29 ago 2009

Happy Feet, el pingüino - de George Miller

Miguel Cane

Mumble (voiced by Elijah Wood ) in Warner Bros. Pictures' Happy Feet


Como cineasta, el australiano George Miller tiene una de las más versátiles carreras de las que se pueda hablar en el cinema contemporáneo: no sólo es el responsable de la saga de culto de Mad Max (con Mel Gibson, al que hizo una estrella). También ha creado cintas emblemáticas como la comedia negra Las Brujas de Eastwick (con Cher, Susan Sarandon, Michelle Pfeiffer y Jack Nicholson como el mismísimo "patas de cabra" y la enternecedora y memorable Babe: el cerdito valiente.

Es de hecho al territorio de la animación mediante computadora que regresa en esta nueva cinta dirigida especialmente al público infantil -aunque con bien planeados toques para los adultos-, sólo que en vez de mezclar acción real y audioanimatrónica, opta por la creación de una atmósfera completamente virtual y el efecto es sin costuras: posiblemente éste sea un primer paso hacia el futuro de la animación por computadora en cine (algo de lo que DreamWorks SKG y Disney/PIXAR deberán tomar nota).

Memphis (voiced by Hugh Jackman ) and Norma Jean (voiced by Nicole Kidman ) in Warner Bros. Pictures' Happy Feet

Mumble (voiced by Elijah Wood ), Ramon (voiced by Robin Williams ) and the Amigos in Warner Bros. Pictures' Happy Feet


La trama es sencilla: ostensiblemente inspirada en el documental La Marcha de los Pingüinos, la historia gira en torno a una comunidad de pingüinos emperador, que viven en la Antártica y que para conquistar el corazón de la que será su compañera de por vida (los pingüinos tienen hábitos monógamos) cantan. Sin embargo, hay un retoño llamado Mumble, que no puede cantar, mas sin embargo puede bailar tap con una fuerza e imaginación que lo destacan y convierten en una sensación; de este modo, conquista el corazón de Gloria y se redime ante sus padres, que al principio temían que Mumble no pudiera encontrar la felicidad.

Sin embargo, como en todo cuento, no todo es miel sobre hojuelas y los resecos y vetarros líderes de la comunidad tienen recelo del talento de Mumble y lo acusan de ser el causante (con su forma de bailar) de un escaseo de peces para alimentarse. Es así que junto con su amigo Ramon inicia una aventura que lo llevará no sólo a descubrir qué es lo que causa la falta de alimento, sino también, demostrarse a sí mismo que es un pingüino de gran valor.

Pensada para gustar a todos públicos, cuidadosamente realizada y con una banda sonora excelente, Happy Feet es una película que estimula hasta al más reacio, a recordar el gozo de su infancia y es idónea para la temporada decembrina. El avance tecnológico ilumina y refrenda a Miller como un creativo muy inteligente, que tiene los dedos puestos en el pulso de lo que el público quiere y no le falla.

Happy Feet
Con Hugh Jackman, Nicole Kidman, Elijah Wood, Brittany Murphy y Robin Williams.
Dirige: George Miller
Esatdos Unidos/Australia 2006


Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Halloween (2007), film de Rob Zombie

Miguel Cane


Lo de hoy, y esto es bien sabido, es el remake. O bien, el refrito de alguna película que en su momento marcó época y dejó huella. Al menos la suficiente como para que un productor decida “inyectarle vida” y presentarla para un público que o no recuerda el original, o no le importa. Es así que en los últimos diez años se ha dado una “fiebre” de remakes, que han vuelto a presentar cintas clásicas de otras épocas, con un mayor o menor grado de éxito taquillero y un mayor o menor grado de respeto por el estatus del original.

Tal es el caso de la nueva versión de Halloween, el clásico de bajo presupuesto de John Carpenter, que al estrenarse en 1978 se convirtió en la película independiente más exitosa de la historia, le dio una carrera a la epléndida Jamie Lee Curtis y creó un género que en las décadas siguientes, sería muy imitado – el slasher film-.

Ahora, cae en manos del músico-cineasta Rob Zombie (que ya había tenido dos éxitos de culto con La Casa de los Mil Cadáveres y Los Prófugos del Infierno), el “reimaginar” la historia original del asesino de núbiles adolescentes Michael Myers, que había perdido toda coherencia a lo largo de ocho secuelas innecesarias, para ofrecérsela a un público jóven y ávido de sexo, gore y violencia gratuita. En este sentido, la película cumple su cometido con creces: es brutal, despiadada y sin límites. Pero de ahí, a que sea una buena película, hay un gran trecho y aún como remake, esta nueva versión es un pretexto para escenas repelentes y un guión pésimo que manosea el recuerdo de la cinta de Carpenter, perjudicándolo severamente.


Zombie ahora nos presenta a Myers con un asomo a su infancia en el seno de una familia disfuncional, con una madre soltera que trabaja como desnudista en un bar de mala muerte (interpretada por Sheri Moon, esposa del director, que sorprendentemente presenta la única actuación empática y sincera en toda la película), quizá con la intención de mostrar cómo se engendra la violencia de un asesino psicópata… el problema es que lo hace pobremente y el salto del niño – interpretado de manera antipática por Daeg Faerch- de pseudo rocker atormentado por sus compañeros y hermana, a ser una máquina de matar, se siente artificial y hasta innecesaria.


En la versión de Carpenter, no sabíamos por qué mataba y no nos importaba tampoco. Pero ahora el público estadounidense actual requiere que todo se les explique cuidadosamente, para no tener que utilizar la imaginación y el resto de los espectadores queda supeditado a las necesidades de los adolescentes que sustentan la creación de este tipo de películas.

Por lo demás, la trama es tan conocida que no requiere ser relatada. Malcolm McDowell, que en su momento brilló en manos de Kubrick, aquí hace un papel pobre como el psiquiatra que trata de “detener el mal” – aunque se haya beneficiado de él-; la joven Scout Taylor-Compton es la nueva Laurie Strode y aunque hace lo que puede con el personaje tal y como está escrito, resulta muy difícil aceptarla como heroína o desear que salve la vida, ya que donde Jamie Lee Curtis resultaba entrañable, ésta y sus compinches, resultan caricaturas odiosas y sus muertes, aunque espectaculares y sangrientas, no conmueven al espectador, que de hecho, encontrará muy poco para entretenerlo, donde los admiradores de la pieza de Carpenter podrían incluso sentirse ofendidos al ver cómo Zombie lo desbarata para convertirlo en un truco barato, una pobre excusa para sacar dinero de los bolsillos de quienes no recuerdan o no conocen algo mejor.

