23 jul 2010

Los hombres que no amaban a las mujeres / Millenium I: Män som hatar kvinnor, de Niels Arden Oplev.

Presentando a la señorita Salander

Miguel Cane



El fenómeno de la trilogía Millenium, de Stieg Larsson, ha traspasado fronteras mediáticas y los libros se han traducido a más de 30 idiomas y han vendido millones de ejemplares ahora dan el salto al cine. Así, con más de un año de retraso a diferencia de su estreno en Europa, llega Los hombres que no amaban a las mujeres que es la primera entrega de la trilogía, dirigida por el cineasta sueco Niels Arden Oplev; que se mantiene fiel a la trama del libro y nos revela un intenso thriller lleno de secretos violentos en el seno de una gran familia.

La joven Harriet Vanger desapareció hace muchos años de la mansión familiar en la isla sueca de Hedeby, propiedad prácticamente exclusiva de la poderosa familia Vanger. A pesar del despliegue policial, no se encontró rastro de la chica, aunque su tío Henrik la sigue recordando y recibe cada año una misteriosa flor que le impide olvidar a la chica. Es para aclarar este misterio, que contrata al periodista Mikael Blomkvist, especialista en reportajes de investigación y editor en jefe de la revista Millennium, para buscarla. Blomkvist ha caído en desgracia: perdió un juicio por presunta difamación y calumnia, por lo que está suspendido de sus funciones y requerirá de la ayuda de Lisbeth Salander, una joven investigadora privada totalmente anticonvencional y poseedora de insólitas cualidades, para realizar sus pesquisas. Con este punto de partida, comienza una intriga al más puro estilo de Agatha Christie, pero con unos niveles de tensión y adrenalina más del siglo XXI, que hacen que los 145 minutos que dura la película casi no se noten.


Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres








Técnicamente, el film resulta muy logrado, aunque emocionalmente algo distante (quizá por la manera de hacer cine de los países nórdicos, que escapa de la comercialidad hollywoodense, aunque no cunda el pánico, ya viene el obligatorio remake con Daniel Craig en el rol principal), pero sin duda, establece una atmósfera que, sin dudarlo, encaja a la perfección con el tono de la historia.

Los personajes, parte crucial en este entramado de suspense, resultan muy interesantes, especialmente ese enigma que es Lisbeth Salander, una de las creaciones literarias más llamativas de los últimos años y que en la interpretación de Noomi Rapace, se vuelve una creación muy auténtica, con una estética particular y un lenguaje corporal totalmente suyo, que la convierte con facilidad en el eje conductor de la cinta haciendo que el espectador la siga en su vertiginosa carrera para salvar al blandengue editor que descubre algo podrido en el árbol genealógico, y revela el secreto de la atribulada chica desaparecida.

La película es casi fiel a la trama del libro y hace un puente al final para hilvanarse con la segunda parte, que llegará a las pantallas hacia fines de año.





Los hombres que no amaban a las mujeres(Millenium I: Män som hatar kvinnor). Dirige: Niels Arden Oplev. Con: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Lena Endre, Julia Sporre, Sven-Bertil Taube, Marika Lagercrantz y Peter Haber. Suecia/Noruega/Dinamarca/Alemania, 2008.


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La Talentosa Señorita Noomi Rapace

Al obtener el rol de Lisbeth Salander, la heroína de la exitosa saga Millenium, creada por Stieg Larsson, Noomi Rapace se ha convertido de la noche a la mañana, en una superestrella internacional.

Miguel Cane


The Girl With The Dragon Tattoo Photocall - 2009 Cannes Film Festival


Desde que aparece por primera vez en pantalla, resulta una presencia inquietante: ¿Quién se esconde tras la turbia mirada y los múltiples piercings y tatuajes de Lisbeth Salander, la heroína de la trilogía fílmica de mayor éxito taquillero en Europa? Se trata de Noomi Rapace, nacida en 1979, hija de una actriz sueca y un músico y cantaor español de Badajoz, que pese a tener una larga carrera en los escenarios y la televisión, era prácticamente desconocida fuera de Suecia. Sin embargo, ha impactado con su interpretación en Los hombres que no amaban a las mujeres, adaptación al cine de la primera entrega de Millennium, la famosa saga del fallecido escritor sueco Stieg Larsson. Noomi, alta y simpática, habla español con un fuerte acento sueco, pero con soltura. Y en realidad poco o nada tiene qué ver con el personaje que encarna.


