30 oct 2009

La Caja / The Box, de Richard Kelly

Una fábula siniestra

Miguel Cane


El año es 1976, en la ciudad de Richmond, Virginia, hogar de los Lewis, Norma y Arthur (Cameron Díaz y James Marsden) un matrimonio típico de clase media, que han estado viviendo más allá de sus medios y ahora les crecen los problemas: la escuela de su hijo es carísima, ella necesita una operación y a él, que es ingeniero de NASA, le niegan un ascenso. La cosa no pinta bien, hasta que un día reciben la visita de un misterioso hombre (interpretado por Frank Langella, con un maquillaje impresionante) que les entrega una caja con un botón. La explicación es sencilla: si lo oprimen, recibirán un millón de dólares a cambio de que una persona ajena a su entorno muera. Si no, él se irá y la caja será entregada a otras personas. Así de simple. Pero las consecuencias pueden ser espantosas...


Richard Kelly, director del éxito de culto Donnie Darko, adapta el clásico relato de Richard Matheson, Button, button, y de este modo, deliberadamente retoma el género setentero de la ciencia ficción con estilo, que tuvo su auge con títulos como La invasión de los usurpadores de cuerpos (Kaufman, 1978) o Oestelandia (Crichton, 1973) donde el propósito final trascendía mucho más allá de lo moral y lo fantástico. Kelly ha querido hacer algo similar a esas cintas, pero se engolosina y el paso lento de la película hace que vaya perdiendo fuerza y que el desenlace resulte anticlimático para el espectador. Lo que en un principio es un ensayo sobre la pérdida de ética y de principios, de humanidad en definitiva, y sus terribles consecuencias, da paso a una lucha por la supervivencia donde el bien y el mal parecen no importar si triunfa el amor... lo que vuelve el conjunto muy forzado y poco creíble.


Los actores no son del todo acertados, aunque cumplen. Díaz está muy bien como un ama de casa y madre de familia de su época, pero no tiene quimica con Marsden , cuyos limitados recursos actorales resultan un lastre, más que un acierto. Resulta imposible identificarse con él y sus desventuras nos dejan indiferentes. Lo mejor y más logardo, además de la ambientación perfecta de la época post-Watergate, es la atmósfera angustiosa que se respira al inicio de la cinta, que oprime tanto a los actores como al espectador, el temor ante lo desconocido. Y, por supuesto, hay que reconocer los efectos especiales (como la efectivísima e inquietante prótesis facial de Langella).

El propósito de Kelly con La Caja ostensiblemente, es obtener un equilibrio entre el cine comercial de suspenso y terror, con un producto fiel a su sensibilidad artística, y se nota: los aficionados al género estarán encantados con sus detalles siniestros y alucinantes, pero el desequilibrio entre el tenso y calmado ambiente de fantástico de los setenta y los disparates que tiene que soportar el matrimonio protagonista por lo que es básicamente una fábula con moraleja, acaba por hacer la película más pesada de lo que realmente es: este desequilibrio de tono y ritmo entre sus dos mitades va implícito desde su planteamiento, pero aunque el resultado es una película interesante y con momentos notables e inquietantes – la secuencia de la fiesta haría sentir muy satisfecho al mismísimo David Lynch, por ejemplo-, pero tener disciplina y algo de cohesión narrativa no le habría sobrado, aunque con Kelly ya se sabe que es propenso a esta clase de excesos (véase su esperpéntica, ambiciosa y fallida Southland Tales, que causó desconcierto en Cannes 2006), sin embargo, aunque no es un logro como su cinta debut, tampoco puede decirse que defrauda.





La Caja/The Box
con Cameron Diaz, James Marsden, Holmes Osborne y Frank Langella.
Dirige Richard Kelly
Estados Unidos 2009

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Cameron Diaz, esa rubia debilidad

Es la actriz mejor pagada del mundo, pero esto no es obstáculo para que sea también una muchacha igual que todas...

Miguel Cane

Cameron Diaz in Columbia Pictures' The Holiday


Cuando era niña, dice Cameron Diaz (nacida en 1972, hija de un inmigrante cubano y descendiente de alemanes) no pensaba en ser actriz o modelo. Lo que a ella más le gustaba era andar en patineta, subir a los árboles, o hacer cosas que nada tenian que ver con el estilo de vida glamoroso que, desde 1994 parece representar, al haberse colocado estratégicamente como una de las diosas del Hollywood, con su participación al lado de Jim Carrey en la exitosa La Máscara, misma que le abrió las puertas a una carrera fructífera y diversa que la ha llevado a convertirse en una de las estrellas más famosas del cine, una de las mujeres más fotografiadas del mundo y la actriz mejor pagada de Hollywood, con ganancias de 17 millones de dólares por película, algo que no ha sido fácil, considerando que la industria es un mundo dominado por los hombres. “Pero creo que es bueno,” señala esta rubia de piernas kilométricas, que inició su carrera como modelo en Japón cuando sólo era una adolescente “porque demuestra que las mujeres también podemos hacer lo mismo que los hombres y ganar lo mismo que ellos. Es increíble, pero me siento muy orgullosa de ello, porque quiere decir que todos los sacrificios que has tenido que hacer en tu carrera, valen la pena.”

Cameron Diaz in Columbia's Charlie's Angels: Full Throttle


Pero además de ganar tan bien, ¿vives sólo para el trabajo?
Bueno, tanto como eso no, pero tengo temporadas de mucho trabajo a veces. Por ejemplo, ahora mismo estoy promoviendo La Caja, que acabamos de filmar hace un año y ya estamos preparando Shrek 4 y acabo de terminar el rodaje de Wichita, con Tom Cruise, y en unos días voy a empezar a filmar El Avispón Verde... Trabajar en una película te quita todo el tiempo, pero cuando acabas de rodar es genial porque haces nuevos amigos y tienes nuevas experiencias. Yo creo que el tiempo pasa rápido cuando te lo pasas bien haciendo algo que te gusta, y a mí me encanta hablar de mi trabajo.