Halloween
Con Scout Taylor-Compton, Daeg Faerch, Sheri Moon Zombie, Danielle Harris, Dee Wallace y Malcolm McDowell
Dirige: Rob Zombie
Estados Unidos 2007

Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Halloween (1978), de John Carpenter

Paxton Hernández







La maldición de algunos clásicos no es precisamente ese status sino, a veces, su condición de películas seminales, tan influyentes no sólo para una generación sino para varias. Es el caso de Halloween de John Carpenter, la contundente confirmación de que el terror se había americanizado por completo, después de Psicosis, La noche de los muertos vivientes y Masacre en cadena. Pero a diferencia de aquellas tres obras maestras, Halloween no ha envejecido nada bien. Se siente, por momentos, demasiado obvia, rutinaria y cansina. Lo dicho, pesa la maldición de ser uno de los filmes más influyentes en la historia del cine. Y también uno de los más exitosos.

Llama la atención las sutilezas formales que Carpenter se avienta: desde el insuperable, carísimo plano-secuencia inicial en primera persona, hasta los amenazadores planos muy abiertos del vecindario donde vive la niñera preparatoriana Laurie (Jamie Lee Curtis sensacional), llenos de color y luz solar. Es formidable: Carpenter consigue plasmar la Oscuridad del Mal puro a partir de la Luz, y la Angustia y Claustrofobia a través de los espacios abiertos. También una perspectiva dinámica, que cambia constantemente el punto de vista: de víctima a victimario, y viceversa, una y otra vez. Así mismo, la compactación de la acción en la unidad de espacio-tiempo. El colmo es esa perfección enfermiza para el encuadre: cada composición meticulosamente planeada hasta la obsesión, una elegancia narrativa a niveles casi patológicos. De tal manera que víctima y victimario pueden compartir el mismo plano sin necesidad de cortes. La cámara nunca esconde a Michael Myers, sino se regodea en su imponente presencia psicótica, como lo son esos acercamientos extremos a su figura corporal.

Es cuando los asesinatos inician que los mismos tics que se han visto hasta el cansancio en el slasher americano hacen perder la tensión malsana y la atmósfera amenazante de la primera parte el filme; pero Carpenter no es hallado aquí culpable, sino las centenas de películas que han copiado al carbón, casi plano por plano, secuencias que ahora se han vuelto parte del imaginario fílmico: persecución a través de la escalera con cámara en contrapicado, encierro irracional en el clóset de la habitación para "huir" del asesino, salir corriendo de la casa solo para llegar a la vivienda contigua. De igual manera, el trastorno psicosexual de Michael Myers no es nada original: son desechos de la psicosis incestuosa de Norman Bates.


Halloween es de esas extrañas películas que no pueden dejar de ser clásicos pero su influencia es tan dominante en el cine, que deja una sensación de ya haber sido vista tantas veces... aunque a pulso se haya ganado su derecho de ser "la que inició todo".










Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Guía del Viajero Intergaláctico / The Hitchhiker’s Guide to The Galaxy, de Garth Jennings

Miguel Cane


El muy inglés y bonachón Arthur Dent (Martin Freeman, que resulta todo un descubrimiento) es el hombre más ordinario del planeta tierra… al menos hasta el día en que éste deja de existir, ya que es hecho polvo estelar por disposición de una raza de burócratas extraterrestres llamados los Vogons, encargados de hacer espacio para la construcción de una flamante carretera del hiperespacio [el tercer planeta del sol estorbaba, pequeño detalle]. Arthur se salva gracias a su amigo Ford (el rapero Mos Def), que es un alien disfrazado de humano, y reciben un aventón por parte de la tripulación de una nave llamada el Corazón de oro.

Ésta es tripulada por un diplomático espacial bicéfalo llamado Zaphod Beeblebrox (Sam Rockwell), la muy mona terrícola Trillian (Zooey Deschanel), y un robot bastante azotado que responde al nombre de Marvin (la voz es del formidable Alan Rickman). Ahora que ya no tiene casa, ni planeta ni raza ni nada, nuestro confundido héroe se encuentra metido en la aventura más extravagante que jamás imagino, misma que por turnos lo lleva a enfrentarse con enemigos galácticos y dudas existenciales. Evidentemente, no volverá a ser el mismo… aunque todo lo que él quiere es una buena taza de té.


Basada en una radio serie escrita por Douglas Adams para la BBC de Londres en los años 70, que tuvo con un éxito de culto inusitado mismo que ha generado una serie de novelas, una miniserie de la BBC-TV y numerosos sitios de Internet, La Guía del viajero intergaláctico es un estreno bastante sui-géneris. Marca el debut como director del director de videos Garth Jennings y llega a nuestras pantallas con una misión: atraer al público que desconoce las referencias originales [ni las novelas ni la serie de TV fueron traducidas o presentadas aquí], mismas que sólo son conocidas en algunos círculos de fans del Sci-Fi.

Esto no es tarea fácil, pero el reparto [en el que figura un casi irreconocible John Malkovich, que uno juraría se divirtió como enano] le entra al juego; empieza con un satírico número musical – pero ojo, es mucho más que eso- y de ahí sigue muchos caminos y funciona en varios niveles: parodia de género, tradicional cinta de aventuras, comedia mordaz y sabrosamente ácida, slapstick y hasta se las arregla para incluir una simpática historia romántica.

El colorido diseño de producción y los efectos de maquillaje y títeres para representar a los diversos alienígenas (cortesía de la compañía de Jim Henson), son otra razón para entrar en el juego imaginativo que ofrece esta historia: aquí no se abusa de los efectos especiales realizados por computadora [un vicio de los Wachoski Bros., por ejemplo], sino que Jennings y su equipo se inclinan más por el ingenio creativo de usar marionetas, disfraces y figuras audioanimatrónicas, lo que le da un aire de más naturalidad a la cinta, por muy estrambótica que resulte la imagen en pantalla.