Noomi Rapace Actress Noomi Rapace attends 'The Girl With The Dragon Tattoo' photocall held at the Palais Des Festivals during the 62nd International Cannes Film Festival on May 17, 2009 in Cannes, France.  (Photo by Kristian Dowling/Getty Images) *** Local Caption *** Noomi Rapace


¿Cómo llevas la repentina llegada de la fama internacional?
No me gusta mostrarme mucho. Para mí actuar es dejarme llevar, perder el control. No me preocupa pensar en cómo sueno ni cómo aparezco en las fotos. Es una contradicción, lo sé, pero es lo que me ocurre. Me gusta estar a la sombra cuando me alejo de mis personajes. Yo no quiero ser famosa. Lo cierto es que prefiero que no se sepa nada de mí. Tú me entiendes.
Stieg Larsson se ha convertido gracias a la aparición de los libros en una figura casi mítica

¿Qué aporta la serie de películas a la leyenda de esta saga?
Creo que no añade nada, realmente. Muchas de las cosas que hace Lisbeth no son dramáticas para el cine: buscar información por computadora, sus conflictos internos... todo eso funciona en papel, pero en el cine el resultado es más rápido y dramático. Creo que más bien no era cuestión de aportar, sino de ser muy fieles al libro, y lo hemos logrado. Pero creo que esto, al final, hace que sea parte del fenómeno, no le quita nada ni le aporta nada. Me gusta porque son adaptaciones muy fieles y en el cine eso no sucede con mucha frecuencia.




¿Cómo es la Lisbeth de la novela comparada con la que vemos en pantalla?
Mi personaje es más creíble que en el libro. Muchas de las cosas que Lisbeth hace en el libro no son reales, es una supermujer... A veces es demasiado inteligente, muy rápida, corre más que nadie, lucha... En la película es más humana, más frágil. Yo me la creí del todo, fue muy difícil poder acercarse a ella, me exigió mucho físicamente, tuve que adelgazar mucho, hacer cuatro días a la semana kick boxing (siempre he practicado judo y kung fu) y aprender a conducir a alta velocidad. Mi pelo, que me encantaba, lo tuve que cortar y teñir... ¡eso fue difícil! (se rie). Pero también había que trabajar por dentro, yo tenía que mostrar su vulnerabilidad. La parte más importante del personaje es toda la entretela psicológica. Dejé de hablar con la gente, no leía los periódicos ni veía televisión. Me encerré. En un cuarto a oscuras con Lisbeth. Las dos solas. Teníamos que conocernos.

Este es un papel muy codiciado... ¿Cómo resultaste elegida?
El director estuvo mucho tiempo buscando una actriz. Vio a un montón de actrices suecas, pero era complicado encontrar a alguien que reuniera las características físicas y emocionales de Lisbeth, o que fuera lo suficientemente persuasiva. Él no me había visto en ninguna película o programa de televisión, pero cuando me conoció, dijo que era demasiado guapa para el papel, que esperaba que no me ofendiera. No me ofendí. Estuvimos charlando un rato y entonces me dijo que en mí había algo oscuro, un interior explosivo y confuso, que le gustaba. Habló de mi mirada: dijo que ocultaba cosas, y que sabía cosas de mi personaje que él no había llegado a descubrir. Después, me fui a casa y antes de dos días, llamaron para decirme que, si lo quería, el papel era mío. Me sentí feliz, pero también muy asustada. Intimidada.

¿Por qué?
Porque Lisbeth Salander es uno de esos personajes como Indiana Jones o Batman, o la astronauta Ripley. Son muy fácilmente reconocibles y emblemáticos. Es muy difícil separarte de un personaje así, sobre todo cuando haces una serie con él. Por eso mismo es que he trazado una línea muy clara que diferencíe a Noomi Rapace de Lisbeth. Yo no tengo nada qué ver con ella. Y así fue como me acerqué al personaje, con cuidado de que no hubiera nada de mí en ella, para poder ser yo cuando dejara el set.

¿Cómo definirías la compleja sexualidad de Lisbeth?
Creo que ella es una persona sexual, simplemente. No juzga a la gente por su sexo, simplemente se acuesta con ellos sean hombres o mujeres. Va a su aire, no entiende de pecados sexuales siempre que los dos estén de acuerdo. Lo que me sorprendió fue la timidez del director al respecto. No puedo creerme los besos inocentes de las películas. Es algo que no entiendo: yo traté de encontrar la forma de hacerlo lo más natural posible. Odio cuando ves, en una película, levantarse a alguien maquillado o como recién duchado después de hacer el amor. Así no es la cosa! Si dos personas han estado en la cama tienen que tener pinta de haber practicado el coito. Lo mismo después de una violación.