Hablemos de La Caja. ¿Por qué decidiste hacer una película de esta temática? No es exactamente de terror, pero sí es escalofriante...
Oh, sí. Me encantó hacer esa película. Me gustan las películas que te tienen en suspenso todo el tiempo y te preguntas, ¿qué es lo que va a pasar ahora? y me gustan todavía más, si te plantean dilemas y este es el caso de esta película. Hago el papel de una madre de familia llamada Norma, que está casada con James Marsden y viven en 1976 y tienen problemas económicos, es decir, no son pobres ni nada por el estilo, pero es que se les juntan muchas cosas y no les alcanza el dinero, cosas que pasan en la realidad ¿no? Esto hace que los espectadores se identifiquen con ella. Pero luego viene la parte que asusta, porque llega un extraño, que es Frank Langella y les ofrece un millón de dólares, si aprietan el botón que hay en la caja misteriosa y si lo aprietan ¡alguien en el mundo va a morir! Entonces la película plantea ese dilema, ¿qué vas a hacer? ¿Aprietas el botón, aunque mates a alguien, o dejas que te coman las deudas? ¡Qué dificil! Por eso me encantó el guión, me dije “¿yo qué haría?” O sea, si estuviera en una situación desesperada como Norma, ¿qué haría?

Cameron Diaz at the LA premiere of Columbia's Charlie's Angels: Full Throttle


¿Y qué harías?
Pues no sé. Pero Norma aprieta el botón y eso es lo importante. Contar las consecuencias de sus actos, porque todas las acciones, aunque sean en películas, tienen consecuencias y Richard Kelly, el director de la pelicula, lo muestra todo muy bien, con mucha velocidad y sí que te pone los pelos de punta, porque no te imaginas lo que puede resultar por algo tan simple como apretar un botón sin pensar en lo que puedes hacerle a alguien más. No podía dejar de pensar en eso y por eso mismo quise hacer la película. ¡Es una historia increíble!

¿Qué tal es el personaje de Norma?
Lo estupendo de este papel en esta película es que al final descubrimos que en ella hay algo más que en otros muchos papeles que he interpretado: El personaje estaba realmente muy bien escrito y es muy interesante poder interpretar a alguien que presenta esta clase de conflicto y cómo va cambiando conforme avanza la película. Y en el caso de Norma, el guión define muy bien al personaje. Hay que comportarse de modo muy especial, es una madre, una profesora, una mujer enamorada y también puede ser una mujer muy peligrosa. La aventura de interpretarla fue algo muy emocionante y me dejó sencillamente agotada. La verdad es que fue una gran experiencia.

Cameron Diaz


¿Qué sientes que aprendiste de esta película a nivel personal?
Creo que uno de los mensajes que me dejó hacer una película como La Caja es que hay que estar siempre abierto, conocerse a uno mismo para poder comprender al mundo y que no todo lo que hacemos es tan blanco o negro. Como estamos de paso por la vida hay que recordarse continuamente que es importante querer a las personas. Es realmente importante. Y también, que hay que tomar cada decisión en la vida, con responsabilidad. Nunca sabes las consecuencias de lo que haces para alguien más. Creo que eso también importa mucho y espero que los espectadores piensen lo mismo cuando la vean. Es decir, espero que se emocionen y se asusten, pero también que reflexionen muy bien acerca de eso.

Hablando de eso, eres una de las mujeres más famosas del mundo. ¿Sientes algún tipo de responsabilidad al respecto de tu imagen, para con las jóvenes del mundo que te ven como una figura glamorosa y que posiblemente te vean también como un ejemplo?
Oh, si, pero yo no creo que sea un ejemplo, es decir, no me lo parece. Yo solo soy una actriz y nada más. Yo creo que nadie es perfecto, es decir, como lo plantea la saga de Shrek, que creo que tiene un mensaje muy importante: todos somos ogros. Fiona es un ogro bellísimo, adorable y tiene unas cualidades maravillosas. Lo importante no está en cómo te veas, sino en cómo eres por dentro. Mi aspecto, para mí, cuando estoy trabajando, es importante pero creo que es más importante cómo soy por dentro, lo que pienso o lo que siento y siempre le digo eso a otras chicas: sean únicas, no traten de ser como las mujeres que ven en las revistas o en las películas o en la tele; sean ustedes mismas. No hay que olvidar que cada mujer es una obra de arte en sí misma.

Cameron Diaz


Entonces, ¿no es más trascendente la belleza exterior, aún si es lo primero que la gente ve de ti?
Conozco mucha gente que es atractiva exteriormente, sobre todo en Los Ángeles, pero nadie quiere pasar con ellos más de cinco minutos. Para mí no es para nada importante el aspecto físico, sino lo que ofrece cada persona interiormente. Muchas veces me he sorprendido con gente que te cautiva con su sentido del humor, su inteligencia, su bondad... Con esto no quiero decir que ser atractivo sea algo negativo tampoco, eso sí lo quiero dejar claro: lo que sucede es que estamos perdiendo nuestra individualidad. Mi idea es que cada uno debe llevar el color de pelo que quiera y la ropa que le gusta usar y si eres bonita, ¡qué bueno! Y si no lo eres, ¡también qué maravilloso! Nadie debería de ser discriminado por su aspecto ni por sus creencias o sus ideas. Es más, yo creo que cualquier clase de discriminación es terrible y no debería de existir.

¿Crees que haya una solución para ese problema del mundo?
Espero que sí. Mira, nosotros como celebridades o como estrellas de cine, tenemos la fortuna de poder hablar sobre estos temas y que mucha gente nos escuche. Entonces yo espero que sí, que tanto nuestro trabajo como nuestra opinión pueda hacer una diferencia, aunque sea pequeña, en cómo ve la gente el mundo. Y si en algo podemos ayudar, pues me parece estupendo. Me encanta ayudar a la gente, creo que es lo menos que puedo hacer para que el mundo en el que vivo sea un poco mejor y que todos seamos más felices, ¿no crees?


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28 oct 2009

Escucha a través de tus ojos: Abel Korzeniowski

David Guzmán

Artículo cortesía de Monsieur David.

Si pudiésemos meter a la licuadora el minimalismo de Michael Nyman, el sentimiento y aire polaco de -su coterráneo- Zbigniew Preisner, la frescura melódica de Yann Tiersen, la grandilocuencia del mejor John Williams y la rigurosidad del también polaco Wojciech Kilar, la mezcla que se obtendría sería (por ponerle ya un adjetivo) al elegante -musicalmente hablando- Abel Korzeniowski.