Acaso aquellos que recuerdan con nostalgia los formidables desfiguros de la trouppe Monty Python – que igual serán tan pocos como aquellos familiarizados con el origen de esta trama- estarán de plácemes ante el humor tan peculiar que ofrece la película, que consigue mantenerse, a lo largo de sus casi dos horas, casi siempre “fresca como guayabera de político” [Edna Modas dixit en Los Increíbles], y es tan entretenida que no deja de arrancar las carcajadas… aún cuando crees que ya lo has visto todo.

Guía del Viajero Intergaláctico/The Hitchhiker’s Guide to The Galaxy
Con: Martin Freeman, Zooey Deschanel, Mos Def, Alan Rickman y John Malkovich. Dirige: Garth Jennings. Distribuye: Buena Vista Latino (2005)

Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

El Gran Truco / The Prestige, de Christopher Nolan

Miguel Cane



Touchstone Pictures' The Prestige



Después del éxito sorpresivo de Batman Begins (en 2005), existía una fuerte anticipación por saber en qué consistiría el siguiente proyecto de Christopher Nolan, que desde debut con la inquietante Following (1998) se ha caracterizado por tomarse un tiempo para planear sus proyectos, por lo que sorprende que El Gran Truco (The Prestige) se estrenara a doce meses de la aparición de su filme anterior y que sea tan impecable como toda su obra anterior.


Basada en una novela de Christopher Priest, esta es la historia, ambientada en la Londres de fines del siglo XIX, de Rupert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale) que de ser dos jóvenes amigos y magos que se ganan la vida utilizando su habilidad para realizar distintos trucos que hacen a las personas creer que la magia de verdad existe, se convierten gradualmente en enemigos cuando uno de ellos comete un error en una de sus presentaciones que trae como consecuencia la muerte de la esposa del otro ilusionista.

Christian Bale and Hugh Jackman in Touchstone Pictures' The Prestige


Desde ese momento ambos olvidarán su antigua camaradería y comenzarán una incesante lucha a muerte por convertirse en el mejor mago y por descubrir los secretos del otro. En medio de esta dura batalla, aparecerá en escena Cutre (Michael Caine) el ingeniero que inventa las ilusiones en el escenario y Olivia, (Scarlett Johansson), quien encarna a la nueva asistente y amante de Rupert que, a su vez pretende enviarla como espía para que trabaje para Alfred.

Michael Caine in Touchstone Pictures' The Prestige


De esta forma, ambos seguirán los tres pasos de the pledge (el compromiso), the turn (el cambio) y the prestige (el prestigio), que son la clave del éxito del truco, para convertirse en el mejor y dejar a su oponente en el camino, mostrando así lo que hay detrás de algunos trucos, que muchas veces no tienen nada de agradable ni de mágico, por lo que el filme adquiere tintes angustiantes en medio de secuencias deslumbrantes por el talento de su director y elenco – los protagonistas hacen un trabajo formidable, en especial Bale- mismo que incluye al rockero David Bowie, sensacional en su retorno a las pantallas, quien da vida al misterioso inventor Nikola Tesla, personaje que realmente existió y quien maneja a la perfección el arte de la transportación, el truco principal y el más importante por el que compiten los rivales, por lo que es un personaje clave en el desarrollo de la trama.

Scarlett Johansson and Hugh Jackman in Touchstone Pictures' The Prestige


Siguiendo su acostumbrado manejo de los tiempos perdidos, Nolan realiza una cinta que conjuga todos los elementos que pueden hacer a un filme cautivante: personajes que atrapan al espectador, un conflicto sorprendente y una resolución inesperada. Todo esto con una fotografía impresionante – a cargo de Wally Pfister- que captura una atmósfera casi fantasmal y al mismo tiempo cuidadosamente cimentada en la realidad (aún si todas las locaciones fueron realizadas en estudios en California) y la presenta ante el espectador.


El Gran Truco es una obra maestra que tiene la habilidad de sorprender hasta al espectador más acostumbrado a lo predecible y sobre todo, tiene la cualidad de que mantiene un eco permanente que persiste al terminar la proyección.

El Gran Truco/The Prestige
Con Christian Bale, Hugh Jackman, Scarlett Johansson, Michael Caine, Piper Perabo y David Bowie
Dirige: Christopher Nolan
Estados Unidos/Reino Unido 2006


Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

El Gran Éxtasis de Robert Carmichael / The Great Ecstasy of Robert Carmichael, de Thomas Clay

Juan Carlos Gea




Antes que nada, aviso a navegantes sensibles. Y aviso honrado: la explosión de violencia de cámara que cierra The great ecstasy of Robert Carmichael es, literalmente, casi insoportable. Lo confirma algún desmayo en sus proyecciones en diversos festivales de cine, incluyendo Cannes 2005.

Dicho esto -y sin añadir más, porque el horror no se describe: se muestra, como en la película Ven y mira de Klimov, a la que alude uno de los personajes- hay que puntualizar que esa violencia no es en absoluto gratuita. Ni ejercicio de estilo, ni pose para “shockear al burgués” ni oscura agresión terrorista como la que pueda propinar un Michael Haneke, director que, no obstante, parece haber inspirado la ferocidad de esta película.




No. Robert Carmichael no es Funny games. Thomas Clay y el guionista Joseph Lang han construido con total cálculo y deliberación un artefacto alimentado con furia fría nacido, según precisaba el coguionista Joseph Lang, de la frustración política y civil que ha causado en un amplio sector de Inglaterra el apoyo del Gobierno Blair a la invasión de Irak. Es, me parece, una película política.

Como el mismo Joseph Lang admite en diversas entrevistas, el fondo de su tesis se apoya en una visión pesimista de la naturaleza humana, fondo abominable que puede brotar incluso en un adolescente aparentemente culto, bien educado e insertado en su nicho de clase media (¿cuánto se ha escrito sobre esto a propósito del nazismo?); pero Robert Carmichael no habla de ese abismo en abstracto, sino en un contexto histórico preciso que es en el fondo de lo que se está hablando. De ahí que, en momentos clave, una televisión que retransmite imágenes y discursos relacionados con Irak esté datando en contrapunto la historia que se cuenta. Esta Inglaterra. Este tiempo. Esta guerra.




Rodada con pulcritud, talento narrativo y una excelente factura, la película arranca como una distanciada crónica coral en la localidad británica de Newhaven: clase media alta de barrio residencial con hijos aparentemente integrados; contraste de un pescador y su hijo -éste, sí, recién expulsado del instituto y guía dantesco hacia el submundo de las drogas- con un cocinero y estrella televisiva que vive junto a su esposa en una lujosa mansión de las afueras.