Tanto la película como la novela muestran una Suecia muy oscura: supremacistas blancos, violencia de género, violaciones, abusos de poder...
Sí, es como una cara secreta, ¿no? Es decir, los suecos parecemos muy controlados, educados y perfectos, pero tenemos sombras y secretos. Hay un montón de violaciones en Suecia. Hay muchas chicas de las que han abusado. Es un gran país, en muchos sentidos, pero también ocurren esas cosas. Creo que es una película muy realista. No todo es tan fuerte como muestra el libro, pero el problema existe; la solución está en todos y es mezcla de varias cosas. La primera, dejar claro que nunca debe pegarse a nadie. Eso es algo que ya sucede: de puertas para fuera, en Suecia la gente es muy intolerante con los que, por ejemplo, pegan a los niños en público. Pero luego se pega a las mujeres de puertas para adentro, pero muchas mujeres no lo dicen en voz alta. Tampoco hay que pensar que todo es culpa de algunos locos, sino de todos. Hay que inculcar la igualdad desde la niñez. Muchos jóvenes no tienen muy clara cuál es la posición actual de las mujeres: las chicas, a veces, son más listas, trabajan mejor, tienen mejores respuestas, y eso les desubica. Se sienten débiles ante las mujeres y quieren devolverlo a través del sexo y la violencia. Tampoco ayuda el porno, ver escenas de sexo grupal en la que varios fulanos se acuestan con una chica... Es algo que distorsiona el concepto de sexo.


¿Es justificable la violencia del personaje de Lisbeth?
No. De ninguna manera. Para nada. No es bueno tomarte la justicia con tu mano. Es igual de malo maltratar a una mujer que a un hombre. No es momento de venganzas, sino de encontrar nuestro propio lugar. Creo que se solucionaría con un buen trabajo en colegios y guarderías, pero si por la crisis se deja de invertir en educación el problema irá a más.
Es igual de malo maltratar a una mujer que a un hombre


¿Sientes que este es un parteaguas de tu carrera?
No soy sentimental: soy una actriz, a mí lo que me gusta es interpretar a alguien y luego pasar a otra cosa. Ya pienso en mi próxima película, y lo único que quiero es terminar con ésta. Tampoco creo que la gente se vaya a acordar mucho de mí, porque les gusta olvidar pronto y cambiar de caras famosas. Recordarán al personaje de Lisbeth, pero espero que no de mí. Tampoco estoy especialmente orgullosa... Soy muy autocrítica. Lo he hecho bien, pero espero hacerlo mejor la próxima vez. Pero no soy Lisbeth Salander. Ya lo hice. Ahora quiero hacer otra cosa.



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20 jul 2010

Fuego / The Burning Plain, de Guillermo Arriaga

Ardiente Secreto

Miguel Cane

Después de una larga espera, y con expectativas muy, muy altas, se estrena en México la opera prima de Guillermo Arriaga, después de su muy notoria “ruptura” con Alejandro González Iñárritu. El resultado es The Burning Plain (o bien, La Planicie Ardiente, una variación del célebre título de Juan Rulfo, El Llano en Llamas), que en España tuvo el título de Lejos de la tierra quemada y aquí ostenta el muy poco original e insípido título comercial de Fuego (que no le hace ningún favor).



Se trata de lo que evidentemente se puede esperar de Arriaga, un autor fiel a sus obsesiones: una historia cruda, presentada de manera fragmentaria, apuntalada en un pasado angustioso que afecta directamente el presente de sus personajes, mismos que manifiestan dolor, enajenación, rencor… la paleta de emociones que ha manejado con destreza en otras ocasiones. La ausencia de Iñárritu, virtualmente no se nota; Arriaga, detrás de la lente, se mantiene fiel a su idea fija, las tramas interconectadas, los vuelcos y retruécanos del destino: aquí tenemos a Sylvia (Charlize Theron) la administradora de un elegante restaurante de Portland, Oregon, que oculta bajo un barniz cosmopolita y sofisticado, un secreto que la atormenta y del que desea huir mediante la promiscuidad sexual y la supereficiencia en su trabajo. Un día ante ella se presenta Carlos (José María Yazpik) y el reencuentro revelará la conexión pasada de Sylvia con una pareja de amantes (Kim Basinger y Joaquim de Almeida) y un acto imprudente con funestas consecuencias que se manifiestan inescapables para la mujer, que deberá encarar el horror de esta tragedia, para poder seguir viviendo, así como para sanar las heridas tanto suyas, como de un hombre en coma, que forma parte de ese mismo pasado suyo.




