimientos genuinos en unas interpretaciones que rozan lo ajeno. La acusación de la viuda deDionís a la madre del chaval empieza coqueteando con el exceso, pero por falta de mesura, rebosa.Esa señora no es de allí, no ha aprendido los gestos ni está tallada por el rencor oscuro y ensordecidodel odio rural. Falló la caracterización del medio, no el trabajo de los protagonistas. Villaronga se dejallevar por el folletín, y no construye un guión enriquecido por el compromiso personal de los actores.Si los pusiéramos en Caracas, nadie perdonaría esos diálogos excedidos de culebrón. Andreu lecontesta al maestro algo que parece dictado por el apuntador: “Vostè és Vostè, i jo sóc jo”, en unareacción inverosímil con un tono tan repelente de niño Vicente, que uno piensa que se abre unasubtrama secundaria de posesión diabólioca. Pero no. La película sigue en sus pasos y sus tropiezos.



La niña Marina Comas, muy buena actriz infantil, da un giro inesperado a poco de introducirla en escena sin que medie intervención lógica alguna, y salta de hacerle una botifarra a Andreu al llegar (extendiéndole ostentosamente el dedo mayor), a pasar a ser un ser dotado para el análisis y la ternura. También el mito homoerótico queda sugerido, sí, pero es otra de “tirar la piedra y esconder a mano”, y queda encañonado en otra vía muerta. Todos los diálogos son perfectamente urbanos, en contenido, gesto y tonos, cuando cualquiera que haya ido alguna vez al campo o a las ciudades de endogamia sabe que la vida rural tiene unas notas propias que deberían haberse recogido, como lo hizo Mario Camus en “Los santos inocentes”, en la cual uno no tiene ni atisbo de duda de que Paco Rabal es un habitante de allí, de allí mismo, hijo del impacto que causó esa España profunda. Los materiales de ambas cintas son homologables, así como el SEAT 600 y un Rolls Royce están hechos con los mismos metal, goma y vidrio. Es una cuestión de cantidades, eso sí, y de diseño.



En esta Pa negre el ritmo de los diálogos, el lenguaje verbal y el corporal, la apostura, todo es como un ejercicio pedagógico para que al espectador le quede claro de qué va el drama, pero al final, empalaga. Uno ya se había dado cuenta solito del paisaje, y no es necesario rotular cada elemento en una casa: “mesa”, “silla”, “puerta”, porque lo obvio, ofende. Por eso, el director no acierta a definir en qué registro quiere rodar y se mete en camisa de once varas sin saber adónde llevar muchas de las escenas. Deshilacha momentos que podían ser el cenit dramático del argumento, como la escena de la madre que visita al chaval en el internado y da con un niño que se ha salido de su realidad a empellones y se ha transformado. Mas el director los enfrenta como dos adultos que leen un guión, y el tono general del encuentro es de diatriba cuasi política y no del desgarramiento al perderse el uno del otro en un vínculo que les da razón o que puede quitársela para siempre.

De lo más flojo en esta película que se zambulle en el realismo rural y empobrecido de las secuelas fratricidas, es la iluminación. Alguien debería haber advertido el divorcio entre la carga del guión y las luces. Esos reflejos de aguas azules en una casa de pueblo ligan tanto como beber un chardonnais Veuve Clicquot en cuencos de barro. Ni crea atmósfera, ni es un refuerzo semántico: simplemente, juega de libero sin control del regisseur. La madre que compone Nora Navas es excelente, pero la urdimbre se le queda tan pequeña que esta actriz desborda por los cuatro costados. Villaronga quería hacernos ver que en ese ambiente y en esas circunstancias históricas Andreu recorre el dolor de perder la inocencia, pero al acabar la película uno recala en que Nora Navas, igual ha perdido su tiempo.