La aséptica descripción de su vida -relaciones, tonteos con la droga, conflictos personales, algún apunte sobre el trasfondo de crisis- queda atrás de golpe en una imponente secuencia, mucho menos explícita que la que remata la película, pero conceptualmente más agresiva. Se trata de un largo plano en el que, con una progresión dramática magistral, la cámara barre despaciosamente el cuartucho de unos traficantes. La violencia oculta de lo que está ocurriendo tras una puerta al fondo alude -por yuxtaposición con una televisión encendida a la que nadie atiende y que retransmite un informativo sobre Irak- al horror de la guerra, eufemísticamente administrado por los grandes medios.

La propaganda que vomita la ventana televisiva se recorta contra el horror de lo cotidiano, lo que está sucediendo en nuestra comunidad a manos de unos chicos cuya única motivación es seguir drogados; niños capaces de tocar el violoncello como ángeles, pero sin la más mínima noción moral -ni siquiera estricto rencor de clase- mientras los políticos organizan cacerías de tiranos en Mesopotamia.

No queda nada de esa sutileza para la catarsis final: otra larga secuencia que provoca en caliente taquicardias, furia, verdadera gana de huir y de ajustar luego cuentas con los autores por el abuso infligido. Pero cuando el cuerpo se enfría, uno puede llegar a comprender que esa catarsis -cuyo rodaje resultó insufrible para los propios actores- quiere mostrar con la mayor contundencia posible (aunque con menos obscenidad de lo que parece) el doblez de una sociedad capaz de escandalizarse y removerse hasta las vísceras por una abominable exhibición de violencia en una ficción cinematográfica, pero que silencia o no reacciona con la misma revulsión ante la pornografía política y el horror de la realidad (de otro modo, mal le pintaría al poder).

Dirigida por Thomas Clay. Guión: Thomas Clay y Joseph Lang. Edición: David Wigram. Cinefotografía: Yorgos Arvanitis. Música: Edward Elgar y Jonathan Henry Harvey. Reparto: Rob Dixon, Danny Dyer, Michael Howe, Amy Instone. Duración: 96 minutos.

Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

28 ago 2009

Un gran chico / About a boy, de Chris & Paul Weitz

David Guzmán

Nicholas Hoult , Toni Collette and Hugh Grant in Universal's About A Boy


Hace algunos meses me sorprendió la declaración del actor Hugh Grant, que giraba en torno a su retiro definitivo de la actuación. Grant de 47 años, sostenía que actuar ante una cámara cinematográfica es una tortura que lleva soportando desde hace muchos años; sin embargo a pesar de estas declaraciones, el actor sigue trabajando y da gusto verlo en este tipo de comedias sencillas y agradables en las que sabe desenvolverse estupendamente.

Un gran chico es el nuevo trabajo de los hermanos Paul y Chris Weitz y en principio les confieso que el antecedente que traían de ser los realizadores de American Pie, no me motivaba mayormente para desear ver la película; pero la cinta es encantadora y con destellos de una inteligencia y candor que en lo personal, no había visto en los trabajos anteriores de este par de realizadores que incluyen títulos tan disparejos como la antes mencionada ó Cambio de Cuerpo (Down to Earth), esta última con el comediante Chris Rock (una cinta que no debería verse ni en los autobuses ADO GL, así de mala es).

Con un gran reparto que incluye a la actriz Toni Collete (que actuó recientemente en otra delicia llamada Little Miss Sunshine), Rachel Weisz y el pequeño Nicholas Hoult, Un gran Chico está basada en la novela británica de Nick Hornby (el mismo que escribiera Alta Fidelidad y que en cine protagonizara John Cusack) y narra las peripecias que ocurren en la vida de Will -interpretado por Hugh Grant-, un inmaduro solterón de 38 años y mujeriego empedernido que es capaz de inventarse un hijo con tal de acceder a un círculo de madres solteras para relacionarse con alguna de ellas sin que exista el problema de contraer compromisos indeseados que le compliquen su soltería.



Will descubre que por las características de estas mujeres, solitarias y con gran necesidad de cariño, son ideales para hacerse de compañía sin que existan ataduras sentimentales y largos periodos de conquista como en las relaciones ordinarias y esta situación le facilita abordarlas, por lo que en cuanto surge la oportunidad, se presenta a una reunión de padres solteros y conoce a Suzie (Victoria Smurfit) a quien empieza a tratar y quien finalmente provocará que conozca a un niño muy especial: Marcus, hijo de Fiona (Toni Collete), un remedo de hippie vegetariana y una de las mejores amigas de Suzie.

Hugh Grant in Universal's About A Boy


Marcus, niño retraído y solitario es objeto continuo de burlas en la escuela por el lazo afectivo tan fuerte desarrollado con su madre; tiene además que cargar con el peso del miedo constante por las depresiones severas de Fiona, que han propiciado que esta última intente suicidarse en más de una ocasión. El chico está en búsqueda de la figura paterna, de ese tercer miembro para que la familia funcione como tal.

El pequeño actor Nicholas Hoult, personifica a Marcus y fue seleccionado de un casting de más de 100 niños. Marcus viste suéter multicolor a rayas horizontales, zapatos pasados de moda, le gustan las canciones antiguas, posee una extraña y fascinante madurez que muy raramente se da en los niños de su edad y cuya convivencia con Will provoca -sin querer-, que el solterón comience a experimentar lentamente un proceso de maduración que le dará un nuevo sentido a su vida.

Nicholas Hoult as Marcus in Universal's About A Boy



Una presencia a destacar, aunque breve, es la de Rachel Weisz (próximamente en The Fountain dirigida por su esposo Darren Aronosfky), encantadora y mágica. Hay actrices que con su personalidad tan femenina dotan de momentos especiales a las películas; Will por fin se da cuenta al conocerla, que el estilo de vida que lleva es intrascendente, vacío y trata de conquistarla, aunque ello suponga el despojarse de caretas y actitudes superficiales que no encajan con la personalidad de Rachel.