Esta es una estructura anteriormente probada con éxito por el dúo Arriaga-“Negro”, y se nota. Posiblemente ese sea el principal problema de un filme que está realizado con esmero. La falta de originalidad y de ritmo, acaba por formar grietas en la película, que pese a su belleza visual – no en vano el director de fotografía es el notable Robert Elswit- pierde enfoque al engolosinarse con los mecanismos de su guión que, más allá de la habitual arquitectura de rompecabezas a la que ya nos ha acostumbrado, puede resultar predecible para un espectador ya familiarizado con los giros del autor: esto resulta en que Fuego se siente como un dejà vú. Esto ya lo vimos, ya lo vivimos.




Miss Theron hace un trabajo muy logrado – como es su costumbre- aportando matices a un personaje que sin el “truco” de su historia, sería bastante menos interesante. Por otra parte, Kim Basinger es el otro pilar de la narrativa y funciona muy bien, apoyando a Jennifer Lawrence, cuya interpretación como la conflictiva adolescente 'Mariana' es clave para unir ambas tramas.

Arriaga promete, como director, pero aún se queda un poco corto. Coreografia muy bien sus escenas y la edición le ayuda a romper la línea convencional, pero estos aires pueden resultar pretenciosos a la larga – y de hecho, la película llega a sentirse peligrosamente así varias veces- y le restan emoción a su historia, que se antoja como algo ya visto. La película no es mala y se deja ver, pero no es lo que pudo. El autor seguramente tiene más historias qué contar y cuando se decida a salir de su zona de comfort, en la que ya logró todo lo que tenía que hacer y realmente se arriesgue, dejando de preocuparse por imprimir una 'rúbrica personal', entonces tal vez pueda sacudirse del todo la huella de Iñárritu y decir “esta boca es mía”... pero ese momento aún no ha llegado.




Fuego/The Burning Plain.
Con Kim Basinger, Charlize Theron, Jennifer Lawrence, Joaquim de Almeida, José María Yazpik, Danny Pino y Robin Tunney
Dirige: Guillermo Arriaga
Estados Unidos 2009


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Christopher Nolan sueña despierto

Es el director joven con mayor demanda en el mundo: su carrera ostenta algunos de los títulos más emblemáticos del siglo XXI y con El Origen, se perfila como el heredero aparente de Stanley Kubrick, nada mal para un chico inglés de 40 años.

Miguel Cane




Christopher Nolan – nacido en Londres en 1970- admite que desde niño estuvo obsesionado con el cine y ahora, literalmente, vive de su obsesión: en sólo doce años, ha establecido una de las carreras más admiradas y mejor recibidas de las últimas décadas y ha sido nombrado en más de una ocasión “El nuevo Kubrick”, un título que, asegura, lo abruma y siente que no merece: sin embargo, su fascinante nuevo filme, El Origen, refuerza esta noción y probablemente sea la cinta que lo cimente definitivamente como uno de los nuevos genios del séptimo arte.

Esta es tu primera película a gran escala basada en una idea original desde tu debut. ¿Qué te dio la confianza para dar este salto?
La adaptación de un cómic, la adaptación de una novela, el remake de otra película… una secuela, todo eso es lo que he hecho antes. Lo interesante de este concepto original es que han pasado diez años desde que tuve las primeras ideas hasta que terminé el guión; para entonces, has vivido con esas ideas por tanto tiempo que no es algo tan distinto como trabajar con la historia de alguien más, por ejemplo. Como con Memento, cuando adapté el cuento de mi hermano, ocurrió lo mismo. Tomas esa historia como propia, y como para mí el proceso de hacer un guión es muy largo, me toma años el conjuntar un guión. Para cuando llegas al final, se empieza a sentir que es un poco irrelevante el punto desde el cuál comenzaste. Así que la experiencia ha sido muy similar, de hecho.




Debido a que es muy complejo el concepto de El Origen, me parece que es una película que sólo pudo ser hecha después del éxito comercial de Batman: el caballero de la noche. ¿Esa libertad te dio poder para ir más allá de los límites de lo que puedes hacer, o hubo más presión para amoldarse, quizás, a una estructura y una forma más convencional, más accesible a la audiencia?
Después de filmar Batman: el caballero de la noche, me preguntaron si sentía alguna presión particular para la próxima película, y no es realmente el caso. Te lo pongo de esta manera: sentí una responsabilidad. No es muy frecuente que tengas éxito comercial y que luego tengas algo que quieras hacer que puede entusiasmar a la gente, así que es una gran oportunidad, y la responsabilidad que sentimos en hacer lo que creímos que es la mejor película posible –la película más interesante posible ya que, obviamente, con el éxito de Batman: el caballero de la noche estábamos en una posición donde el estudio nos tenía mucha fe y confianza para hacer algo realmente especial. Esas oportunidades para los cineastas son muy raras, y sentí mucha responsabilidad para tratar de hacer algo realmente memorable en esta oportunidad.