(Agustí Villaronga, España, 2010, con Francesc Colomer, Nora Navas, Laia Marull, Marina Comas)

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7 abr 2011

Río, de Carlos Saldanha

Rapsodia en Azul
Miguel Cane



El más reciente filme de animación de la Fox – los dueños de la exitosa La Edad de Hielo – es una simpática comedia de aventuras con música y mensaje, que resulta idónea para el público infantil que está por salir de vacaciones. Planeada por años por Carlos Saldanha, esta es básicamente la historia de

Blu, un guacamayo que nunca aprendió a volar y que disfruta de una vida placentera con su dueña y mejor amiga Linda, en el frío pueblo de Moose Lake, Minnesota. Blu y Linda piensan que él es el último de su especie, pero cuando se enteran de que hay otro guacamayo y además hembra, que vive en Rio de Janeiro, se dirigen a la lejana y exótica ciudad para encontrar a Jewel, la contraparte femenina de Blu.
Al poco tiempo de llegar Blu y Jewel son – como es de esperar, tiene que haber una peripecia -- secuestrados por un grupo de torpes traficantes de animales. Blu escapa con la ayuda de la astuta Jewel y un grupo de locuaces pájaros de la metrópoli brasileña. Separado de Linda y de su vida, pero rodeado de nuevos amigos a su lado, Blu deberá encontrar el valor para aprender a volar, malograr el plan de los malosos secuestradores que los persiguen y regresar con Linda, la mejor amiga que un pájaro pudiera tener, mientras aprende algunas lecciones de vida y cantan canciones.
Rio es una película que sin contar lo predecible de su trama, resulta rica en otros elementos, especialmente en diseño, que abunda en esplendor, color, música, emotividad y humor. Naturalmente, fue pensada para ser vista en 3D, por lo que un visionado en este estilo es recomendable, pero no pierde nada en la pantalla normal; sus personajes son entrañables y se advierte el mimo con el que Saldanha (oriundo precisamente de Río de Janeiro), ha levantado su proyecto. 
Esta es la cinta más ambiciosa de Blue Sky Studios y 20th Century Fox y si bien no se acerca a las propuestas sofisticadas de Pixar, es una película bien hecha, que cumple con su cometido. La versión original en inglés cuenta con las voces de la hermosa Anne Hathaway (como Jewel) y Jesse Eisenberg (de La Red Social, como Blu) y están bien seleccionadas. Sugerimos buscar la versión original subtitulada (aunque parezca una faena muy difícil) para poder disfrutar de los giros y retruécanos del guión. Por lo demás, es una cinta cumplidora, hecha con gusto y que entrega su mensaje para los niños de un modo que no resulta moraleja y eso se agradece.
Rio
Con Jesse Eisenberg, Anne Hathaway, Jamie Foxx, George Lopez y Susan Lynch
Dirige: Carlos Saldanha
Estados Unidos, 2011

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5 abr 2011

Anne Hathaway, a la aventura

Pese a su creciente popularidad, se mantiene sencilla y siempre dispuesta a cosas inesperadas, como lo es su incursón en el cine animado al prestar su voz a la comedia de aventuras Río.
Miguel Cane


En los últimos diez años, Anne Hathaway (Nueva Jersey, 1982) ha pasado por toda la gama de producciones en Hollywood y ha demostrado tener las agallas necesarias para sobrevivir a las trampas de la fama y demostrar que es una actriz versátil. Esto se vio desde su debut en Diario de una Princesa (al lado de la formidable Julie Andrews) hasta su aparición en El Diablo viste a la moda, filme que la puso realmente en el mapa, poniéndose al tú por tú con la mismísima Meryl Streep. La consagración – y una nominación al Oscar – le llegó con La boda de Rachel, cinta dirigida por Jonathan Demme, en la que interpretó a una ex-modelo drogadicta. Ha trabajado con directores notables como Demme, Ang Lee y Tim Burton y ahora hace su primera incursión en el cine animado como parte del elenco de Río, la nueva cinta de los creadores de la saga La Edad de Hielo, en la que presta su voz a Jewel, un raro ejemplar hembra de una especie de guacamaya azul, que vive en la selva y que le enseña a Blu (interpretado por Jesse Eisenberg), un pájaro criado en cautiverio, los gozos de la libertad.



Hacer esta cinta, es algo que sorprende, sobre todo si se considera que Anne está en su mejor momento, después de ser co-conductora de la gala de los Oscares y de ser anunciada como la protagonista femenina de la tercera cinta en la saga de Batman, dirigida por Christopher Nolan.


¿Cómo te acercaste al cine animado?

Me encanta. Desde siempre y más allá de que fue mi primer contacto con el cine – la primera película que vi en cine fue La Sirenita, cuando era pequeña. Siempre he admirado el trabajo que requiere hacer una película así, y cuando empezaron a hacerse películas animadas por computadora, como Toy Story, me pareció que era algo maravilloso. Siempre tuve ganas de hacer una película animada y se lo comenté a mi agente. Al principio no hubo ofertas y yo pensé, vaya, `pues a lo mejor no soy el tipo de actriz que quieren para prestar su voz, esas cosas pasan. Pasó el tiempo y en 2007, cuando acababa de filmar La Boda de Rachel, conocí a Carlos Saldanha, que es el director y me habló de Río, que era un proyecto que tenía muchos años y le dije que me interesaba participar en él.