De origen polaco, Korzeniowski (37 años) vive ya en Los Ángeles donde se ha establecido buscando la internacionalización que le ha traído algunos proyectos importantes en donde sin duda comienza a figurar con letras mayúsculas la música que hizo para ‘A Single Man’ de Tom Ford aunque uno no puede dejar de lado la monumental banda sonora que realizó para esa obra silente de Fritz Lang llamada ‘Metrópolis’ (nueva música).


Metrópolis de Fritz Lang

Su todavía corta carrera la inició musicalizando algunos cortometrajes, obras de teatro y documentales en su natal Polonia. Multipremiado, Korzeniowski no puede (ni debe) dejar de lado toda la influencia que trae de la mejor escuela polaca como si se tratase de una estafeta que puede portar con orgullo y que le podrían transferir tranquilamente Preisner y Kilar.

Pero vamos por partes.

No hay mucho sobre él en internet. En Amazon sólo está a la venta un disco ‘Music for Drama’ así que la gran fuente para conocer su trabajo es su sitio oficial http://www.abelkorzeniowski.com/ en donde podrán ustedes hacer un recorrido por prácticamente todo su trabajo.


Del sitio, me llamó poderosamente la atención el trabajo que hizo para la citada ‘Metrópolis’ en donde encontramos un trabajo a gran escala: 90 músicos, un vasto coro y dos sopranos que enaltecen las imágenes de Lang. No es su partitura más accesible pero sí es referente de la calidad del artista ante el que estamos. La tonalidad de esta música es obscura pero de detalle elegante (cuerdas que brotan en planos secundarios para acabar posicionándose en el hilo conductor) y coros que le proporcionan al film el aire de magnificencia que requiere (en el trailer pueden apreciar una interesante mezcla de los distintos movimientos).

Trailer de Metrópolis de Fritz Lang


Naturalmente pueden acceder también a dos muestras de ejecuciones para ‘A Single Man’ para ir abriendo apetito y familiarizarse con el score de la película. El track ‘Carlos’ pero sobre todo ‘Stillness of the Mind’ nos sugieren una conmovedora y emotiva banda sonora.

Por otra parte encontrarán una grata sorpresa auditiva en la música que compuso Korzeniowski para el film animado ‘Battle for Terra’. Jamás esperé encontrar tal calidad de acompañamiento para una cinta de animación. Especial escucha a Life on Terra-First Strike que conjuga la majestuosidad de un coro de niños al inicio (al mejor estilo de Preisner) pero que parte el tema al minuto 2’32 para girarlo completamente y convertirlo en una trepidante combinación de percusiones y cuerdas que dejaría a John Williams o a Hans Zimmer boquiabiertos. Este tema y Hijacking the Ship son verdaderamente emocionantes.





Vamos a más. Dense una vuelta por Youtube.Com y aunque no hay mucho sobre el trabajo del polaco lo que encontrarán ahí, los convertirá sin duda en nuevos adeptos. Ahí Korzeniowski nos da una probada más accesible de sus composiciones sin que ello demerite su gran calidad y lo comprobarán cuando encuentren un tema hermosísimo llamado ‘Birdie’ (abajo); continúen el viaje con ‘Dandube’ (una suerte de variante de ‘Birdie’) y finalicen la experiencia con ‘Nowy Dzien’.





Escucharemos mucho en el corto plazo sobre Abel Korzeniowski. Ya comienzan a elevarse voces que sugieren su nombre para el Oscar por su trabajo en la cinta de Tom Ford así que preparen el oído y adelántense dejándose llevar por sus exquisitas compocisiones en este pequeño viaje musical que ojalá sea de su agrado. Y por supuesto, cuando escuchen sobre él, recuerden que en Monsieur David y aquí lo leyeron primero :)

Tip del Autor: Dado que es muy difícil acceder a su música con el software habitual (Ares, Emule, etc.) dentro del sitio oficial existe la facilidad de posicionarse con el mouse en el nombre de los temas y con el botón derecho, elijan ‘guardar destino como’ para poder descargar toda esa música a sus computadoras.

T E X T O S

HISTORIA
Polonia / Wajda - la Escuela Polaca de Cine y la Segunda Guerra Mundial / Postguerra - por Ewa Mazierska

CINE
ANDRZEJ WAJDA HABLA SOBRE SU NUEVO FILM: KATYN / POST MORTEM. OPOWIESC KATYNSKA

GENERACIÓN JOVEN DE POLONIA, LA - por David Robinson (1979)

POLONIA / WAJDA REDUX - por Peter Cowie (1979)

BACHLEDA-CURUS, ALICJA. De Polonia al mundo - 5 VIDEOS

SZENAJCH, ANDRZEJ. Diseñador de vestuario militar, consultor


LITERATURA
ANDRZEJEWSKI, JERZY (1909 – 1983)

LEM, STANISLAW (1921 - 2006) - por Filiberto López

WITKIEWICZ, STANISLAW IGNACY - por María Sten


MUSICA
KORZENIOWSKI, ABEL. Compositor - por David Guzmán.

PREISNER, ZBIGNIEW. Compositor - por David Guzmán.


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23 oct 2009

Almas Pasajeras / Passengers, de Rodrigo García

Vuelo Perdido

Miguel Cane


El trabajo como cineasta del colombiano Rodrigo García, creador de las series de HBO Carnivàle e In Treatment, así como de las cintas Cosas que diría con solo mirarla y Nueve Vidas, no carece nunca de interés – especialmente considerando su peculiar trabajo con actrices, con las que parece tener especial afinidad- y por lo mismo, el que llegue, con más de un año de retraso a pantallas mexicanos su tercer largometraje, Passengers, con el título de Almas pasajeras, puede llamar la atención, amén de contar con un interesante reparto encabezado por Anne Hathaway. Sin embargo el resultado es más bien desigual, pese al talento involucrado; se desploma en un punto y no consigue retomar el vuelo.

La trama gira en torno a un accidente aéreo del que sobreviven siete personas. Claire (Anne Hathaway, formal y correcta, pero inexplicablemente desconectada), una joven psicóloga contratada por la aerolínea, deberá ayudar a los sobrevivientes a superar el trauma por el que pasaron. Pero, poco a poco, éstos empiezan a desaparecer misteriosamente. Con la ayuda de Eric (Patrick Wilson), uno de los pasajeros, Claire intentará descubrir qué ocurrió realmente durante el vuelo.