Has hecho un trabajo fantástico al mantener El Origen en el misterio durante todo el año pasado. Todos sabíamos que se estaba filmando, que se iba a estrenar, pero nada más. ¿Cómo equilibras ese secreto con la necesidad de darle a la audiencia información suficiente para que quiera comprar un boleto?
Bueno, en verdad es difícil equilibrar el mercadeo de una película y mantenerla fresca para el público. Mis experiencias más placenteras como espectador siempre han sido el ir al cine, sentarme, que las luces se apaguen y la película se proyecte en pantalla y no sepas casi nada de ella, que no conozcas cada vuelta de la trama y cada movimiento de los personajes ni lo que va a ocurrir. Quiero que una película me sorprenda y me entretenga, así que eso estamos tratando de hacer con el público. Obviamente, también tenemos que vender la película. Es un equilibrio que, creo, Warner Brothers está manejando muy bien. Supongo que en algún momento, el mantener algo en secreto conduce a su propio grado de exageración, pero no pienso en ello como un exceso de confidencialidad o clandestinidad. Creo que es algo apropiado si se hace con medida. Ya sabes, invitamos al público a que venga y nos basamos en algunas imágenes e ideas de la historia y su premisa, pero no queremos contarla toda. Creo que hoy, con mucha frecuencia, se revela demasiado de una película en su mercadeo.




El tema de El Origen es el mundo de los sueños. ¿Te han fascinado toda tu vida, piensas de forma distinta sobre ellos luego de trabajar en esta película?
Me fascinan los sueños… desde que era niño, y pienso que la relación entre películas y sueños siempre me ha interesado. Me gustó la idea de representar los sueños en cine, y he estado trabajando en el guión por algún tiempo, en realidad diez años en la forma en que los has visto en la película con esa estructura de “robo”. Para mí, el interés principal en los sueños y en hacer esta película es la noción de que, mientras estás dormido, en tu mente puedes crear todo un mundo y que lo estás viviendo sin darte cuenta de que sueñas. Creo que eso dice mucho del potencial de la mente humana, en especial el potencial creativo. Es algo que encuentro fascinante.




Mencionaste que te gustó la idea los sueños en cine. ¿Querías explorar el concepto de cine como un tipo de ensoñación?
Mira, yo creo que cuando reflexionas sobre la idea de ser capaz de crear un mundo ilimitado y usarlo como un espacio para la acción y la aventura, te acercas inevitablemente hacia mundos cinematográficos, sean como las películas de Bond o cosas así. Algunas ocasiones en mi vida he experimentado el “sueño lúcido”, que es uno de los puntos importantes de El Origen –la idea de darte cuenta de que estás en un sueño y tratas de cambiarlo o manipularlo de alguna forma. Es una experiencia muy sorprendente para quién la tiene. Está claramente plasmada en la película y es una parte importante de ésta. Así que, sin ser muy consciente mientras escribía el guión dejé que mi mente divagara hacia donde quería dirigirse naturalmente; por lo tanto muchos fragmentos de distintos géneros cinematográficos –de espías, de suspenso, ese tipo- se permearon de manera natural en ese mundo.

¿Investigaste sobre los sueños y las ciencias que se relacionan con ellos?
No tiendo a investigar mucho mientras escribo. Me enfoque en El Origen de la misma manera en que lo hice en Memento con la memoria y su pérdida, que fue examinar mis propios procesos; en este caso, sobre los sueños –en Memento sobre la memoria- y tratar de analizar cómo trabajan, cómo pueden cambiar y ser manipulados. Cómo puede surgir una regla de mi propio proceso. Lo sé porque pienso mucho sobre lo que encuentro, y la investigación es sólo para confirmar lo que piensas, lo que quieres hacer. Si la investigación contradice lo que quieres hacer, tiendes a seguir adelante y hacerlo de todas maneras. Así que en determinado momento me di cuenta de que si quieres comunicarte con el público, la mejor manera es ser tan subjetivo como te sea posible y tratar de escribir a partir de una experiencia auténtica, genuina. De hecho, la mayor parte surge de mis propios procesos, de mi propia experiencia.




¿En algún momento consideraste hacer la película en 3D?
Sí, claro, evaluamos filmarla en distintos formatos antes de entrar al rodaje incluyendo la tecnología 3D. Luego, cuando editamos la película, revisamos el proceso de postconversión y obtuvimos pruebas muy buenas. Después, cuando vi el tiempo que nos quedaba y en qué tenía que enfocarme para terminar el filme; decidí que no teníamos el tiempo suficiente para obtener el nivel de calidad que deseaba. Pienso que la cuestión de la 3D realmente pertenece al público. Según las pruebas que hemos visto, es perfectamente posible post-convertir muy bien un filme, pero a mí no me gusta tener lentes cuando veo una película, y me gusta ver una imagen muy brillante en la que pueda sumergirme. Así que, al final, estoy muy contento de distribuir y exhibir la película en copias de 35 mm que se proyectarán con mucha brillantez y con la más alta calidad posible de imagen. Eso es lo que realmente me entusiasma.