¿Así nada más? ¿Por qué?

Porque Río es el sueño de Carlos, que nació en Brasil. Era algo que habia levantado de cero y que le apasionaba. Eso me impresionó mucho. Eso es lo que busco en los proyectos en los que me involucro – no sucede en todos, pero en casi todos – que haya pasión en la película que el director quiere hacer. Con eso, muchas veces, me basta.



Pero además tuviste la oportunidad de cantar...

¡Es verdad! Y me gustó. Fue muy divertido. Cuando Carlos me llamó, yo no sabía que papel iba a ofrecerme, y me encantó cuando me mandó los primeros esbozos de Jewel. “Tiene tus ojos,” me dijo y eso me animó mucho. Luego supe que iba a cantar y me pareció estupendo. Me encanta hacerlo, así que las semanas que estuve en el estudio de doblaje – que fue algo fascinante en sí – y en el estudio de grabación, fueron muy divertidas y también un aprendizaje.


Esta es una película principalmente dirigida a niños. ¿Es más fácil que hacer una película “para adultos”?

Mucho más difícil. No sólo por el trabajo en sí que implica la animación, si no por lo que requiere tanto del guionista, como del director y su equipo, también de los actores. Hacer comedia requiere un timing muy especial, un ritmo, un modo de hacer el fraseo, de soltarlo. En este caso, además es difícil, porque tienes que actuar más o menos a ciegas. A veces estaba conmigo Jesse, pero no siempre y entonces tenía que actuar de acuerdo con los movimientos del personaje en pantalla y escuchando su voz previamente grabada. Fue extrañísimo, pero también muy divertido.


¿Sientes que has madurado como actriz en estos años de carrera?

Pues te diré que creo que sí. Supongo que ya no tengo mucho en común con la chica que era hace diez años. Entonces me ponía muy nerviosa todo el tiempo y ahora siento que tengo mucho más control sobre las cosas. Creo que me ha ido bien. Tengo una libertad que no tenía antes. Durante un tiempo me pusieron la etiqueta de princesita durante dos o tres filmes y no rompí con esa imagen con Brokeback Mountain, donde aprendí muchísimo de Ang Lee. He demostrado que puedo actuar en otros géneros y la recompensa es el respeto de mis compañeros, directores y de los productores y la crítica. Siento que no he defraudado al público y que he madurado. Jamás esperé conseguir tanto. A veces pienso que n día de estos, todo va a desaparecer de mi vida porque tengo demasiada suerte. Nada dura para siempre; pero quiero seguir luchando por conseguir buenos personajes y hacer lo que me gusta, que es actuar. Sé que conlleva algunas obligaciones, es decir, no es la primera vez que hago promoción de una película, ya hemos hecho esto antes y ya estoy acostumbrada. A veces siento que hay muchas expectativas puestas en mí, y eso es un estímulo para hacer cada vez mejores cosas. Me entusiasma mi trabajo.


Y más ahora que tienes un murciélago en tu futuro... ¡y un gato!

¡Sí! (risas) Bueno. Si, estoy encantada. No puedo hablar mucho al respecto, ¿sabes? Pero puedo decirte que me encanta que Chris Nolan me haya elegido para ser Catwoman. ¡Fue una sorpresa! No me lo esperaba. ¡Es emocionante!


Es un personaje muy emblemático. ¿Tienes idea de cómo te vas a acercar a ella?

No tengo idea. No he visto aún mas que bocetos del vestuario, y ¡no puedo decirte nada! (se ríe) Pero sí puedo decirte que va a ser como todo lo que hace Chris, muy diferente. Creo que si, es un personaje muy emblemático, pero no va a tener nada qué ver con la interpretación de Michelle Pfeiffer, o con la de Julie Newmar en la tele... es muy, muy interesante y el año que viene podrán ver todos la sorpresa que resulte. Como sea, sé que será una gran película; confío plenamente en Chris y sé que tanto a nivel artístico como a nivel entretenimiento, va a ser algo grande y estaré encantada de formar parte de ello.

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