Es fácil suponer que esta comedia inglesa nos gane al estar protagonizada por un niño ya que ocurre con mucha frecuencia que los pequeños se roban la pantalla aunque exista detrás el nombre de una estrella consagrada, pero eso no ocurre aquí. Grant está espléndido, mostrando un carisma excepcional y logra que creamos totalmente su papel del tipo desenfadado y sin trabajo (sobrevive gracias a las regalías heredadas por su padre de una canción navideña) y que entre otras cosas, gusta de comprar discos compactos, ver diariamente un programa de concursos por televisión, vestir siempre impecable y cuidar religiosamente el aspecto de su cabello.



Siento especial conexión con películas que cuentan la historia en primera persona (con voz en off), algo se mueve internamente pues propician un ambiente de calidez y una identificación del personaje principal con el espectador que provoca momentos de cercanía e intimidad y uno no puede dejar de compenetrarse con la historia. Los pensamientos de Will nos son confiados con una fuerte carga de chispa y sinceridad que irremediablemente nos afecta y es entonces cuando sobrevienen los momentos de deliciosa comedia.

Y lo que no puede faltar en una comedia que se precie como tal, son las canciones de grupos tan populares como U2 con Zoo Station o Mystikal con Shake Ya Ass, así como una apropiada y a ratos emotiva banda sonora realizada por Damon Gough, que en el disco firma como Badly Drawn Boy.

Un gran chico, apuesta por plantearnos el sentido de responsabilidad que debiera imperar en la familia y el rol que cada integrante juega. Apuesta también por la intención de profundizar (en una forma entretenida y nada académica) en el concepto de familia extendida, sí…aquella que se integra por los amigos con la importancia fundamental que pueden llegar a representar en el núcleo familiar, sobre todo en aquellas disfuncionales como la de Marcus, el pequeño protagonista. Bien por los directores, que supieron transmitirlo espléndidamente en pantalla.



Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

El Graduado / The Graduate, de Mike Nichols

Miguel Cane


Es 1967 en Pasadena, un elegante suburbio cercano a Los Ángeles, California. Benjamin Braddock (Dustin Hoffman) acaba de llegar tras graduarse con honores en una universidad de la costa este. Sus padres están evidentemente orgullosos, es el sueño de toda familia de clase media que ha prosperado mediante trabajo: el primogénito (en este caso, unigénito) que ha logrado lo que generaciones anteriores no. Está lleno de futuro y los invitados a una fiesta organizada por sus padres se lo hacen notar: es el hombre del mañana. El único problema parece ser, que Ben no quiere serlo. Pasa por la fiesta como por el aeropuerto al llegar: ausente, con la mente envuelta en plástico.

En la fiesta hace su aparición un personaje clave: la enigmática, chic-pero-frustrada Señora Robinson [nunca sabremos su primer nombre]. De modo impetuoso, poco sutil y a la vez irresistible, la sofisticada mujer se amaña para que el muchacho la lleve a su casa en su flamante Alfa Romeo (que eventualmente se convierte en un personaje de la película) y así da inicio un inquietante juego de seducción y traición que llevará la trama -- tomada de una novela semiautobiográfica escrita por Charles Webb- a niveles insospechados, sobre todo si se toma en cuenta de que esta es una comedia sexual que trasciende su origen y se convierte en algo mucho más significativo.


La transformación de Benjamin, que pasa de un timorato joven a un nihilista que sólo vive para el placer, se plasma en una impresionante secuencia de tomas hábilmente creadas por Nichols y su director de fotografía, el legendario Robert Surtees. Cada una es icónica por derecho propio: de hecho, la toma de Ben visto a través del arco hecho por la pierna de la Señora Robinson, al momento de decir la inolvidable línea "Mrs. Robinson... ¿está tratando usted de seducirme?" es una de las más recordadas en la historia del cine.

Sabemos que Ben no es básicamente malo, ni corrupto -aún si ha cedido a la tentación de caer en los brazos de una mujer madura- y que la situación marital de la Señora Robinson es un infierno de tedio convencional. Ambos bailan, por así decirlo, en un vals que los lleva a explorar sus deseos más oscuros, sus insatisfacciones y ansiedades, mientras copulan en un cuarto de hotel.


En una de estas escenas, los personajes sostienen un diálogo sumamente revelador. Ben le comenta que en realidad cuando se reunen, sólo tienen sexo, pero él sigue hablándole de "usted" [uno supone que le diría cosas como "¿Podría darse vuelta, Señora Robinson?"] y nunca hablan de sus vidas, gustos o aficiones. Ben sugiere una serie de tópicos: entre ellos, hablar de arte. Ella le dice que no le gusta el arte. Después el insiste -- para la creciente irritación de ella- y le pide que le diga qué estudiaba en la universidad, antes de casarse y ella contesta, con una amargura casi palpable, sin volverse a mirarlo: "Arte."

Es evidente a partir de ese momento, que las sesiones amatorias de mañana y tarde han llegado a su fin... aunque en realidad, éste es el principio de las complicaciones ya que pronto llega de vacaciones, procedente de Berkeley, la joven Elaine Robinson (encarnada por una adorable Katharine Ross) y su padre insiste en hacerla de Celestina con ella y Ben, aún si la madre se opone ferozmente... y Ben se descubre espontáneamente enamorado de su amiga de la infancia. Las confrontaciones que tendrán lugar, dan pie a una de las películas más trascendentes y emblemáticas de su tiempo, que aún hoy es punto de referencia para generaciones enteras de cinéfilos.


El Graduado es tan célebre, que -- como sucede con Psicosis, El Padrino, El Exorcista o El Bebé de Rosemary- todo el mundo sabe, aún si nunca la ha visto, cómo termina. Su escena final ha sido homenajeada hasta el cansancio y junto con su banda sonora, hecha a la medida con éxitos probados y temas originales de Paul Simon y Art Garfunkel (The Sounds of Silence, April Come She May, Scarborough Fair y la sensacional Mrs. Robinson) tiene un lugar ganado en la historia de la cultura pop contemporánea.

El Graduado tiene innumerables elementos que la convierten en clásico casi instantáneo. Cuenta con la actuación que convirtió a Dustin Hoffman en estrella [aún si originalmente Nichols había pensado en alguien más estilo "americano", como Robert Redford] y a Anne Bancroft en una auténtica leyenda que vino a representar e epítome de la sensualidad y la seducción para millones de "graduados" alrededor del mundo. Naturalmente, será el rol por el que todo el mundo la recuerde (aún si tiene una notable galería de interpretaciones) y una dirección sensible y veraz, que aunada a la adaptación y diálogos (de Buck Henry -- a quien vemos como el concierge del hotel- y Calder Willingham) da las pinceladas para mostrar una historia de amor que se desnuda auténtico y moderno ante el espectador, aún hasta el día de hoy.

Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Gracias por fumar/ Thank You for Smoking, de Jason Reitman

Miguel Cane

Fox Searchlight Pictures' Thank You for Smoking


En esta era de absurda corrección política que prácticamente maniata a todos los medios, cuando surge una sátira bien planeada y de sabrosa mala leche, sin duda resulta irresistible para el espectador discerniente, que lejos de ser mojigato y fósil, se decide a probar cosas nuevas, como la propuesta hecha por Jason Reitman, el muy joven hijo del estupendo cineasta de origen canadiense Ivan Reitman (Los Cazafantasmas, Dave) en su debut en el largometraje: Gracias por fumar.

Basada en una novela de Christopher Buckley, esta es la historia de las argucias de las que se vale Nick Naylor (un estupendo Aaron Eckhart, completamente en su elemento), quien trabaja como vocero para una corporación tabacalera, para ganarse las simpatías del público y desafiar a los no-fumadores, que representan a su enemigo natural. Para esto, utiliza una amplia gama de armas: retuerce palabras, presiona debilidades, deslumbra con su sonrisa. Nick es un charlatán y lo sabe perfectamente.



No le importa. Sus escrúpulos están bien, gracias. Su habilidad es tan sorprendente, que logra impactar al hacer creer que lo que más le preocupa es que los adolescentes fumen. Nick tiene un par de amigos (Maria Bello y David Koechner) con quienes se reúne cada semana: ella es vocero de la industria del alcohol y él de la industria del armamento. Les hace gracia su posición ante la vida: viven para matar a los demás, pero ¿qué se le va a hacer?

Katie Holmes and Aaron Eckhart in Fox Searchlight Pictures' Thank You for Smoking


Es una manera de ganarse la vida, aunque las buenas consciencias y los vetarros del mundo se desgañiten y desgarren las ropas. Todo mundo tiene que vivir de algo, ¿no es verdad? Después de todo, la vida de Naylor tampoco es un lecho de rosas: bastante tiene con lidiar con su exesposa amargada (Kim Dickens), una latosa aunque sexy periodista (Katie Holmes) que puede ponerlo en peligro y un político anti-fumador pesado como collar de papayas (William H. Macy, espléndido en su interpretación, que hace completamente apegado a la realidad y sin necesidad de extrapolar o de manotazos sobre la mesa).

Es su interacción con estos personajes lo que da mayores matices a la trama y revela distintas facetas de los personajes. En esta cinta no todo es lo que parece y muchas veces, detrás de la carcajada, aparece también la punzada que indica que Reitman nos acaba de dar un puntapié por debajo de la mesa.



Para ser un debut realizado por un director de menos de treinta años de edad, hay que admitir que Gracias por fumar impresiona precisamente por esto mismo. Robert Altman o Sidney Lumet, que le llevan medio siglo de experiencia a este chavo, no harían algo como esta cinta, porque ya las hicieron: Altman se lanzó al ruedo con M*A*S*H en 1970 y Lumet se coronó con Network (Poder que mata) en el 76. Ambas cintas son obvio punto de referencia para Reitman que mamó (sin albur, que conste) el oficio desde pequeño y se advierte no sólo por la destreza técnica que demuestra, sino también por el ritmo que imprime a cada escena a partir de los diálogos y las reacciones y gestos de Naylor.

Aaron Eckhart in Fox Searchlight Pictures' Thank You for Smoking


Para eso mismo, el colocar a un actor como Eckhart es clave: este cuate, aunque resulte repelente, tiene todo para cautivarnos y su actuación es sensacional, dándole al guión una verosimilitud que algunas veces zigzaguea, pero que gracias a él se mantiene siempre viva en pantalla.



Esta es una sátira y como tal debe ser vista. No es una comedia simplona, ni una farsa, ni pretende condenar ni denunciar, sino más bien burlarse de la idiotez gringa por buscarle siempre etiquetas a todo y satanizar lo que le asusta. Bien realizada, Gracias por fumar es un asomo a lo que este director tiene para ofrecer, por lo que es ocasión de celebrar: no todo está plastificado en Hollywood y mientras haya un poco de sarcasmo, con la capacidad de una industria de burlarse de sí misma, entonces hay esperanza más allá del consabido remake y las secuelas múltiples.


Gracias por fumar/Thank You for Smoking
Con Aaron Eckhart, Kate Holmes, Maria Bello, Kim Dickens y William H. Macy
Dirige: Jason Reitman
Estados Unidos, 2006


Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Golpes del destino / Million Dollar Baby, de Clint Eastwood

Miguel Cane


The movie poster for Warner Bros. Million Dollar Baby


La vida del adusto Frankie Dunn (Clint Eastwood) está dedicada a crear ídolos del ring. Nadie como él conoce la manera de sanar una herida que sangra, o cómo negociar una pelea (aún si hay que recurrir a instancias poco éticas algunas veces, para hacerlo). Sin embargo, como bien lo nota Scrap Dupris (Morgan Freeman), su compañero de muchos años, un gentil expeso completo que perdió parcialmente la vista en una pelea, Dunn es básicamente un hombre bueno que está en una etapa donde su rutina lo ha hecho prisionero del aburrimiento.}

Esto es hasta que a su gimnasio en un barrio de Los Ángeles llega la joven Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una camarera que se ha levantado de un origen auténticamente miserable y de una familia funesta (literalmente lo que en Estados Unidos se llama white trash), para cumplir su sueño: ser una boxeadora profesional. Al principio, Dunn se opone terminantemente a entrenarla, pero es su candor y dedicación lo que finalmente lo vence y hace que se ocupe de su entrenamiento para convertirla en una de las figuras más deslumbrantes en este deporte antes considerado un territorio exclusivamente masculino.


Clint Eastwood as Frankie and Hilary Swank as Maggie in Warner Bros. Million Dollar Baby


El triunfo de Maggie, bajo el mote de "Mo Cuishle" (un término afectuoso en gaélico) y Frankie, sin embargo, también tendrá sus descargas de desgracia y tragedia, pero no antes de que esta joven trascienda su medio para convertirse en ídolo y lograr su oportunidad.