¿Cómo ha cambiado el cine desde que empezaste a trabajar en Hollywood hace 12 años?
En cuanto a lo que se refiere a mi trabajo como director, lo que siempre digo –que puede ser muy difícil que la gente entienda- es que para mí el proceso cinematográfico siempre ha sido el mismo. Cuando estaba haciendo Following, que se rodó con mis amigos un día a la semana durante un año, conjunté la película de esa manera. Para mí, lo que hago en el estudio es ver cómo ocurren las cosas como si fuera un miembro del público, y tratar de ver “qué es la imagen que estamos fotografiando, cómo hará que avance la historia, y cuál será la siguiente imagen”. Ese es el proceso que, para mí, no ha cambiado; extrañamente siempre es similar no importa que tan grande sea la película.

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14 jul 2010

El Origen / Inception, de Christopher Nolan

Miguel Cane



Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es un hábil y conspicuo ladrón internacional, no de joyas, sino de secretos, mismos que extrae con maestría de la profundidad del subconsciente durante el sueño, que es, como él mismo explica, el momento en que la mente es más vulnerable a cualquier embate.




Esto se logra mediante una técnica en la que valiéndose de un talento superior y un equipo profesional, Cobb consigue el entorno de los sueños se convierta en algo moldeable. El concepto se basa en tomar una idea o un pensamiento, cuando cristalizan en el cerebro del durmiente, que adquieren una energía que es equiparable a la realidad.

El talento de Cobb para esta nueva modalidad del espionaje industrial lo ha convertido en un agente cotizado, pero también en objeto de una cacería que lo ha hecho dejar todo, inclusive su familia, para vivir a salto de mata, hasta encontrarse con una última oportunidad de recuperar lo perdido, mediante un “trabajito” -elemento arquetípico de tramas como ésta: la ocasión de redimirse en una misión final- que le propone Saito (Ken Watanabe). Su encargo consiste en penetrar la mente de Robert Fischer (Cillian Murphy), heredero de un imperio corporativo multimillonario.

El truco aquí consiste en actuar a la inversa: la invasión a la mente de otra persona no es para robar un secreto, sino para introducir una idea en la psique de Fischer. Esto representaría el crimen perfecto si sale bien... pero hay muchos elementos variables y peligrosamente cercanos que buscan impedírselo; y ni su cuidado para estos detalles lo han preparado para confrontar lo que es posiblemente su mayor temor: el reencuentro con Mallory (Marion Cotillard), la mujer que fue su esposa y ahora podría simbolizar su fin.

Tomando elementos de todo su canon, muy especialmente de su inquietante opera prima, Following, Christopher Nolan es no sólo un cineasta brillante, también es un narrador que cuida todos los elementos de su estructura, si bien corre el riesgo (como sucede aquí) de irse por derroteros demasiado barrocos y jugar demasiado con las percepciones del espectador, que tendrá que decidir si le sigue el juego o no.

Por otra parte, trabajando con su primer guión en solitario en muchos años, Nolan se deja ver como un artesano a la hora de confeccionar los personajes que bordan su trama. En El Origen, cada participante es preparado hasta llegar a niveles de preciosismo y el reparto (que incluye en roles clave a Ellen Page, Joseph Gordon-Levitt, Tom Berenger y Michael Caine (en un rol siniestro y formidable, a la altura de su talento), se aplica con honores; si bien el guión algunas veces se tambalea entre tantos laberintos y vueltas de tuerca, afectando no el desempeño actoral, sino la relación del espectador con el personaje, que deber ser el vínculo más importante en una sala de cine, más allá de las imágenes.

En ese aspecto, la película es (como era de esperarse) impresionante: Nolan aprovecha su trabajo en locaciones de Londres, Tokio, Los Ángeles, París, Tánger y Calgary y los convierte en escenarios alucinantes, aunque lo que realmente llama la atención es el método utilizado para plasmar el concepto de los viajes al subconsciente: creados específicamente por computadora, los panoramas oníricos superan el trabajo creado por Tarsem Singh en La Célula y dejan la marca muy alta, para que otros cineastas intenten emular a Nolan.