La cinta así se mueve entre dos tierras: la del intenso melodrama (muy similar a Sin miedo a la vida, de Peter Weir, que tocaba una temática muy similar, con Jeff Bridges e Isabella Rossellini como un matrimonio que se veía afectado por una catástrofe aérea) y el suspenso sobrenatural, pero no se decide al final por ninguno, quedándose en un limbo tibio y muy bien realizado, con actuaciones capaces y en casos hasta notables (ver a Dianne Wiest siempre es un halago para el espectador, aún en roles engañosamente insignificantes).

García, como guionista junto con Ronnie Christensen, se plantea una idea atractiva, pero su intento de sorprender al espectador es tan arriesgado, que acaba por confinarse a sí mismo en un rincón y si ustedes ya han visto otras cintas de fantasmas, tal vez el misterio tan cuidadosamente confeccionado, no resulte tal. Es por lo mismo, que es mejor observar el trabajo de madurez de Anne Hathaway, que hace un gran esfuerzo por hacer creíble una pseudo-romántica historia de amor sumamente apática y previsible con el personaje de Wilson (con quien no tiene absolutamente nada de química) y esto acaba por relegar a subtrama el enigma inicial.

De este modo, el espectador comienza a enervarse al sentir el peso de cada minuto que transcurre en pantalla, pues absolutamente nada parece suceder en pantalla más allá de la forzada evolución del argumento, tan solo aquí y allá aparecen meras pinceladas como conversaciones un tanto extrañas o la aparición de personajes perturbadores (como el de David Morse, que lamentablemente no se desarrolla), lo cual se refleja como el problema más grave de la cinta, que además en sus últimos minutos se aferra a la idea de tener un “mensaje” lo que acaba por resultar incluso insultante, lo cual, considerando el linaje del director y de su protagonista, es realmente una pena. Lo bueno es que después de hacer esto, Rodrigo García tomó otros proyectos y Anne realizó La Boda de Rachel, por lo que podrán olvidarse de este tropiezo. Y el público podría intentar hacer lo mismo.

Almas Pasajeras/Passengers
con Anne Hathaway, Patrick Wilson, Clea DuVall, David Morse, André Braugher y Dianne Wiest
Dirige: Rodrigo García
Estados Unidos/Canadá 2008

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21 oct 2009

Hasta la cocina con Amy Adams

Dos veces nominada al Oscar, esta pelirroja carismática ha pasado de ser una promesa, a ser toda una estrella y por derecho propio.

Miguel Cane

Amy Adams at the Los Angeles premiere of Walt Disney Pictures' Enchanted


Nacida en una base militar estadounidense en Italia hace treinta y cinco años, Amy Adams no se imaginaba, cuando obtuvo una beca para estudiar en la escuela de arte dramático de Yale, que quince años después de graduarse, filmaría dos películas seguidas con la más distinguida alumna de dicha escuela: Meryl Streep.

Sin embargo, su trabajo en La Duda le valió su segunda nominación al Oscar como mejor actriz de soporte (la primera fue en 2005 por la cinta independiente Junebug), y una recomendación de la propia Meryl para ser considerada en Julie y Julia, la nueva cinta e la que – aunque no tienen escenas juntas- ambas participan; la Streep interpretando a la legendaria chef americana Julia Child, quien tras varios años de residir en Francia revolucionó el mundo de la cocina y la televisión y la joven Adams dando vida a Julie Powell, una joven ama de casa de Manhattan que, en la presente década, decidió emular a su ídola y cocinar todas las recetas francesas que Julia Child compiló durante sus años como esposa de un diplomático en París. El resultado es una cinta cálida y humana que muestra a las dos actrices en pleno, consagrando aún más a la Streep y estableciendo a la Adams como una figura digna de reconocimiento.

Amy Adams at the Los Angeles premiere of Universal Pictures' The Wedding Date


Ahora bien, Amy no es ninguna recién llegada: “pico piedra” en televisión y en algunass comedias antes de que Steven Spielberg la eligiera para Atrápame si puedes, con Leonardo DiCaprio y Tom Hanks y su papel en Junebug, con Alessandro Nivola y Embeth Davidtz , como una joven esposa con un avanzado embarazo y un optimismo a toda prueba aún ante la tragedia, el que la puso en primera línea y le hizo aspirar al Oscar, seguida por el apoteósico éxito de Encantada, que realizó para Disney, misma que la puso en el mapa.

El público está acostumbrado a verte hacer comedia, cosa que no es fácil... ¿Cómo te sientes con una historia más apegada a la vida real?
Me gustó mucho poder hacer esto. Verás, yo respondo a los personajes que me ofrecen, a los actores que están involucrados en cada proyecto, a los guiones, a los directores. Y en este caso era increíble porque me entusiasmaba la idea de volver a estar cerca de Meryl Streep. Además es bueno cambiar de género y ser más flexible a la hora de interpretar personajes. ¡Y me gusta hacer comedia, eso es verdad! Y en cierto sentido, esta película lo es: tiene humor, como la vida misma y eso siempre resulta atractivo para un actor.

Amy Adams at the New York Film Critics Circle Awards


Tú estudiaste en la misma universidad que Meryl Streep ¿Cómo te sentiste de trabajar con ella por segunda vez?
No encontrarás una persona más generosa y amable en la vida, que Meryl. Es una mujer extraordinaria y no lo creerías, después de todo, ¡es Meryl Streep! Pero ella no se lo cree, no se cree este mito de la gran leyenda que la precede. En esta película no tenemos escenas juntas y de hecho nunca coincidimos, pero antes de que rodáramos, Nora Ephron (la directora) nos invitó a comer para que habláramos las tres del proyeto y fue muy divertido. Creo que en esta película, Meryl hace un trabajo excelente ¿no te parece? Trabajar con ella es como una clase extraordinaria, como tener a la mejor maestra ahí, trabajando contigo. Creo que es una mujer formidable y me hace buscar siempre la mejor versión de mí misma. La admiro. ¿Se nota? (Risas)

¿Requirió mucha preparación de tu parte poder convertirte en cocinera estrella?
Antes del entrenamiento para la película, te voy a confesar que era una cocinera terrible, nunca lo hacía. Podia hacer de todo, arreglar la mesa, servir el vino en una cena, pero nunca cocinar. ¡Era un desastre! Pero después de entrenarme con varios chefs que nos asesoraron a Meryl y a mí para seguir los métodos de Julia Child, he desarrollado una confianza en mí misma y te diré que mi novio está encantado (Risas).