Inspirada en relatos del exboxeador y entrenador F. X. Toole, la cinta es la número 25 en la cinematografía del celebérrimo Harry el sucio en su modalidad de director y se trata, igual que la amarga y devastadora Mystic River, de una auténtica obra de arte donde el cinema comercial y el cine de arte se unifican para mostrar aspectos insólitos de las relaciones humanas en el minúsculo universo de las peleas de box.}

Eastwood (que además es responsable de la muy sui-géneris partitura musical que acompaña las escenas) se da el lujo de tomar un personaje hecho a la medida y no siente vergüenza de derramar alguna lágrima y de expresamente explorar su lado femenino dentro de las reacciones de Frankie Dunn ante los bestiales, salvajes, embates de la adversidad.}

Dirigida con insólita sensibilidad, esta es una cinta hecha al estilo de la vieja escuela, que consigue involucrar al espectador directamente en la trama y en las tribulaciones de personajes a los que, a lo largo de las dos horas y diecisiete minutos que dura la cinta, uno permite la entrada al corazón. Sin perder un ápice de su carisma, Eastwood demuestra que los machos también lloran y la fabulosa Swank se da el lujo de convertirse en una fuerza de la naturaleza que se ve de pronto interrumpida por la cara violenta del oficio que ama.


Clint Eastwood and Hilary Swank in Warner Bros. Million Dollar Baby


Vencedora como la mejor cinta del año 2004 según la Academia de Artes y Ciencias, y tras noquear al Aviador de Martin Scorsese, la nena del millón de dólares (o bien, si se quiere “Golpes del destino” – espantoso título impuesto por el departamento de marketing de la WB) demuestra que el cinema sentimental que Frank Capra hizo tan vital en los años 30 y 40, sigue vivo y bien. Y si hay un cronista del pulso estadounidense en su modalidad de cinema narrativo, sin duda se trata de Clint Eastwood.

Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

27 ago 2009

Te amaré por siempre / The Time-Traveller’s Wife, de Robert Schwentke

Matrimonio a destiempo

Miguel Cane




Intento de híbrido entre el melodrama romántico ‘que le encanta a las chicas’, también decisivamente llamado ‘Chick Flick’ y la ciencia especulativa (entre ellas una obsesión por el desplazamiento en el tiempo), la novela La esposa del viajero del tiempo, de Audrey Neffnegger, no es gran literatura (aunque lo pretenda) pero entretiene. Lo mismo pasa con la adaptación cinematográfica que hace el alemán avecindado en Hollywood Robert Schwentke (quien hace algunos años hizo la notable Plan de vuelo con Jodie Foster, misma a la que los estudios le cambiaron el final, volviéndolo estúpido y convencional) y el problema reside en que la traducción de un medio a otro pierde bastante, porque la película tiene una crisis de identidad de la que no se recupera del todo: no sabe qué es, ni propiamente qué nos quiere contar, aunque eso sí, lo hace con gran estilo.





Presentada con el gazmoño y genérico título en español de Te amaré por siempre (¿A quién se le ocurren estas cosas? ¡Se les debe secar el cerebro con el esfuerzo, de verdad!) esta es la historia de Henry DeTanble y su esposa, Claire. Son un matrimonio complejo (por decir lo menos), ya que Henry, un bibliotecario de Chicago, generoso, sensible y bueno-como-el-pan, padece una enfermedad genética que lo hace volatilizarse y reaparecer en algún punto del pasado o del futuro, completamente en cueros (lo que sí, claro, con un cuerpazo que ni Charles Atlas) y esto, para un matrimonio convencional, naturalmente, es una lata.




¿Podrá la pareja sobrevivir a esta peculiaridad del hombre? Aunque sus intenciones son buenas y está bellamente realizada – Schwentke se rodea de un equipo de primera y se nota que la Warner y sus filiales invirtieron bastante dinero en la producción- el efecto es totalmente artificioso. Solamente el carisma de un intérprete sólido y sensible como lo es Eric Bana (como Henry) y la buena química que tiene con Rachel MacAdams (que se ha especializado en esta clase de cintas en detrimento de su talento, pero cada quien lleva su encasillamiento como mejor le parezca) hace que sea medianamente plausible una premisa absurda y mal desarrollada (cortesía de la novelita de la Neffnegger y del guionista Bruce Joel Rubin, que inexplicablemente obtuvo un Oscar hace casi veinte años por la inmunda y chantajista Ghost: La Sombra del Amor, y que aquí reincide en los estereotipos explotados en la otra cinta, aunque aquí el hombre no está muerto, sólo está perdido en el tiempo), manipuladora y sin lógica, que podría ser descartada de inmediato.

Visualmente, la cinta es suntuosa (pero esa es una rúbrica del director), aunque tanto estilo, carente de sustancia, deviene en una película aburrida e indigesta. Sin duda encontrará un público, pero es a todas luces un esfuerzo decepcionante para todos los involucrados y es posible que cause confusión entre los espectadores, ya que no se trata de una cinta romántica convencional, pero tampoco es el ingenioso ‘thriller’ moral/temporal que pudo haber sido, dejando solamente una cinta vistosa y elegante, pero ultimadamente, lacia y agorzomada. Nada del otro mundo y sí, lamentablemente, un desperdicio de tiempo.




Te amaré por siempre/The Time-Traveller’s Wife
Con Eric Bana, Rachel MacAdams, Stephen Towolowsky, Arliss Howard y Ron Livingston
Dirige: Robert Schwentke
Estados Unidos (2009)

Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

26 ago 2009

El viaje en el tiempo de Eric Bana

Aunque podría ser una gran estrella, este actor australiano, ha preferido mantenerse ocupado con menos proyectos, pero todos de muy alto perfil.