El Origen es una película espectacular y sofisticada, si bien puede resultar indigesta, incomprensible o terriblemente pretenciosa para aquellos que no logren conectar con el mundo propuesto por su creador. La Cotillard deslumbra en un rol desafiante y ambiguo, mientras que, nuevamente, el punto flojo es DiCaprio, que básicamente repite la interpretación que dio a Scorsese en Shutter Island en un personaje que tiene muchas similitudes temáticas con el que interpretó en esa otra cinta. El Origen no es mala, pero tampoco es una obra maestra, aunque está muy cerca. El día que Nolan deje de tratar de ser Kubrick, seguramente conseguirá filmar una cinta que pueda llamarse así. Por mientras, éste es un trabajo hermosamente realizado e inquietantemente ambiguo, que opaca, bastante, la nimia oferta de la cartelera este verano.

Inception/Origen
Con Leonardo DiCaprio, Marion Cotillard, Ken Watanabe, Ellen Page, Cillian Murphy, Tom Berenger, Joseph Gordon-Levitt, Talulah Riley y Michael Caine.
Dirige: Christopher Nolan
Estados Unidos/Reino Unido 2010

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2 jul 2010

Marion Cotillard la mujer de tus sueños

Ganadora de un Oscar, nueva sensación del cinema, mujer de su tiempo, es la protagonista de la muy anticipada cinta El Origen / Inception, el nuevo gran éxito de Christopher Nolan.

Miguel Cane


Marion Cotillard at the 17th Annual Gotham Awards in New York City


La frescura, franqueza y amabilidad de Marion Cotillard (París, 1975) definitivamente contrasta con lo que uno espera de la mayor parte de las estrellas de Hollywood a la hora de enfrentarse con la prensa. Si bien la actriz obtuvo un Oscar por su sorprendente trabajo encarnando a Edith Piaf en La vida en rosa, sigue siendo una novata en muchos aspectos. Su papel en El origen/Inception como la esposa del personaje interpretado por Leonardo DiCaprio, le permite, acceder a un público masivo e internacional, después de roles secundarios en películas como El gran pez, de Tim Burton; Un buen año, de Ridley Scott, y Enemigos públicos, de Michael Mann, que estrenó el año pasado, al lado de Johnny Depp. De pronto, esta joven de cabellera castaña y sonrisa deslumbrante está muy solicitada; fue una de las nueve actrices que cantaron y bailaron en Nine, de Rob Marshall y David Lynch la eligió para protagonizar un inquietante cortometraje filmado en Shanghai, para la casa de modas Dior, en la que interpreta (como es habitual en el universo de Lynch) a una mujer en problemas.


Marion Cotillard  at the New York City Premiere of La Vie Un Rose


Ahora, encabeza junto a Leonardo DiCaprio el elenco de El origen/Inception, el más reciente filme de Christopher Nolan (en la opinión de muchos el mejor cineasta surgido en lo que va del siglo XXI) y comparte cartel con Ellen Page, Tom Berenger y Michael Caine, en lo que es no solo una de las cintas más esperadas del año, también se perfila como un gran hito en su carrera.

¿Cómo te sentiste al saber que Christopher Nolan te quería para esta película?
Feliz. Es un proyecto increíble. El guión me encantó. Yo nunca haría una película (la dirigiera quien la dirigiera) si no me gustara el guión y ésta ha sido la oportunidad de trabajar con un director con un talento desbordante. Es, casi como ocurre en la película, un sueño. Chris es uno de los directores que más admiro y era imposible negarse a trabajar con él. El proyecto me intrigó mucho desde un principio y estoy encantada con el resultado. Creo que es una gran película.


Marion Cotillard in 20th Century Fox's A Good Year


¿Cómo te internaste en la creación de tu personaje?
Mallory Cobb es una esposa, una hija y una madre, al menos en un plano de realidad. En otro plano de realidad es un monstruo. Pero también es muchas otras cosas, simbólicas y no. Eso me gustó mucho. Hay una ambiguedad que prevalece en toda la película y eso es muy difícil de lograr. Mal está – estuvo, al menos- enamorada de Dom Cobb (DiCaprio) y él de ella, por eso Mal se manifiesta en el subconsciente de él. Un personaje así no es nada fácil. Chris es un perfeccionista absoluto y eso me encanta de los directores con los que trabajo. La primera vez que me reuní con él aquí en Londres, me dio el guión y lo leímos durante tres días seguidos en los que casi no dormí. Después del tercer día volví a la noche a mi hotel y encontré una caja enorme que tenía una serie de notas, ideas, películas, y música, que lo habían inspirado y que pensaba que me podría servir. Le pregunté a mi novio qué debía hacer con todo eso: 'Leelo todo', me dijo. 'Seguro Nolan te va a preguntar todo'. Ver y leer todo ese material me ayudó muchísimo para poder crear el personaje.

Nolan se ha distinguido en ser, como Kubrick, un director que trabaja poco con actrices. ¿Eso les da más campo de desarrollo a ustedes o es, por el contrario, más difícil.
Creo que una de las cosas que me gusta del cine de Chris Nolan es la importancia que le da a la mujer en las historias, ya que suele jugar un papel clave. En este caso, son dos: Mal y Ariadne, que interpreta Ellen Page. Podría decirse que con nosotras explora el anverso y el reverso de una misma idea. Es algo sorprendente y en lo absoluto fue una experiencia difícil – como me imagino y he oído que a veces fue trabajar para Kubrick. Chris dedica el mismo tiempo y atención a todos los detalles. Es un director que te hace colaborar, que no te ve solo como un instrumento.


Marion Cotillard at the Santa Barbara Film Festival Virtuoso Tribute � 01/30/2008 Photo: Ray Mickshaw, WireImage.com


¿Y DiCaprio? ¿Cómo resultó como compañero?
Leonardo DiCaprio es un actor auténtico que nunca cambia, esté con quien esté. Cuando trabajas a su lado te das cuenta de que tiene algo original que lo hace especial; aunque no sabría explicar bien lo que es; por ese motivo nos encontramos ante una película tan extraordinaria que es mucho más que una historia de robos o de ciencia ficción. Es decir, se trata de ambas cosas. Pero tambiñen e una historia sobre los conflictos reales y subconscientes de estos personajesy eso lo hace todo más fascinante. Trabajar con Leonardo, como con Michael Caine, que hace de padre de Mal, como con Joe Gordon Levitt o Tom Berenger, o Ellen Page, ha sido maravilloso para mí. Trato de nutrirme de cada una de las interpretaciones de mis colegas, porque todas ellas me aportan algo, que tal vez me sea útil en el futuro, o simplemente que me alimenta como espectadora.

Como actriz, has dado vida a personajes muy intensos, muy complejos. ¿Eres capaz de abandonarlos en el set durante el rodaje y llevar una vida normal?
Sé que hay actores que son capaces de estar dentro de su personaje durante el rodaje pero yo no, porque creo que sinceramente, me volvería loca. Sin embargo, hay momentos en que, si la escena lo requiere, no soy capaz de abandonar el rol hasta que hemos terminado de rodarla, no importan las tomas. Algo así me pasó durante la secuencia de la confrontación entre Dom y Mallory, que tardamos un tiempio en lograr, porque me costó llegar al punto que tanto Chris y yo queríamos y permanecí bastante tiempo en personaje hasta que terminamos de rodar la toma perfecta. Fue agotador, pero valió la pena.

La pregunta inevitable: ¿Cómo te ha cambiado la vida desde el Óscar?
¿Sabes? Yo siempre le estaré agradecida al director Olivier Dahan por la oportunidad que me dio de hacer de Piaf. Me han pasado muchas buenas cosas desde entonces, como el poder estar en esta película, porque ahora tengo más oportunidades de desarrollarme.

Tu carrera está en un gran momento. Sin embargo, alguna vez has dicho que no te importaría en algún momento dejarla al menos por un tiempo. ¿Por qué?
Esa fue una declaración que hice y sacaron de contexto. A lo que yo me refería era que, tal vez, para estar con mi pareja, eventualmente tener una familia y criarla, no me importaría dejar mi carrera estacionada por un tiempo y luego retomarla. Pero no la abandonaría. Y sigo pensando un poco así, ¿por qué no? Me hace enormemente feliz mi carrera, pero también hay otras cosas que me llenan, el amor entre ellas y si mi amor es correspondido, no creo que mi pareja me obligara a abandonar mi carrera. Sobre todo porque él [el actor y director francés Guillaume Canet] me entiende perfectamente: él conoce los entresijos de este mundo tan bien como yo, incluso más.

¿Tienes algún criterio específico a la hora de elegir roles? ¿Usas tu instinto?
Creo que sí, es una cosas instintiva. Verás, exceptuando las pornográficas, me gustan todo tipo de películas. Crecí viéndolo todo: clásicos de Hollywood, musicales, ciencia ficción, cine de autor. Estoy abierta a todas las propuestas que vengan a mí. Lo que necesito es sentir el deseo de hacer ese personaje. Si cuando leo el guión siento que la sangre empieza a bombear en mi corazón, es porque estoy metida en el papel, en la película. Siento como si explotaran fuegos artificiales adentro mío. Eso me pasó con El origen/Inception y es lo que me pasa con proyectos que hago. Si no hay pasión, no puedo hacerlo.


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