Debo decir que unas semanas antes de comenzar la filmación tuve que aprender a evitar cortarme los dedos y estar atenta de los ingredientes y cómo van juntos y en todo el proceso de preparar la comida Creo que ese era el gran detalle de Julia Child: consiguió que, incluso la gente que no cocina, se interesara en sus libros y sus programas de televisión; lograba que quedaras fascinado con el proceso. Es como cuando alguien interpreta un instrumento musical y disfrutas viéndolo tocar, deseando tener ese talento y ver a Julia Child [que falleció a los 91 años en 2003] y seguir sus lecciones fue una revelación para mí.

Amy Adams 2007 Film Independent's Spirit Awards Santa Monica,  CA

Julie Powell es una persona real. ¿La conociste antes de rodar? ¿Te dio algún consejo?

No exactamente. A Julie la conocí hasta que ya estábamos rodando. Ella es una mujer fantástica, muy divertida, muy inteligente, y me dio una entera libertad para interpretar a la Julie de la película, porque, como la Julie del libro – mismo que escribió contando sus experiencias de vida mientras recreaba el recetario de Julia Child- es un poco como un aspecto de ella, pero no necesariamente es una recreación fiel o biográfica de ella misma. Así que visitó el set, charlamos un rato y me pareció que estaba tan emocionada como lo estábamos nosotros. Traté de interpretar a este personaje con la calidez y alegría que son patentes en el libro y en el guión que hizo Nora. Julie es una mujer optimista y alegre, yo procuro serlo y eso es lo que tenemos en común, así que en ese sentido fue mucho más fácil poder identificarme con ella. Me sentí muy contenta de hacerlo, y además tuve mucho apoyo por parte de Chris Messina, que interpreta a Eric, el marido de Julie y juntos logramos una dinámica que nos funcionaba muy bien en las escenas juntos, es decir, pudimos establecer una interpretación que podría asemejarse a la vida real de Julie Powell, pero estos son también personajes de una película y eso es lo que hace más atractivo el reto para un actor.

Amy Adams 2007 Film Independent's Spirit Awards Santa Monica,  CA


Pese al reconocimiento de dos nominaciones al Oscar, muchos siguen viéndote como una 'revelación'. ¿Qué expectativas tienes ?
No estoy segura de qué ocurrirá con esta o con otra película, pero tampoco lo sabía al hacer Junebug, y me dio muchas oportunidades, me permitió acercarme a mucha gente que no conocía mi trabajo. Lo mismo con Encantada o con La Duda, así que estoy muy agradecida por eso. Espero ser siempre una 'revelación', es algo bueno porque significa que la gente aun me está descubriendo.

¿Sientes los efectos de la fama en tu vida diaria?
Creo que todavía no soy famosa, no en el sentido estricto. Ahora mismo sólo me reconocen algunas personas y todavía tengo mucha privacidad en mi vida cotidiana y eso es algo que definitivamente aprecio. Además, cuando alguien se me acerca, usualmente lo hace con mucho respeto, o son niñas que vieron Encantada y me llaman 'Giselle' y eso me encanta. Ahora bien, sí reconozco que la fama también te abre muchas puertas, y eso es bueno para una actriz que trabaja, que es exactamente lo que soy. Esta es mi profesión. De esto vivo. Y a esto quiero seguir dedicándome por años, porque me gusta.

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16 oct 2009

Comienza la estafa futbolera

Jacobo Bautista




Primero fue la Selección Mexicana de Futbol, increíble, pero estábamos celebrando que le ganamos a El Salvador, que en toda la historia jamás ha ganado un encuentro en el Estadio Azteca… pero así es la mediocridad. Claro, no somos los únicos mediocres en el mundo, ni siquiera en nuestro barrio. Los argentinos estaban celebrando a su vez que le habían ganado a Perú.

Pobre gente.

Quienes más contentos pueden estar son los que venden cervezas, refrescos y playeras… y obvio, los de las televisoras que ahora sí tendrán un bono, uno que necesitaban urgentemente luego de que los políticos les quitaran los millones que se llevaban en las elecciones.

Azcárraga y Salinas Pliego deberían levantarle un monumento a Javier Aguirre, gracias a él, el año que entra se hincharán de lana. Bueno, Azcárraga seguro, porque Salinas Pliego es capaz, incluso en el Mundial, de volverlo a hacer tan, pero tan mal, como en las olimpiadas pasadas. Sólo basta que envíe a Paty Chapoy al frente de su delegación de periodistas.





¿Y por qué digo que es una farsa? Bueno… en 1978 nos vendieron el sueño de que la Esperanza Verde y no sé qué tanto y quedamos últimos en el mundial. Para 1982, liderados por Hugo Sánchez, el Tri fracasó siquiera en ir a España.

Para 1986 hicimos uno de los peores papeles de un anfitrión cuando Televisa ya daba por sentado que mínimo a la final llegábamos.

En 1990 los de Televisa hicieron trampa, nos castigaron… luego alguien de Televisa fue a FIFA a protestar y quién sabe qué diplomático tan brillante era Cañedo que consiguió que nos echaran del mundial de Italia antes que acabaran las eliminatorias.




En 1994 México ganó un partido ¡ante Irlanda! Y Bulgaria nos echó en la segunda ronda. En 1998 volvimos a ganar un solo partido ¡Ante Corea del Sur! Y Alemania nos echó en la segunda ronda…. En 2002 el equipo mexicano se superó y ganó dos partidos, ante Croacia y Ecuador, pero en la segunda ronda los gringos nos echaron.

En el más reciente mundial México volvió a ganar un solo partido ¡Ante Irán!

Tengo 37 años de edad, para cuando comience el Mundial de Sudáfrica tendré 38… he visto jugar a México en seis mundiales (Argentina, México, Estados Unidos, Japón/Corea, Francia y Alemania) y sólo han ganado ocho partidos… de 21 disputados….




En los últimos cuatro mundiales México ha jugado 16 encuentros y ganado cuatro.

Chido que vayan a Sudáfrica y que se tomen muchas Coca-Colas, pero yo ya no me la creo.

Pensaba dedicar la segunda parte de esta perorata a lo que ocurrió el mismo sábado que México consiguió su pase para ir a hacer el ridículo a Sudáfrica, cuando el Presidente decidió dar por finalizada la triste existencia de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro… pero me acordé que, para tomar la medida de lo que consumo de luz y determinar el pago, iba un señor y tocaba a mi casa, anotaba en una libretita el numerito del medidor y se iba… luego llegaba un recibo que no podía pagar por internet.

Merecen quedarse sin trabajo.

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Bastardos sin gloria / Inglorius basterds, de Quentin Tarantino (1) - Pedro Emilio Segura Bernal

Pedro Emilio Segura Bernal

"Once Upon a Time... in Nazi-Occupied France."




Al parecer, “The Bear Jew” (Eli Roth) se encontraba en el mismo cine y en la misma función ahora que fui a ver esta deliciosa película. Me dió tremendo batazo en la sien derecha pegando tremendo vuelacercas que me dejó con el grato sabor de ver cine de a deveras, cine dentro del cine y que me permite escribir los siguientes puntos sobre Inglorious Basterds.

1.- Bastardos sin gloria confirma las limitaciones y cualidades de Quentin Tarantino. Este hombre no sabe realizar largometrajes (entiéndase Death Proof), sino que su esencia radica en la constitución de éste a base de extractos, geniales, potentes y con una cualidad destacable, resultan perdurables en la memoria del que se deleita con ellos.

2.- Tarantino confirma de igual manera que tiene la potencia de dramaturgo y alma de comediante. Su mejor arma resulta la estructura de sus diálogos. Inigualables y pilar de su estructura cinematográfica. Prueba simple y contundente: el dialogo contenido en el capitulo uno. La mejor pluma de Tarantino en toda su filmografía.

3.- Christoph Waltz es la película. Por momentos inclusive resulta ser superior a esta. Así de simple.


4.-Bastardos sin Gloria antes de ser una película bélica resulta un Spaguetti Western. Ejemplo claro y conciso la primera aparición de “The Bear Jew” (Eli Roth) con su bat de beisbol proveniente de la oscuridad con mira a finiquitar la existencia de un alemán cual Babe Ruth del lejano oeste.


5.- En Bastardos todos resultan unos sádicos, bárbaros… unos ojetes. No hay puntos medios. Inclusive la bella Melanie Laurent, un paralelo a la “Vienna” de Joan Crawford en Johnny Guitar de Nicholas Ray.




6.- Otro paralelismo es el Hitler de Tarantino que resulta la versión en humor negro del Hitler de Chaplin. Bastardos contiene sátira dentro de su tonalidad bélica, por ello se permite tomar caminos opuestos a los lineales e irrevocables de nuestra realidad. Por eso Quentin Tarantino habla mas claro que nunca a través del dialogo final del film (a cargo del débil Brad Pitt), recordando una frase similar contenida en Une femme est une femme, de Jean Luc Godard, quien alguna vez dijo sobre el antes mencionado Ray mas o menos el siguiente parafraseo: “Nicholas Ray no solo trata de cambiar al cine si no que aparentemente tiene la intención de hacerlo”. Sobre Tarantino puede decirse lo mismo en su búsqueda de renovación del género bélico y del género Western. Sobre Bastardos sin Gloria se puede decir lo que Tarantino dice a través de Pitt en la frase que culmina la obra. Pero al final sólo el tiempo es el que hablará.

Director: Quentin Tarantino
Actores: Brad Pitt, Diane Kruger, Melanie Laurent, Christoph Waltz
Género: Acción
Clasificación: B-15
Duración: 148
País Origen: Estados Unidos/Alemania
Año: 2009




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Julie y Julia / Julie & Julia, de Nora Ephron

Historia de dos cocinas

Miguel Cane


Si piensan ir a ver esta nueva película de Nora Ephron, con ese fenómeno conocido como Meryl Streep en el rol principal, más vale que tomen un consejo: no vayan con el estómago vacío, o bien, tengan mesa reservada para la salida en un buen restaurante y no coman palomitas. Esto arruinaría el apetito que seguro se les va a despertar con esta cinta, con que Nora Ephron se reivindica después de algunas películas irregulares (¿Recuerdan el pretencioso 'remake' de Hechizada que a nadie le gustó?), que muestra las vidas paralelas de dos mujeres apasionadas por el buen comer.


Aquí, la Streep -- estupenda, como es costumbre- interpreta a la célebre chef Julia Child (1908-2003), que revolucionó el mundo de la cocina como la primera chef con un programa de TV (sí, incluso antes que la mismísima Chepina). En los años 40, cuando estaba casada con un diplomático estadounidense Child vivió varios años en París y aprendió a cocinar en la prestigiosa escuela de cocina Le Cordon Bleu, donde descubrió los secretos de la haute cuisine. Su trabajo posterior incluiría varios libros para presentar la cultura gastronómica francesa a los estadounidenses, aunque esto no lo explora la cinta, enfocándose más en su historia de amor con los ingredientes y las recetas.


Simultáneamente, exploramos la historia de Julie Powell, (Amy Adams), que tambien es un personaje real: una oficinista neoyorquina con un trabajo poco interesante y un pasado como escritora frustrada. En 2002 Powell decide escribir un blog sobre sus aventuras cocinando las 524 recetas que contiene el primer libro escrito por Child y se propone conseguir esta hazaña en tan sólo un año, con el apoyo incondicional de su marido, Eric (Chris Messina, con quien Amy Adams tiene una química notable), que demuestra que tal vez esa clase de cónyuges no están solo confinados a las películas (si es que Ephron, en su adaptación de ambos libros de memorias, no pintó todo muy de color rosa, ya que el personaje de Paul Child – un excelente trabajo de Stanley Tucci- se siente igualmente idealizado, ¿o de verdad sería Mr. Child tan maravilloso como Mr. Powell? No sólo estuvieron junto a ellas en todo momento, sino que además no dejaron ni una migaja de lo que les servían para comer).


La película, primorosamente realizada en locación, es optimista y alegre, refleja el afán de superación que expone la vida de estas mujeres tan diferentes, pero a menudo tan parecidas. Julie y Julia, además de un sinfín interminable de platos cocinados por las protagonistas, nos deja ver algunos de los momentos más vulnerables en las vidas de ambas. Los colores, las texturas, los movimientos de cámara, incluso los sonidos, se incorporan y crean un plato delicioso. La Streep (que luce inmensa, literalmente, haciendo eco de Julia Child, que medía 1.90) se divierte, se nota: es cálida, es irresistible. Y Amy Adams, como la co-protagonista, en su propio tiempo, le da réplica – si bien no tienen escenas juntas- y hace de su segmento, una historia independiente y rica en sensaciones, amén de que el carisma de la actriz es notable e irradia en cada escena.

'Actresses


Película amena, adulta, inteligente y apetitosa, Julie y Julia es un acierto en la cartelera y permite ver a dos excelentes intérpretes en plena forma, mientras estimula al espectador en muchos sentidos, más allá del visual; así es que queda clara la razón del consejo que abre esta columna: esta es una cinta que se debe ver con gusto y proporciona una enorme satisfacción, casi semejante al mejor postre que puedan ordenar en su restaurante preferido. ¡A ver sin falta!



Julie y Julia/Julie & Julia
Con Meryl Streep, Amy Adams, Chris Messina y Stanley Tucci
Dirige: Nora Ephron
Estados Unidos 2009

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12 oct 2009

Matt Damon, no es una estrella

Actor versátil, hombre de familia, este niño dorado de Hollywood tiene los pies plantados en el suelo y vuelve de la mano de Steven Soderbergh, en una de las cintas más controversiales del año.

Miguel Cane

Matt Damon at the Hollywood premiere of Universal Pictures' The Bourne Ultimatum


En poco más de una década, Matt Damon (Boston, 1970) ha dado el salto de proverbial desconocido, a ser, junto con unos pocos más – entre ellos sus colegas George Clooney y Brad Pitt- una de las estrellas de cine más cotizadas en Hollywood, con un nombre que, de solo asociarse a una producción, ostensiblemente garantiza su financiamiento... aunque asegura que ese no siempre es el caso. No obstante, este rubio alto y jovial se ha convertido en una figura presente en numerosas cintas de éxito con la crítica y en taquilla, aunque la noción de ser estrella de cine es, según él, algo que todavía hoy le parece extravagante e incluso ajeno. “La estrella de cine es una personalidad total, yo no creo tener la capacidad para declararme una estrella. Soy un actor que a veces tiene suerte y trabaja mucho. Y digo suerte, porque para mí es una suerte dedicarme a lo que a mí más me gusta… pero francamente… una estrella es alguien como Clint Eastwood, ¿no? Como Jim Carrey o Tom Hanks. Alguien que puede garantizar ese estatus… pero yo definitivamente no.”

Matt Damon at the Hollywood premiere of Universal Pictures' The Bourne Supremacy


En su más reciente trabajo, Matt se reúne con Steven Soderbergh, con quien previamente había trabajado en la exitosa trilogía de Ocean's 11, es una sátira sociopolítica inspirada en situaciones reales, titulada El Desinformante (desafortunado título en castellano para The Informant!, o bien, El Soplón), en la que se hace mofa de los escándalos industriales y gubernamentales, así como del tráfico de influencias y que le ha atraído a Damon excelentes críticas.

La historia real de Marc Whitacre, empresario, doble agente, soplón con la policía y encima de todo, mentiroso compulsivo, es increíblemente extraña cierta... ¿es Whitacre realmente tan excéntrico como lo encarnas en el filme?

La verdad es que no lo sé, porque nunca lo conocí. Cuando Steven (Soderbergh) me dijo que iba a plantear la película como una comedia, comprendí que en realidad no me hacía falta hacer un estudio de personaje riguroso. De todos modos, he conocido a mucha gente que se comporta como mi personaje, y seguro que tú también, todo mundo conoce a alguien así: gente con un título académico del más alto nivel pero que se comporta de un manera increíblemente estúpida.

¿Fue difícil tener que aumentar de peso para la película? ¿Cuántos kilos fueron?
Fueron quince kilos. Un par de meses antes de empezar a rodar mandé un mail a Steven y le pregunté: ¿qué aspecto quieres que tenga mi personaje? Y él solo me contestó: «Esponjosito». No quería un personaje de contornos definidos, así que incluso me hizo ponerme una prótesis en la nariz para quitarle aristas. Engordar fue extremadamente fácil, todo lo que tuve que hacer fue comer pizza y muchos BigMac, y beber cerveza y helado. Y debo confesar que no es tan cómodo o divertido como la gente piensa. Es una lata tener que acumular tanta masa corporal y luego tener que perderla... yo tuve que darme prisa, porque tenía que empezar a rodar Green zone, que es mi próxima película, y no podía hacerlo con todo ese peso. Sí que en cuanto terminamos de rodar, me puse en un régimen muy estricto. Debo confesar aquí que en parte, quise ver si podía hacer lo mismo que Robert DeNiro en Raging Bull y creo que no lo voy a volver a hacer (se ríe).

Matt Damon at the Hollywood premiere of Warner Bros. Ocean's Twelve


Green zone es tu nueva colaboración con el director Paul Greengrass, ¿no es así?Sí, es una película de gran presupuesto sobre la guerra de Irak y eso, teniendo en cuenta qué mal suele funcionar ese tema en la taquilla, es casi un suicidio (risas). También está basada en hechos reales. Interpreto a un científico a quien se le encomendó la búsqueda de armas de destrucción masiva y que no tardó en darse cuenta que todo el asunto de las armas era una patraña inventada por George Bush y su administración.


Esta película sostiene que al menos el gran capital americano está sostenido en mentiras. ¿También sucede en Hollywood? ¿Hay que ser mentiroso en esta industria?

Para sobrevivir en Hollywood hay que ser no solo un mentiroso, sino un muy buen mentiroso. Constantemente tienes que decirle a la gente que te ha gustado su película, y ellos te lo dicen a ti. En realidad, asumes que todo el mundo está mintiendo todo el tiempo, pero es la política que nos rige y no hay más que hacerlo. Aunque eso es una cosa y otra muy distinta es creerte la mentira.


¿Eres un buen mentiroso?

¿Tú qué crees, que te mentiría? (se ríe) No, no, no. Yo nunca miento. Me madre se aseguró de que mi hermano y yo nos sintiéramos muy culpables cada vez que mentíamos y nos hizo pasar por experiencias realmente humillantes cuando nos pescaba en una mentira, y yo quiero que mis hijas crezcan igual, sin decir mentiras. Así que no. Soy muy diplomático, pero hay una diferencia entre eso y decirte una mentira. (Se ríe) Ahora, tú sabrás si lo que te dije es la verdad, ¡o una mentira! (Carcajadas)


Otro tema que toca la película, es el posible origen de la actual crisis económica. ¿Cómo crees que te ha afectado a nivel profesional?

Me ha afectado, y mucho. Actualmente es muy difícil conseguir dinero para hacer películas. El dinero ha desaparecido. No basta con que tengas a Tom Cruise, o a Will Smith, para que te den una luz verde para hacer algo. Ahora hay que hacer milagros con los recursos a mano. Está el caso de un director formidable como lo es David Fincher, que aún pese al éxito de Benjamin Button, no ha sido capaz de sacar adelante su nueva película, y es una pena porque yo iba a protagonizarla y me hacía mucha ilusión, pero ni siquiera un reparto te garantiza que haya recursos. Son tiempos muy difíciles.


Obtuviste un Oscar hace doce años por Good Will Hunting, al coescribir el guión con Ben Affleck. ¿No han pensado en escribir otra película?

Es curioso, sabes, nosotros escribimos ese guión para encontrar trabajo, porque estábamos muy chavos y con muchas ganas de hacer cosas… y sin mucho dinero. Nos la jugamos y creo ahora que la apuesta salió bien, porque desde entonces no hemos dejado de trabajar ni él ni yo. Nos gustaría repetir la experiencia, pero estamos atareados, en proyectos diversos. Cuando eres actor te absorben los proyectos… no lo hemos hablado, pero ya veremos.

Matt Damon in Universal Pictures' The Bourne Ultimatum



En los últimos años has procurado mantener un bajo perfil. ¿Qué se siente volver a los reflectores?

¡No me gusta ser famoso! (se carcajea). En el último año, aunque rodé tres películas, quiero tomarme un descanso y mantener las cosas calmadas. Pero si te dedicas a esto eres automáticamente una figura pública. No necesariamente te conviertes en alguien a quien todo el mundo conoce, que es lo que celebridad quiere decir. Mi familia y yo disfrutamos el no tener un perfil tan público. Vamos a cualquier lugar cuando queremos y como queremos. Claro que también sirve de algo, por ejemplo, puedes conseguir una mejor mesa en un restaurante. A mí no me interesa agradar a todo el mundo, si la gente viene a ver mis trabajos será porque les gusta cómo lo hago, no por causas ajenas a mi carrera o por lo que las revistas cuenten de mi vida privada. Sólo quiero ser considerado un actor, no una estrella. No me veo como un hombre lo suficientemente carismático como para lidiar con ello. Sólo hago mi trabajo y cuando dicen “corte”, vuelvo a ser yo. Esa es la gran ventaja… lo que te señalaba entre la diferencia entre las estrellas y nosotros. Yo no soy una estrella, porque no tengo la vocación, ni las ganas, de serlo. Y estoy muy bien así.

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¡El Desinformante!/The Informant!, de Steven Soderbergh

Juego de Mentiras

Miguel Cane


El cine, al menos el de carácter comercial, es un negocio y hay que verlo como tal. Pero hay algunas veces donde el buen juicio y las ganas de hacer las cosas pasan por encima de la ambición de llenar la taquilla y así llegan cintas como ¡El Desinformante! (un título típicamente estúpido, cortesia del departamento de marketing de la distribuidora en Latinoamérica, que obviamente cree que el público es tonto) una mordaz sátira ambientada en los años 90 sobre un fulano aburrido y soso que trabaja para una empresa de aditivos alimentarios y decide destapar las prácticas ilegales que su compañía practica a la hora de fijar los precios.

La trama suena poco atractiva, pero si cuenta con un protagonista tan capaz como Matt Damon y un director como Steven Soderbergh, el resultado viene a ser una película de lo más entretenida sobre un hombre de lo más simple.


Damon interpreta a Mark Whitacre (un personaje real), que es vicepresidente de una compañía llamada ADM. Básicamente, la empresa se dedica a crear todo tipo de aditivos para diferentes alimentos, y el punto importante para la historia es uno para las palomitas de maíz, la lisina. El problema es que ADM, y prácticamente todos sus ejecutivos, por no hablar de sus competidores, están metidos hasta el cuello en un sistema de fijación de precios a escala global que es a todas luces ilegal. Pero Mark tiene ganas de denunciar a sus compañeros, porque es lo que cree que es correcto, aún si él mismo está lejos (muy lejos) de ser un modelo moral, lo que pronto se evidencia demostrando que este antihéroe esconde unas cuantas cosas debajo de la manga: como dejan claro los frecuentes y divertidos monólogos interiores de Whitacre, estamos ante un hombre tremendamente bobo, y probablemente hasta bipolar, que hace todo lo posible por arruinar su vida y agotar la paciencia de su mujer (Melanie Lynskey en una interpretación cómica y estupenda).


La historia se basa en un libro de Kurt Eichenbasld, y ha sido adaptada con mucha astucia y sutileza por Scott Z. Burns. que se acerca a los clásicos thrillers morales que en los 70 emergieron de la lente de grandes como Sidney Lumet o de Alan J. Pakula, sin sacrificar un cáustico sentido del humor – lo que la hará que termine catalogándosele como una comedia, pero tampoco hay que confundirla con uno de esos títulos pensados para arrancar carcajadas, carece, afortunadamente, de las típicas frases con gancho susceptibles de ser repetidas y repetidas.

La mayor parte del humor proviene de la peculiar interpretación de Damon: sus monólogos son brillantes y resulta cómico también ver cómo la soga de la empresa se va deslizando lentamente por el cuello de su personaje que no puede evitar mentir compulsivamente. La construcción del personaje es un gran logro, que acerca a Damon a la sombra de otros grandes que obtuvieron la excelencia con este tipo de roles, como Jack Lemmon o Alan Arkin. Como complemento a este trabajo, hay una interpretación excelente de Scott Bakula – un actor que ha estado habitual(e injusta)mente relegado a la TV-, que hace de un agente del FBI humano y noble, yendo más allá del estereotipo establecido, cuya interacción con Damon impide que las cosas se pongan aburridas.

Los admiradores de la carrera ecléctica de Steven Soderbergh encontrarán que esta película es una cosa intermedia entre sus películas de Hollywood, llenas de estrellas, y sus más modestas producciones independientes, que también suelen ser más ingeniosas. Y este punto intermedio es eminentemente disfrutable y se deja ver muy bien.



¡El Desinformante!/The Informant!
Con Matt Damon, Scott Bakula y Melanie Lynskey
Dirige: Steven Soderbergh
Estados Unidos 2009


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