Miguel Cane


Eric Bana 11th Annual Critics' Choice Awards Santa Monica, CA


Lo primero que llama la atención de un actor como lo es Eric Bana (Melbourne, Australia, 1968) es su dedicación a mantener su estatus lo más alejado posible del estrellato de Hollywood. De hecho, apenas unos minutos antes de conversar con él en un céntrico hotel madrileño, da la impresión de no ser el protagonista de más de una decena de películas taquilleras, sino un padre de familia más que visita Europa durante la temporada veraniega: no hay fotógrafos que lo persigan ni se da aires de gran estrella, es solo un intérprete profesional que está en promoción de su más reciente filme, la cinta Te amaré por siempre (título que le han puesto en castellano a The Time Traveller’s Wife, adaptación de la muy popular novela de Audrey Neffnegger, que fue un best-seller desde su aparición en 2002), en la que Bana comparte créditos con Rachel McAdams, protagonizando la estremecedora historia de una pareja que debe pasar por las más duras pruebas, cuando el marido, un bibliotecario en Chicago, desarrolla un síndrome que literalmente lo obliga a desplazarse en el tiempo, al parecer sin control.

Ser llamado por un estudio grande para trabajar en una producción tan anticipada como esta, es algo que muchos actores ansían lograr en algún momento de su vida. ¿Cómo fue en tu caso?
La primera vez que supe del proyecto, no era para mí. Leí en alguna parte que estos grandes nombres – Brad Pitt, Nicole Kidman- estaban mencionados en torno a este filme y yo pensé, bueno, no tiene nada qué ver conmigo. Hasta que Robert (Schwietzke, el director) me localizó, yo no sabía para qué quería conversar conmigo, lo cual no es nada extraño. Cuando se trata de proyectos de este estilo, los directores prefieren charlar contigo antes de empezar nada. Así que le escuché con detalle. Me contó que estaba pensando rodar una película basada en esta novela y entonces comenzó a explicarme al detalle cómo sería su proyecto. Le pregunté, sin más, por qué estaba compartiendo conmigo toda esa información. Y fue entonces cuando me explicó que quería que yo fuese Henry, el protagonista. Me sentí tan emocionado que le dije que sí enseguida.


Eric Bana at the LA premiere of Universal's The Hulk


El personaje de Henry DeTamble parece ser un auténtico reto, tanto físico como emocional…
Sí, lo cierto es que por parte de mis compañeros y del director obtuve mucha ayuda, porque, cuando te dispones a recrear un personaje como éste, puedes hacerlo bien o mal, pero seguro que, requiere mucha atención y si te llegas a fijar mejor en detalles que de otro modo no percibirías.

¿Llegaste a sentirte extraño en algún momento del rodaje?
Como todo el mundo sabe, a la hora de filmar suelen rodarse escenas que no necesariamente se desarrollan en orden cronológico. En una cinta de esta temática eso es aún más complicado: a veces encadenábamos diferentes secuencias en un mismo día y recuerdo que lo más difícil fue mentalizarme antes para centrarme en qué momento del filme estábamos. No resultaba nada fácil pasar de una situación de calma a otra más tensa, como ésas en las que Henry duda o no sobre su destino.

Seguro que, de alguna manera, esta película le habrá hecho reflexionar sobre los temas que toca. ¿Qué lecciones sientes que pudiste haber extraído del filme?
Siento que cuando me disponía a preparar el papel lo encontré, por un lado, fascinante y, por otro, aterrador. No tener control sobre algo que transforma radicalmente tu vida es algo que siempre resulta inquietante. Pero lo más importante para mí fue que Henry, pese a todas sus peripecias, mantiene sus prioridades en orden y lucha por estar con la mujer que ama. Y creo que esa es una visión muy poderosa.

¿Cómo fue la experiencia en el set?
Estupenda. Fue una buena filmación. Robert estaba muy entusiasmado con el proyecto. Me comentó que era para él una excelente oportunidad de trabajar a partir de un concepto tan elaborado y desarrollarlo en entera libertad. Me pareció muy bien. Nos entendimos perfectamente cuando me dirigía y realmente no fue un trabajo muy difícil. ¿Que si volvería a trabajar con él? Sí, por supuesto. Cuando una persona tiene tantas ganas de hacer una película su entusiasmo y sus ganas de hacer las cosas son contagiosos. Me sentí muy bien.


Eric Bana at the New York premiere of Warner Brothers' Troy


El reparto, para tratarse de una cinta de este tipo, cuenta con actores de primera. ¿Cómo fue trabajar con ellos?
Fue muy divertido trabajar con Rachel McAdams. He sido su admirador desde hace algún tiempo. Creo que es una estupenda actriz. Y fue muy fácil establecer una dinámica entre ambos personajes para poder trabajar. Es importante que exista un rapport si vamos a llevar en nuestras espaldas una parte tan sustancial de la película como lo es el matrimonio entre Henry y Claire. Y lo mismo va por el resto del elenco. Ron Livingston es una verdadera delicia… verlo trabajar es una maravilla. Trabajar con todo el elenco que se conformó fue algo realmente estupendo. Todos aportan algo importante a la película y creo que se aprecia en el resultado final.
¿Buscabas hacer algo más que una película “palomera”?
El cine de entretenimiento no me parece en realidad algo tan malo. (Se ríe) Sí, hay películas malas, pero lo mismo puede ocurrir con grandes producciones. Todo está en el aire y tú debes saber qué es lo que haces con el material que tienes. Trato de buscar un equilibrio. Hacer esta clase de películas me gusta bastante. Pero sobre todo, me permite el poder darme la oportunidad de hacer proyectos de un perfil distinto. Cintas más independientes que también me traen una gran satisfacción.

Tú comenzaste tu carrera como humorista, en Australia. ¿No echas de menos volver a ese género?
Para mí hacer películas dramáticas es un reto más personal. Pero no por ello dejo de reconocer que cuando acabo proyectos como éste me gustaría ponerme a rodar una película 'facilona', de esas que te hacen dormir a pierna suelta... por eso acepté la invitación de Judd Appatow para hacer Funny People. Fue la primera comedia que hacía en mucho tiempo y me sentí muy cómodo de volver al género en que empecé – y por el que, curiosamente, no me conocen en otras partes del mundo. Creo que como actor tienes que ser versátil… nunca sabes de qué campo te vendrá la oferta. Y yo vivo muy lejos, del otro lado del mundo. Para viajar a Los Angeles para hacer una película, necesito que el proyecto sea tan atractivo para apartarme el tiempo que tome el rodaje y promoción de mi familia, que es mi prioridad más importante. Este año tuve mucha suerte de tener tres (Star Trek, Te Amaré…, Funny People) que me entusiasmaron y valieron la pena. Me siento muy orgulloso de ello.


Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares